Propósitos firmes

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Ni Matthew Brown ni ningún otro rival de negocios volvió a asomarse por el Black Kitty, pero por si acaso Nigel ordenó reforzar la seguridad del club. También se ocupó de llevar a Adam al trabajo y de pasarlo a buscar, no creía ni por asomo que alguien fuera a molestarlo por causa de sus negocios, pero por si acaso. Además disfrutaba mucho llevarlo en el auto y conversar con él, Adam se había vuelto mucho más animado ahora que eran pareja y resultaba de lo más agradable escucharlo. Eso, claro, sin mencionar que se pegaban unas manoseadas de lo más calientes antes de que Adam bajara; por lo tanto, siempre llegaba al club excitado y de buen humor, dispuesto a trabajar como nunca con tal de quemar energías y quedar de nuevo fresco para la hora de recoger a Adam y regresar con él a casa.

-Esa carita idiota que traes, déjame adivinar. ¿Se la chupaste a Adam una o dos veces hoy?- lo recibió Darko con su humor habitual, recibiendo a cambio un insulto y un manotazo por parte de Nigel.

-Cállate, eso no te incumbe. ¿Yo te pregunto acaso cuántas veces por día coges con Ozana? Entonces no te pases de listo con mi intimidad con Adam- dijo con gran dignidad y tomando asiento frente a él, relajando la expresión y haciéndose sonar los dedos para distenderse.- Pero bueno, dejemos eso a un lado. ¿Qué tienes hoy para mí?

-El presupuesto final de las reformas. Ya aparté el dinero y quiero que tú te encargues de eso, yo no voy a poder porque he quedado con Ozzy para firmar por el alquiler de un departamento. 

-De acuerdo, no hay problema. ¿Otra cosa un poco más de mi estilo? ¿Algo que requiera darle uso a mi arma?

-Ahí vamos otra vez. Ya sé que la visita del idiota de Matthew el otro día te dejó inquieto, pero no ha vuelto a asomar el hocico y mis muchachos lo tienen bien vigilado.- Darko hizo una pausa para encender un cigarrillo y luego de exhalar un par de veces continuó.- Es realmente un pobre diablo, nadie lo toma demasiado en serio pese a tener buena banca. El tipo con que se acuesta, un tal Verger, está fuera del país. Algo de un litigio con una hermana, no sé, pero no está aquí para sacar la cara por su baby, así que no creo que nos traiga problemas.

-Va, si lo dices así te creo, pero de todas formas… asustó mucho a Adam con sus amenazas y gritos, no se lo voy a perdonar. Estoy rogando porque me de una excusa para partirle el culo.

-Y pensar que hace poco me decías que querías llevar una vida más tranquila, con menos estrés. Poco te duró el cambio por lo que veo- se burló Darko, logrando que Nigel sonriera y asintiera. 

-Todavía quiero vivir una vida más tranquila, pero no soy idiota, hermano. En este trabajo es imposible no ensuciarse las manos, y Garon dejó aquí a mucha gente inconforme al aceptarnos. Tarde o temprano vendrán por nosotros y lo de Matthew Brown fue solo un aviso, tú y yo lo sabemos.

-Sí, y cuando alguien venga a buscar bronca o a querer quitarnos territorio lo enfrentaremos. ¿Alguna vez nos acobardamos acaso? No. Nosotros podemos, encargarnos de cualquiera que nos enfrente y luego volver a nuestras casitas a cenar con nuestros amorcitos.

-¿Quieres por favor hablar normal? Me estás dando pena ajena- lo frenó Nigel, haciéndolo reír y logrando que por fin sus propios hombros se relajaran. No tenía por qué temer, Adam estaba bien y él también. Aquello había sido una situación sin importancia, un mero enfrentamiento con un pobre borracho envidioso. Además, su novio no iría al club muy seguido, lo habían hablado y aunque pensaba asistir a la inauguración no se volvería habitué. Nigel aceptaba eso de Adam, no quería obligarlo a visitarlo cada noche sabiendo que el ambiente nocturno le causaba estrés; se conformaba con recibirlo de tanto en tanto, para alguna ocasión especial, o quizás durante el día cuando no había clientes. Con todo eso en mente pudo pasar a buscar a Adam más calmado, prestando más atención a las normas de tránsito que a si alguien lo estaba siguiendo. No es que antes creyera que lo seguirían, pero en una profesión como la suya…

-Nigel, llegas siete minutos tarde- le dijo Adam apenas subirse al auto.- ¿Qué pasó?

-Lo siento, estrella, camino de aquí tuve que pasar por el banco a hacer un depósito. Dime, ¿te causa algún problema por demorarme? ¿Algún imbécil te dijo algo en la calle, alguna guarrada, tengo que matar a alguien o qué?

-No, todo ha ido normal, solo me preocupé porque siempre eres muy puntual.

-Tendré más cuidado la próxima vez, lo prometo. Bien, ¿volvemos a casa?

La cena fue en el departamento de Adam, como correspondía a ese día. Alternaban el departamento de uno y de otro para reunirse y pasar tiempo juntos, siendo tan sencillo como subir o bajar las escaleras con lo que precisaran. Todavía era muy pronto para pensar en convivir por lo que así estaba bien para los dos, visitarse, tener algunas pertenencias en el departamento del otro por si acaso. Nigel aprovechaba aquellas visitas para poner en práctica los consejos del cuaderno de Ozana, y Adam aprovechaba las visitas de Nigel para salir de su zona de confort y probar cosas distintas. Por ejemplo, mirar otro tipo de películas con Nigel que no fueran sus documentales del espacio, o cenar las cosas que le gustaban al mayor. 

Por supuesto también tenían sexo, después de la primera vez no habían desaprovechado ni una oportunidad para explorarse más a fondo y gozar de sus cuerpos desnudos; Nigel se había ocupado en persona de aprovisionar su cuarto con condones de todos los sabores y lubricantes, y Adam había investigado un poco más sobre la mecánica del asunto para poder demostrarle a su novio que no era ningún muchachito temeroso. Ambos se sentían en el cielo al tocarse, al llenarse de besos, se sumergían tanto en su pasión que se les olvidaba que existía el resto del mundo. Nigel quería que eso siguiera siendo así, que fuera a más, que un día pronto pudiera llevar a Adam consigo para vivir juntos y jamás separarse. 

"No volveré a perder al amor de mi vida, lo juro. Esta vez no habrá errores, cuidaré de Adam y de lo nuestro hasta el último aliento" pensó antes de caer rendido por fin en la cama, con Adam entre sus brazos. 

Estrellas Gemelas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora