017

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Las calles de Seúl estaban vacias.

No sabia si por la hora, ya que era de madrugada y la de un domingo incluso, o era por la lluvia.

El agua caía como nunca, mojando cada rincón de la ciudad, hasta su propio rostro. Aunque esta no era del cielo, sino la de su propio cuerpo; se habia sumido en una profunda tristeza luego de casi decir lo que habia pasado con su ex novio... o bueno, con una persona que él amaba, pero aquello no era recíproco, asi que allí nunca existió una relación con sentimientos verdaderos de ambas partes.

Solo era él, entregándose por completo. Como apuñalarse a él mismo.

Lo sabía. Sabía que no debía, pero realmente lo amaba, hasta que todo lo que le dijeron sobre aquel chico, fue derrivado sobre él, como si fuese un balde agua fria. Se había dado duenta, que esa persona que atinaba a ser dulce, atento y el ser mas maravilloso del mundo, era el mismísimo diablo.

Lo dejó en ruinas.

Tuvo que dejar pasar años para volver a ser él mismo, claro, si es que aun quedaba algo de ese Han Jisung de tan solo diecisiete años. Aquel adolescente era alguien que solo queria escapar de la realidad y de su sufrimiento, ahora solo queria vivir su vida, y si era acompañado por las personas que mas amaba en el mundo y sin la necesidad de amar a una persona en relación a una pareja. Solo queria disfrutar de lo que alguna vez le fue arrebatado.

Pero en cuanto Minho llegó a su vida, simplemente toda esa armonía que habia armado, ese pequeño paso que dio hacia la felicidad, se estaba derrumbando poco a poco. Pero sí habia algo que sabía a la perfección, es que Minho no era Taeyong.

Nadie podia ser como él.

Y podia nombrar las diferencias entre ellos dos, a pesar de no ser necesario. Aun así su corazón se lo pedía, para calmar a su cabeza, sin embargo, cuando notó a Lee sentado en el pasillo, logró que todo su sistema se pausara por varios segundos.

-¿Qué haces aquí y tan temprano?

Minho escuchó aquella voz y se sorprendió. Se levantó rápidamente, y acomodó su ropa en el proceso, notando como Jisung se acercaba cada vez más, preocupado.

-Tu celular estaba apagado, por más que sabia que estabas trabajando, intenté llamarte, pero no pude localizarte... quise venir y esperarte aquí... lamento si se ve un poco raro, no pienses mal, solo que no podía dormir. Conducí un rato y para cuando me di cuenta, estaba cerca del edificio.

Le ofreció una sonrisa en modo de disculpa, pero lo que obtuvo a cambio fue algo más que eso, sino una leve timidez que se pudo observar en su rostro, porque sus mejillas se volvieron rojas, como un carmesí y agachó la mirada, para luego sonreir.

-Cada dia me sorprende más, señor abogado.

Jisung avanzó los pasos necesarios para terminar con la distancia. Elevó sus brazos para rodear el cuello ajeno, mientras Minho hacia el trabajo de unir sus bocas en un beso totalmente suave y cariñoso.

-Oye, si buscas hacerlo hoy, no tengo muchas ganas Min, lo siento -bostezó, a la vez que rascaba sus ojos, en señal de que ni siquiera debía tocar la cama para ir a dormir.

-Hey, no pienses que busco solamente eso. Además, vine con la idea de dormir hasta las tres de la tarde -colocó sus manos en los hombros ajenos, acariciándolos.

-Es una lástima que no te pueda acompañar -su rostro se convirtió en una expresión totalmente triste, que solo le quedó abrazar al mayor y esconder su cabeza en el pecho-. Entro a las doce del mediodía hoy, así que vámonos a dormir. ¿Tienes el dia libre?

-Tengo que ir al juzgado por la tarde, así que puedo dormir hasta la hora que quiera, aunque no sea así.

-Ya habrá dias para que nos despertemos a las tres de la tarde, y sigamos en la cama. Lo prometo.

Le dejó un pequeño beso en la mejilla y se separó para buscar las llaves, y ahí entrar al departamento.

Una vez puestos sus pies allí, largó un suspiro que hasta las plantas supieron que estaba totalmente cansado. Sin ánimos de nada, tomó la mano del mayor y tiró de ella para conducirlo a la habitación.

-Lamento que Felix no haya estado para que te abra. Aunque, hubiese sido un susto horrible verte aquí, sin saberlo -se sacó la camiseta que llevaba y los pantalones, para cambiarlos por uno mucho más cómodos.

Pensó que tan grande sería el pecado de no lavarse los dientes esta noche, y su respuesta fue que no sería más grande que el meterse con un casado.

-¿Puedo contarte algo de mi trabajo? -se dió la vuelta, para notar como Lee ya estaba acostado, y sin camiseta. Las ganas de tirarse arriba y comenzar a montarlo eran de masiadas, sin embargo, el sueño era mucho más.

-Puedes contarme lo que quieras, siempre te escucharé.

Jisung apartó la mirada, Minho era realmente lindo. Aún así, se sentía inseguro de contar cosas de la nada, ya que una vez se pasó de confianza y la terminó pagando con dolor y sangre.

Solo quería asegurarse de no terminar de la misma manera.

-Pues... -se dirigió a la cama para sentarse sobre ella y mirar los ojos del pelinegro-. Hoy me tocó repartir tragos, no sabes cómo me duelen los pies, pero... pasó algo, y es que una mujer entró al bar llamando desquiciadamente a su esposo, que estaba fornicando con un chico en una de las habitaciones. ¿Sabes lo interesante? El chico no trabaja en el lugar, era una pareja que había ido a follar porque no tenian otro espacio.

El corazón de Lee comenzó a palpitar con desespero, sintiendo que era protagonista de esa historia, pudiendo visibilizar en su mente los claros rostros de Minju y Jisung.

No sabía qué decir, en su lugar, solo le quedaba defender al esposo. Aunque, si hacía eso, sabía que el menor se daria cuenta.

-¿No vas a decir nada? -preguntó cuando el silencio se hizo dueño de la habitación, así que aprovechó a acomodarse en el pecho ajeno.

-Es que me sorprendió -susurró-. Pero hay que comprender al esposo, ¿no crees? Capaz es difícil entender su situación; quizás no pueda separarse de su esposa por algo, pero ama al otro chico. O también se le dificulta aceptar que es gay... Hay muchos factores, Ji.

-Min... Yo nunca juzgué a las personas, solo dije que era interesante... Pero tienes razón, hay muchas cuestiones, que solo se deben discutir para ser solucionados.

Minho se quedó pensativo.

Trataba de no ponerse nervioso, pero el hecho de que pensaba en que su corazón palpitaba como loco y en que Jisung lo podia notar, se volvia completamente loco. Sin embargo, comenzó a respirar tranquila y pausadamente, mientras cerraba sus ojos, sintió como lentamente se iba calmando. Tragó saliva y abrió sus parpados para encontrarse con la habitación a oscuras, a pesar de un par de estrellas que estaban pegadas en la pared y que estas brillaban en la oscuridad, desvió su vista hasta el rostro de Jisung, quien sí estaba durmiendo.

Dejó un pequeño beso en su frente, para luego sentir cómo el brazo ajeno subía lentamente hasta posar su mano en su mejilla y acariciarla.

-No juzgas, pero sí chismoseas -acusó el mayor, luego de sentir tiernas caricias.

-Muy depende de la situación -rió-. Buenas noches, amor.

Minho sonrió, era la primera vez que le gustaba aquel apodo.

Esta vez pasó su brazo por la estrecha cintura del menor, acurrucándose y dejándole otro beso en la frente.

-Descansa, pequeño.

Y ambos sonrieron, sin saber las consecuencias que traería luego.

━ 𝑆𝑜𝑚𝑒𝑡𝒉𝑖𝑛𝑔 𝑈𝑛𝒉𝑜𝑙𝑦 ✧ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora