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Minju estaba a punto de crear un agujero en el piso de su habitación, por caminar nerviosamente de un lado para otro. Eran las cinco y treinta de la mañana y no pegó un ojo en toda la noche.

No sería la típica esposa que no se da cuenta de las cosas, porque es más que claro: Lee tenia a otra. Lo descubriría esa misma madrugada.

Y si eso ocurria, hundiría a Lee en su peor miseria.

Ideó un plan perfecto: esperaría a que se vaya, para ella salir y seguirlo en su auto, hasta el aropuerto, o mínimo, tener alguna evidencia de que lo que estaba pensando era cierto. Tenía su celular con demasiada carga como para llenar su galeria de fotos y videos, además de una cámara por si se encontraba demasiado lejos como para capturar el momento.

En la que el padre de Minho pudiese ver como su hijo cometía un acto de infidelidad, de traición. No solo a su esposa, sino a sus propios principios.

Ansiaba aquello. No le importaba cómo quedaría su imagen, solo le importaba hundir a Lee Minho, un poderoso y famoso abogado, al igual que a la perra con la que estaba.

Y saldría de allí, ganando por completo, pero sabía que una parte de su vida se había terminado.

Las calles de Seúl se iluminaban por la reciente lluvia, a pesar de ser las cinco y treinta de la madrugada, había bastante movimiento, no solo en el tráfico, sino quenlersonas se hallaban caminando, con paraguas por la leve llovizna que comenzó a inundar sus cuerpos, otros, incluso, corrian o disfrutaban de la lluvia, danzando o dando vueltas, llenas de alegria.

¿Acaso estaban todos locos?

Terminó por hacer una mueca de asco cuando varias parejas homosexuales salieron de un bar, divirtiendose entre sí, como si lo suyo fuera algo realmente natural.

Su celular sonó con una llamada entrante y fue directo a él pensando en Minho. Quizás solo la llamaba para pedirle disculpas por la pelea que tuvieron hacia apenas unas horas, y en su locura, probablemente retome la idea de cancelar el viaje y acompañarla a la fiesta.

Sin embargo, era su madre, que quien sabe que era lo que quería, pero no contestó, no gastaría bateria en sus problemas.

Debía enfocarse en esto, mucho más cuando el aeropuerto quedaba a tan solo cuadras, y cuando no solo su matrimonio, sino su integridad individual, estaban pendiendo de un hilo.

Si todo resultaba como estaba pensando,nera el fin de Lee Minho. No solo lo hundiria a él, sino a su amante, a sus padres, a sus empresas. No le quedará más nada que rogar por ella.

Entonces así, estaría volviendo a la normalidad: Minho cayendo a sus pies, como lo fue al principio.

Y algo que nunca debió dejar de ser.

Prendió su celular, prendió la cámara, solo debía capturar algunas fotos y solo seria el principio del fin.

Aparcó lo más cerca que pudo y el bullicio de algunos fans porque alguien famoso pasaba por allí, le sirvió tanto para mezclarse y comenzar a seguirlo. Se estaba armando de paciencia, de valor, de calma, para no ir y agarrar a la mujer que sea que esté frente a él, para sacarle algo más que unos cuantos cabellos. Pero en cuanto vió a un grupo de hombres, con maletas, de trajes sumamente caros y algunos con una taza de café en mano que dejaban ver su reluciente reloj, logró que todo su plan cayera.

Que todos los pensamientos, las sensaciones y pensamientos se los lleve el viento.

—Minho... ¿Él no...?

Pensó que las lágrimas llegarían, que se sentiria demasiado mal por desconfiar de él cuando lo único que hace es trabajar.

Pero la emoción de arruinarlo, seguia alli, porque la idea de que le estaba mintiendo, no había desaparecido por completo.

━ 𝑆𝑜𝑚𝑒𝑡𝒉𝑖𝑛𝑔 𝑈𝑛𝒉𝑜𝑙𝑦 ✧ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora