Capitulo 25

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- No digas esas cosas

-          ¿Por qué no? - no había un ápice de broma en su rostro o tono, hablaba enserio

-          Eres un manipulador- le hice saber, estaba demasiado sensible por todo lo que me pasaba como para escuchar de sus labios que me ama, ese hombre me ama. Acabe dejando mi lugar y sentándome sobre él, el calor de su cuerpo era algo a lo que me había acostumbrado demasiado rápido y justo ahora lo necesitaba demasiado. Lo abrace con todas las ganas que tenía, deseando traspasar ambas pieles y guardarme bajo la suya.                 –Quédate a dormir conmigo, pero solo dormir. - le hice saber.

Mi cuerpo aún se encontraba tenso y dolorido por lo de la noche anterior y le atribuyo aquello a la falta de ejercicio, el me trató muy bien en el sexo, fue intenso pero delicado, sus movimientos eran certeros pero lentos. –¿Toda la tarde? 

-          Toda la tarde- el agotamiento mental por el que estaba pasando justo ahora era demasiado para mi cordura, me sentía muy harta de todo, deprimida incluso. Debía buscar donde quedarme, debía dejar todo lo mío tirado para ir a un lugar cualquiera por quien sabe por cuánto tiempo.

-          Mi Vida- me llama con su rostro escondido en mi cuello –Deberías tomar vacaciones.

-          ¿Tan rápido quieres deshacerte de mí?

-          No es eso, amo estar todo el día contigo. Pero no es sano que debas trabajar con todo esto en la cabeza. Menos tener que verle la cara.

-          ¿Y quién haría mi trabajo? ¿Tu?

-          ¿No confías en mí? - aquello claramente lo ofendió

-           Lo hago, pero que mi novio, y mi aun esposo idiota convivan en el trabajo, y aun peor, en mi ausencia, me pone los nervios de punta, aunque, enviaré a los Kang cuando se deba checar la imprenta.

-          De todos modos, no durará mucho

-          Seokjin, ¡Kim Seokjin!

-          Yo no hice nada, escuché una conversación de Namjoon y Jungkook la noche de Daegu, al parecer planeaban hacerle una emboscada, no confían en él y luego de nuestro informe sus sospechas tomaron sentido, creo que lo harán esta semana.

-          No deberías decirme esto, no eres nada discreto. - le informé, acabé levantándome de su regazo

-          ¿A dónde vas?

-          ¿Dormiremos en la sala acaso? - niño consentido, me siguió hasta la habitación y se despojó de su camiseta, alce una ceja cuando trató de quitarse el pantalón, si lo tenía así de desnudo tras mi cuerpo acabaría cediendo a mis deseos y se supone que lo había invitado a dormir, no a hacer algo más. Aun así, sus manos grandes me abarcaron y envolvieron dándome aquel calor que quería, - Me tomé la pastilla- sentí su risa tras de mí.

-          No me preocupaba aquello

-          Mmmm, eres un inconsciente, eso ya lo sabía. – volvió a reírse, pero guardó silencio por un largo rato, luego caí dormida sin apenas notarlo.

Cuando desperté lo hice con el frio de mi cama a mi lado, el ya no estaba, la ventana daba a notar que era de noche y el olor a comida en el departamento que no estaba sola como me creí, él estaba aquí, cocinando la cena para mí, no merezco a ese hombre, nadie lo hace.

Luego de ir al baño y organizar mi cabello lo mejor que pude fui a su encuentro, su espalda desnuda me recibió en primer plano, - Deja de coquetearme- reclamé, pero mis manos lo rodearon, era mío, podía tocar.  - Si vas a usar aceite te vistes para no salpicar ese hermoso abdomen- su risa lleno el lugar.

-Dices querer distancia, pero quien me seduce eres tu- lo noté bajar el fuego y tapar lo que hasta ahora revolvía. -Pareces querer algo en específico.  Y yo no te haré pedirlo, porque para tu suerte, se identificar lo que mi mujer desea. – sus labios pomposos tomaron los míos en un toque duro y delicioso que me hizo suspirar sobre su boca.

Acabamos retrocediendo contra el mesón de la cocina y este calzando mi trasero y alzándome contra lo duro de su entrepierna para acercarme, sus besos fueron a mi cuello. Necesitábamos condón, condones. Yo no tengo, ¿porque los tendría con mi nula actividad sexual? Bueno... ya no es tan nula.

Los toques en la puerta nos hicieron alejar, pero no tanto como para dejar de sentirnos, solo nuestras bocas se alejaron.

Luego llaves ser removidas y la cerradura ser abierta, aquello obviamente nos alertó pero quien corrió hacia la entrada fue el hombre que hasta hace unos momentos estaba entre mis piernas, los gritos, muchos gritos por parte de ambos, cuando llegué lo encontré con la mandíbula apretada, y la vista en mi ex, borracho tratando de quitarse la ropa y con una maleta en el pasillo. La maleta que yo misma le había lanzado a la cara hace unos meses.

-Naye...- mierda -Mi amor- más mierda -¿Este... este quien es?

-Deberías irte a tu casa porque no va a gustarte si te llevo yo- mmmm

-¡SeokJin!

-Ve al cuarto nena

-No- mi vista estaba en el, estaba molesto y el otro borracho, esto estaba mal. -Llamaremos a la policía.- antes siquiera de ir por el teléfono mi cuñado apareció tras la puerta con el suyo en la oreja, entonces entendí que las voces de ambos discutiendo antes de que llegara se escucharon en el pasillo, la puerta no estaba cerrada después de todo.

La policía llegó, acabó llevándoselo para no se donde, supongo que a un hotel luego de que se le pase la borrachera.

El tiempo que tardamos con la policía me contuve de manera forzosa, pero ya no aguantaba más. -¿Ahora porqué te ríes?- su ceja alzada era sexy.

-¿Y si era un ladrón? ¿Pretendías detenerlo con el rifle parado?- lo señalé y noté un ápice de diversión en su rostro cual borró al comenzar a caminar hasta la habitación.

-Busca una maleta, nos vamos para el lado.

-¡No!

-Vida, cargada te llevo. Pero nos vamos.- ahora si estoy jodida, con el ex haciéndome la vida imposible y el actual actuando de manera protectora.






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Nayeli Mi Vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora