Capítulo 23

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Era un sueño. Ese hombre era un sueño maravilloso.

Sus ojos cerrados y sus facciones maravillosas, sus labios pomposos con aquellos pucheros mañaneros. Su cuerpo duro. Sus piernas envolviendo las mías.

Estaba hecha polvo pero había válido la pena totalmente. Las posiciones.

Como me hablaba, como pedía cada cambio.

Decía que le encantaba verme el rostro mientras me lo hacía, pero que moría por sentirme contra mi espalda, lo hicimos y enterré la cara en las sábanas buscando sosiego.

Decía que moría por verme montarlo, mis pechos sobre su rostro, mis piernas frotándose contra el, mis saltos desesperados buscando mi liberación y lo hicimos.

Decía que le encantaría hacerme venir con la boca, pero pese a lo que pidió lo hice yo. Supongo que el hecho de haber tenido más orgasmos que nunca en una noche me dió la libertad para sentirme osada.

Entonces,  cuando lo hice, él devolvió la hazaña, con ganas. Mi orgasmo llegó como tormenta no prevista y antes de darme un respiro su hombría tomaba parte de mí nuevamente. Esa fue la última de la noche.

Nos habíamos dado un baño la vez anterior a esa pues se supone que era la última, pero acabamos haciendo más y al encontrarnos ya cansados, descansamos abrazados y sudorosos hasta que nuestros cuerpos reajustaron su temperatura.

Dormí tan bien que prácticamente cerré los ojos anoche o en la madrugada más bien y cuando los abrí ya era de mañana.

Me apetecía desayunar aquí, traté de salir de la cama pero su agarre se afianzó -¿A donde vas? Sigue observando a tu hombre- acabé sonriendo cuando su voz somnolienta hizo presencia.

-Pediré el desayuno- se acomodó sobre mí y alcanzó el el teléfono, ambos estábamos demasiado desnudos como para lograr sentir mucho con esa acción. El hizo el pedido, sabe lo que me gusta y organizó todo de manera pulcra.

-Eres preciosa en las mañanas- halagó

-Y tu demasiado perfecto- negó

-Lo que es perfecto es este momento, tu y yo- besó mis labios de manera lenta. -No voy a poder contenerme ahora que se como se siente tenerte entre mis brazos hasta despertar.

-Sabes como conquistar

-Me alegra de que funcione contigo. Porque de no ser así ¿que sería de mí?- dibujó líneas imaginarias sobre mi piel, desde mi pierna hasta mi cadera y aquello me relajaba mucho. -Puedes quedarte en cama toda la mañana.

-Tengo trabajo- pronuncié entre risas

-Yo puedo hacerlo por ambos, solo es verificación. Creo que me excedí un poco anoche, era nuestra primera vez juntos y lo hicimos muchas veces.

-Me gustaron esas veces.

-Y a mí- sonrió -Vamos a darnos un baño antes de que decida comerte de nuevo.- puse los ojos en blanco y rebusqué la bata, no me dejó tomarla.

Me alzó en brazos y nos dirigimos a la ducha entre besos y risas, mi hombre sabe lo que me gusta. Sabe como tratarme.

...

Al final acabé quedándome, porque si. Al parecer aunque la rudeza no fue parte de nuestro acto... digamos que es lo suficientemente grande como para que incomode un poco, más si se practica 4 veces seguidas.

Descansé sobre las sábanas blancas luego de desayunar, olía las flores. Porque se había encargado de que recibiera un ramo de flores rojas al apenas este marcharse. Eran hermosas.

La pantalla de mi teléfono no paraba de iluminarse desde hace rato pero lo ignoraba, luego pensé que podía ser él comunicándome algo o escribiendo solo para hacerme sonreír, fui por el pero eran llamadas de mi ex esposo.

Mensajes suyos también.

No lo llamaría, pero el último mensaje me hizo hacerlo.

¿No quieres saber la verdadera cara de tu nuevo novio?

Una cosa es que sea un idiota, pero otra es que levante falsos contra SeokJin quien se ha portado como un sol conmigo desde que llegó a mi vida. Otro mensaje

Pagó para que firmara, mi abogado dice que eso es coacción, que puede anularse.

La sangre se me heló en ese momento, sentí el piso dar vueltas, y lo llamé. Lo hice.

-¿Que mierd...

-Justo eso, vino aquí y pagó más de lo que pensé que recibiría. Solo para que firmara los papeles. Supongo que lograste engatusarlo lo suficientemente como para hacerlo hacer algo así. Luego pensé que una mujer orgullosa como tú. Jamás permitiría aquello, así que decidí decirte.

-Sembrar discordia entre ambos más bien- bramé

-El punto es, que no hagas planes a futuro. Resulta que aquello es un delito y yo... yo no planeo dejarlo pasar.

-También tomaste el dinero, aquel es un delito también.

-Estaba abrumado Nayeli- odio a este hombre -Lo tomé porque estaba en shock, pero al día siguiente entré en razón.- trató de sonar arrepentido. -Nos vemos en los tribunales.

-¡¿Que mierda te hice para que te portes así conmigo?!

-Menospreciarme, por años te alzabas sobre mí con esa actitud de mujer poderosa.

-No es mi culpa que seas tan mediocre, es tu culpa sentirte así. Si te sentías menos debiste crecer. No tratar de rebajarme a mi.- y con aquello cerré la llamada, mi cabeza hecha un lío y mi corazón apretado.

El me había mentido.

Debía enfrentarlo, preguntarle porque había hecho aquello, era su dinero. Pero también fue mi propio orgullo, mi propia dignidad que pisoteó y ahora acabamos ambos en un problema.

-Nena, listo.- entró al cuarto con las llaves que le entregué, sus cosas en la mano. -Podemos ir a la playa antes de irnos.

-¿Le pagaste a mi ex para firmar los papeles de divorcio?- pregunté directamente y su rostro me dió la confirmación.







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Nayeli Mi Vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora