Capítulo 1

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Hice mi cabello hacia atrás mientras me veía en el espejo. Mi corbata hacía resaltar mis rasgos, sin duda no me equivoqué en el color.

Hoy era mi primer día como asistente personal del gerente financiero de donde trabajo. El trabajo es mucho y las responsabilidades también, pero aquel reto es lo que me motiva, también la cuantiosa suma que se le agregará a mi cuenta cada mes.

Hace más o menos un año trabajo en una institución privada que se dedica al manejo de otras tantas, me jefe era el gerente de planta. Era un equipo de apenas 3 personas por lo que el trabajo era mucho.

Cuando me llamaron de recursos humanos para informarme que se me cambiaría de puesto por que me consideraban competente para desempeñar más funciones y que tomando en cuenta que la asistente personal del Gerente Financiero ya no está, ocuparía yo ese puesto.

Se me explicaron mis funciones. Entre viajes de negocios y cenas laborales, más la organización y asistencia a reuniones tanto fuera como dentro de las empresas que asistimos mi tiempo no laboral quedaría reducido a nada. En este momento me alegra estar soltero.

Pues de esa manera puedo concentrarme de manera plena en mi trabajo.

Tomé mis cosas luego de darme una última mirada en el espejo y caminé fuera de mi piso. El ascensor dejaba escuchar una melodiosa música por lo que me entretuve lo suficiente como para no notar cuando mi tiempo ya había acabado.

Mi coche estaba en uno de los estacionamientos del subterráneo, pero el día de hoy prefería ir en bus, de esa manera puedo bajarme y pedir un café en la cafetería que tanto me gusta y llegar al trabajo con tiempo, en cambio si no lo hago de esa manera no conseguiría donde aparcar y por tanto, tampoco mi café.

El tiempo en carretera fue rápido, por lo que antes de lo pensado ya me encontraba con mi café rumbo a mi nueva oficina.

-Hola Señor Kim.

-Señorita Moon- saludé formal, esta era una de las recepcionistas, una chica vivaz y alegre que en más de una ocasión a dejado ver que soy su tipo de "chico ideal", como lo llama ella.

Es linda y agradable, pero aquel comportamiento infantil que suele usar para tratar de llamar mi atención hace todo lo contrario. Espero que no se me mal entienda, me gustan la mujeres tiernas por lo general, pero hay una línea que divide ser tierna y ser infantil, y lo ultimo no me parece atractivo.

También suelo ser yo quien conquista, me gustan los retos.

-Señor Kim, bienvenido a su nueva oficina- la secretaria del señor Jeon me esperaba tras el ascensor, esta trabajaría de la mano conmigo, es una chica dulce y agradable que suele ayudar en lo que puede a cualquier persona, sin distinción.

-Vekomi. Te había dicho que puedes llamarme SeokJin.- mi rostro dejó escapar una sonrisa a pesar de que traté sonar molesto.

-SeokJin- bateó sus pestañas, también es mi vecina molesta desde que éramos estudiantes. Sonrió por la cara que puse, -El señor Jeon llega a las 9, así que tenemos tiempo de mostrarte todo.

Me guío hasta mi oficina, no era muy amplia pero si lo suficiente, tenía cortinas que cubrían una extensa ventana, un pequeño escritorio y un archivo a un lado, el computador, calculadora y lápices, lo normal. -La puedes decorar si deseas- negué

-Me gustan las paredes rosas- de todos modos no era un rosa como el de barbie o peor, era un tono bastante claro y agradable. Relájate incluso.

-En cuanto al trabajo- me tendió una agenda, nueva -Esta es tu agenda, la número 1 es tuya, la 2 mía. La diferencia está en que tienes más poder que yo. Aún así quien va por los cafés eres tú- aquello me hizo reír -Tranquilo, te pasarás el rato haciendo poco, el señor Jeon casi nunca molesta, es decir. Puede que te llame para pedirte que le marques a uno de sus hijos, es malo con la tecnología. Tu oficina tiene una puerta que conecta a la suya- señaló -Si creías que era un baño- sonrió -Pobre de ti, debes ir al final del pasillo como lo simples mortales.

-Que horror- fingí dolor

-En lo que mantendrás más ocupado será en las reuniones, debes tomar nota de todo y luego "traducirse lo"- hizo comillas con los dedos -A un lenguaje que el Señor Jeon lo entienda, está chapado a la antigua. No toma café, pero a las 3 de la tarde se toma un té, debes preparárselo y llevarlo a su oficina, caliente. A las 10 de la mañana nunca entres a la oficina, siempre está en el baño, como reloj. Si, todos los días a la misma hora- aquello nos hizo reír, iba anotando todo lo importante en la primera hoja de la agenda. -Su hijo viene una vez por semana, estudia así que suele venir antes de ir a la universidad por las tardes. Lo conoces ¿no?

-Si, estudiamos juntos en la universidad, negocios.- luego lo dejó, creo que va por la tercera o cuarta carrera que inicia más no termina. Jeon Jungkook va a la universidad a conocer chicas, no a estudiar.

Miró el reloj en la pared, -Es hora, como apenas es tu primer día debes acompañarme en cada tarea que me pida y de esa manera te explico cada cosa. Vamos a presentarte.- ambos caminamos fuera de la oficina, había dejado mis cosas en un sillón de los de mi oficina y la seguí hasta el pasillo.

Continuamos hablando animadamente hasta que las puertas abrieron dejando ver al señor Jeon, su ceño estaba fruncido arrugando más aún su rostro, al momento de dar un paso cayó al suelo.

Vekomi fue la primera en salir en su ayuda, me moví tras ella por inercia, sus ojos conectaron con los míos cuando con mi mirada le preguntaba su estado, negó con la cabeza mientras sus ojos se abrían en demasía.

Hoy sería un día maravilloso dije antes de salir de casa, en cambio como primera labor como asistente personal de la gerencia ejecutiva, llamaba a la ambulancia para que se llevaran el cuerpo del fundador de la empresa, ¿que de maravilloso tiene eso?





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Nayeli Mi Vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora