Capítulo 7

49 16 9
                                    


-¿Y no podemos posponerlo?- negó

-No voy a dejar de hacer mi trabajo por algo ajeno. Aún sea personal. Además, es obvio que querían joderme el viaje.

-Bueno

-Anoche... dijiste que...

-Puedo, si necesita un testigo puedo hacerlo. La ví, ella atacó primero.

-Lamento meterte en...

-Tranquila, no es problema.

...

Luego de aquello el viaje fue en silencio, apenas hablé para avisarle que podía subir conmigo. Se negó las primeras dos veces así que insistí una tercera. También se negó.

Subí y tomé tres mudas de ropa, también un traje de baño por si acaso, se supone que solo era trabajo pero estaría en Busan, los hoteles de allá son maravillosos, si tengo la oportunidad dd al menos 5 minutos de piscina voy a tomarlos.

Acabé acalorándome así que me deshice de mi saco y doblé las mangas de mi camisa, cuando salí lo hice con este acompañando mi maleta en mi mano y mi teléfono en la otra.

Esta revisaba el suyo fuera de mi camioneta, llevaba una falda de tubo que apenas me permito notar, esa justa, apretada, su camisa blanca se abre en su pechos, no mucho para parecer adrede pero si lo suficiente como para hacerme desear que el botón se atreva a ceder.

Sacudí mi cabeza en negativa. Esos pensamientos no son nada aceptables, ella es mi jefe.

De pronto deseé saber, conocer, probar más de lo que muestra. Esa cara larga y comentarios toscos parecen ser una careta para no mostrar su yo verdadero. ¿Tierna? ¿Seductora? ¿Cachonda?

Sus mejillas estaban levemente rosas por el sol, se veía aún más bonita. Se movió y subió a la camioneta apenas estuve lo suficientemente cerca y comenzamos el verdadero camino hasta el aeropuerto. -Debo poner un recordatorio la próxima vez.

-Es buena idea- para el resto del recorrido solo mi voz tomó partido del silencio, ella era de poco hablar si se trataban de temas cuales básicamente servían para llenar el silencio, pero me prestaba atención y eso me hacía continuar.

Subimos al avión al apenas registrar la llegada y esta cerró los ojos al momento de tocar el asiento.

Un vuelo de una hora y media que fue el silencio rotundo pues ella parecía haber caído dormida apenas sentarse, así que me permití apreciarla.

Sus labios son de un tono rosado, parece cuidar bien de su imagen pese a no usar mucho maquillaje, están lo suficientemente hidratados, gruesos, no en demasía, lo suficiente. Su piel es blanca y delicada, se nota suave. Es alta, mucho. También atractiva, de esas personas que llaman a ser miradas al apenas entrar en una habitación.

Hay cosas que me contengo de hacer. Una de ellas es meterme en una relación, ya sea de noviazgo o matrimonio con fines amorosos. Yo no haría algo así. Ella es justo mi tipo. Lo es. Pero está casada quien sabes desde hace cuanto.

Aunque...

El la engañó, mantiene una relación con la persona con que engañó a su esposa. ¿Debería esperar a que pase cualquier proceso y...

Sacudí mi cabeza alejando esos pensamientos, me estoy llenando de planes, ella apenas me tolera siendo su aprendiz y planeo conquistarla cuando no tengo más información que apenas unos cuantos datos. Además de que lo más probable que mis técnicas de conquista pueden hacerla despedirme, y mierda que estaré jodido si no puedo pagar mi departamento.

-Llegamos Señora Ortega- la toqué levemente, es que huele demasiado bien. A frutas y flores.

-Claro, gracias- su rostro se contrajo conteniendo un bostezo, me levanté y tomé ambas maletas, como eran pequeñas estaban sobre nuestro asiento. -Yo puedo llevarla.

-Descuide- caminé con ambas maletas fuera del avión y nos encaminamos hasta la salida que nos correspondía.

En nuestra espera había un hombre de al menos 45 cuál caminaba en dirección nuestra, suya más bien. -Siempre es un placer recibirla. Tan bella como acostumbra.- ¿que es esto?

-Señor Kang, adulándome no conseguirá mejor puntuación para su hotel.

-Aún así debería intentarlo.

-El es el Señor Kim- siempre tan formal al presentarme, como si deseara que el respeto con el que es tratada pase a mí persona.

-Ya veo, será el nuevo supervisor de planta- mi ceño se frunció. Se supone que era su compañero.

-Gracias Señor Kang, ventila las decisiones como chismes.

-Lo siento

-Vamos al auto- este caminó frente a ambos y agradecí que esta se quedara al menos unos 3 pasos tras el, eso me permitió alcanzarla y hablar.

-¿Van a ascenderla?

-Algo así

-¿Si o no?- la vi mirarme de manera fija -No entiendo porque entrenarme para su puesto sin decirme.

-Deberíamos hablarlo más tarde.

-¿Cuándo?

-Cuando terminemos con los compromisos de hoy.- alzó una ceja -Deberías estar contento, te dieron un ascenso apenas ser cambiado de departamento.

Y si, debería. Pero eso significaba que ella... no viajaría con ella como pensaba, y a pensar de que es mi segundo día la castaña era lo suficientemente interesante y atractiva como para dejarme intrigado, deseoso de más.

-¿Fue ascendida?

-Renuncié

-¡¿Porqué?!- alcé la voz más de lo necesario y acabé bajando la mirada cuando la suya fue lo suficientemente dura como para dejarme ver que no le gustó.







.

Nayeli Mi Vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora