Nigel se quedó despierto hasta tarde aquella noche, fumando un cigarrillo tras otro junto a los ventanales abiertos. No le importaba que la habitación se enfriara, porque tenía un fuego encendido dentro de su corazón y de su cabeza desde hacía unas horas atrás: exactamente, desde que se diera cuenta que estaba enamorado de Adam Raki.Enamorado… le parecía increíble, bordeando lo absurdo, que estuviera enamorado de alguien teniendo en cuenta que se había divorciado hacía muy poco tiempo de Gabi. ¡Enamorado! Y de un hombre además, algo que nunca le había sucedido antes. Siempre había tenido todas las mujeres que quiso a su disposición, porque era un tipo sexy y rudo que sabía cómo conquistarlas sin necesidad de apelar a malas maneras. Nunca debió comprar el cuerpo de una mujer, nunca debió pagar por amor, porque solas se acercaban a él. Y en todo ese tiempo desde su despertar sexual a los quince hasta la actualidad, nunca había pasado por su cabeza el estar con otro hombre. Y sin embargo, poco más de un mes en Nueva York lo había llevado a enamorarse terriblemente de Adam, veinte años más joven que él y muchísimo más inocente. Se rió a carcajadas antes de arrojar la colilla de su último cigarrillo por la ventana, profundamente divertido por el giro que acababa de dar su turbulenta vida.
-Darko no va a creerme cuando se lo diga. Enamorado… ¡el sinvergüenza enamorado del chico inteligente!- se dijo a sí mismo entre risas.- ¡Podría venderle ese argumento a Hollywood y hacerme millonario!
Después de lavarse un poco y meterse en la cama creyó que al fin le ganaría el sueño, pero tampoco fue posible. Se quedó despierto un buen rato más, con su mente puesta en Adam y en todo lo que eso implicaba, que era mucho. A ver, sentir amor de nuevo no estaba nada mal, al contrario; con un nuevo amor en su vida podría poner el último clavo en el ataúd de su matrimonio anterior, con la mente puesta en el futuro le sería sencillo dejar el pasado atrás, pero tampoco era todo miel y rosas como en las películas. Para empezar, estaba el hecho de que Adam era solo su amigo, y así se habían tratado siempre. Nunca habían coqueteado, no tenía ni idea de si a Adam le gustaban los hombres, si le gustaba alguien, si había tenido novia o algún romance serio. Entusiasmarse sin tener la menor idea de lo que sentía el otro era un peligro, se dijo, así que era mejor que se lo tomara con calma.
"Debo averiguar muchas cosas antes de darme el lujo de estar contento por esto. Así que tranquilo, Nigel, no vayas a hacer algo estúpido y arruinar tus chances antes de empezar. Adam es diferente a toda la gente que conoces, así que ve despacio. Son amigos, los amigos confían el uno en el otro… usa esa confianza para estar cerca suyo y conocerlo mejor. Ya sabrás luego lo que tienes que hacer".
(...)
El amor no le hacía olvidar sus obligaciones, claro, así que al día siguiente regresó al Black Kitty a hablar con Garon Von Carlsberg, esta vez de negocios. Lo cierto era que todo parecía ir sobre rieles con él, pero eso no significaba que pudiera descuidarse; tenía que ser un hombre de negocios aparte de un amigo, por su propio bien y por el de Darko, quien sería el que pondría todo el dinero. Él jamás pondría en peligro la inversión de su hermano, así que se obligó a apartar a Adam de su mente un rato para concentrarse en el negocio.
-Hay algo que me intriga- preguntó a Garon tras aceptar el whisky que le ofreció Lala.- Si yo no hubiera aparecido, ¿a quién le ibas a vender este lugar? Porque te noto tan entusiasmado que es obvio que llevas rato pensándolo. Lo de vender.
-Muchacho, eres un gran posible comprador pero por cierto no el único- aceptó el veterano alemán, haciendo una seña a Lala para que se retirase.- En esta zona, hay por lo menos dos sujetos más que darían lo que fuera por apoderarse del Black Kitty y de mis otros negocios. El problema es que no confío en ninguno de ellos, no lo suficiente como para dejarles el fruto de mi trabajo de años. Esta decisión es muy importante y debo tomarla yo, no unos mocosos arrogantes que se creen que por tener dinero ya lo saben todo.
-Entiendo…
-Si tú no hubieras aparecido yo habría tenido que elegir a alguno de mis competidores, pero habría sido una decisión amarga. Quiero a alguien que ame lo que hace, no solo que use estos sitios como tapadera del narcotráfico. Es decir, tú traficas, ya lo sé, pero también eres apasionado. Viniste tú en persona a hablar conmigo, a conocer el barrio, a interesarte por los trabajadores y los clientes, y eso me dice que eres diferente.
-Mierda, Garon. No te tenía por alguien tan sentimental- comentó Nigel con una sonrisa.- Pero te agradezco que me consideres tanto, más teniendo en cuenta que acabas de conocerme.
-Soy bueno juzgando a las personas. Además soy un viejo cabrón como dicen por ahí, y no quiero darles el gusto a ciertos imbéciles que me han hecho la competencia por años de venderles todo mi imperio.
-¿Alguna vez consideraste dejarle todo esto a tu hijo?
-No, ni hablar. Rudolph no nació para ser dueño de clubes nocturnos, es un arquitecto serio y además ya está bien radicado en Canadá con su mujer. Jamás lo haría volver para meterse en este mundo.
-Bueno, yo me meto por él- finalizó Nigel al mismo tiempo que finalizó su whisky, con una sonrisa de oreja a oreja.- Yo te compraré el Black Kitty, es decir, lo haré si Darko está de acuerdo en hacerlo. Le hablaré hoy mismo para ponerlo en corriente, y organizaré una reunión entre los tres para lo antes posible.
-¡Magnífico! Ahh, Nigel Mihai, tú has venido a traerle buena fortuna a mi vida, estoy seguro. ¡Brindemos con otro whisky!
-No, no. Con uno ya ha sido suficiente. Recuerda que…
-Estás tratando de beber menos- completó Garon divertido.- De acuerdo, sin brindis. Oye, por cierto. ¿Qué pasó anoche que tú y tu amigo se fueron tan pronto y no me esperaron? ¿La tentación de la bebida fue muy fuerte para ti?
-Jaja, no, no tiene nada que ver con eso, simplemente… Adam no se sintió bien y preferí acercarlo a su casa- respondió con un tono muy endulzado al pensar de nuevo en Adam. Si Garon lo notó no le hizo ningún chiste al respecto y él lo agradeció, porque todavía no estaba listo para hablar del tema. Para lo que sí estaba listo era para ver a su amigo en cuanto volvió al departamento, pues había calculado la hora exacta en que volvía del trabajo y se lo cruzó en la vereda, tan lindo como siempre.
-Hola, precioso- lo saludó.- ¿Vienes de trabajar?
-Sí, como siempre. ¿De dónde vienes tú?
-De tener una reunión de trabajo también. Te contaría más detalles, pero seguro te mueres por entrar y comer algo y no quiero quitarte tiempo.
-Podemos cenar juntos esta noche y me cuentas- propuso Adam sin ningún recelo.- Aunque debo decirlo, solo tengo macarrones con queso en la nevera. ¿No te molesta?
-¿Bromeas? Adoro los macarrones con queso- comentó Nigel encantado, pues le gustaban tanto los macarrones como la perspectiva de cenar por primera vez con su chico.
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Estrellas Gemelas
FanfictionDespués de ser entregado por su esposa a la policía, Nigel se ve obligado a huir a los Estados Unidos. Aunque cuenta con el apoyo de su amigo Darko, no está seguro de poder rehacer su vida... o al menos, no estaba seguro, hasta que conoce a su vecin...