━ 𝑆𝑜𝑚𝑒𝑡𝒉𝑖𝑛𝑔 𝑈𝑛𝒉𝑜𝑙𝑦 ✧ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔

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El juicio se pospuso una semana.

El fallo se dió por una controversia dentro de la sala, una pelea, para ser específico, entre la amante que fue como testigo del hombre, para que revelara algunos tratos de la demandada hacia ella. De esta manera, más las pruebas que tenía, el fallo podria ser positivo para él y el demandante, para por fin tener la tenencia completa de sus hijos y dejar ante la justicia, que la mujer con la que estuvo casi toda su vida, no estaba muy bien de la cabeza.

Pensó que sería bueno traer a la amante del hombre, que sería un escalón hacia la victoria, pero solo causó que pospusieran la fecha, y más estrés en él.

Calmó al hombre, diciéndole que lo tenían, que iban a convencer al juez en la próxima fecha, pero de lo único que estaba seguro, era que necesitaba algo, como un escape, donde no existiera el trabajo, su padre o Minju.

Solo él.

¿Era muy raro decir que necesitaba ver a ese chico de nuevo? No sabía por qué, pero recordó sus mejillas rojas y su linda sonrisa, más la sensación de paz que sintió estando con él. Como si todo su miedo o el mismo estrés desaparecieran. Cómo un remedio extraño, incluso como una droga, sintió como todo desaparecía lentamente.

Quería volver a sentirse así, sintiendo nada y todo a la vez.

El chocolate que le regaló, estuvo delicioso. Se lo comió a alguna hora de la tarde, necesitaba algo dulce y bien, como decia la nota, alegró al menos un poquito su dia. También pudo salir temprano del trabajo, pero las ganas de un trago, invadieron su cuerpo.

No supo cuánto tiempo condujo, pero cuando vio un cartel llamativo, indicando que había tragos, aparcó enfrente del bar. La música sonaba a todo volumen, llegando a aturdirlo, pero no le interesó. Se sentó en unos de los asientos de la barra, y comenzó a mirar a su alrededor, sin saber en donde carajos se había metido.

Hombres semi desnudos, bailando en caños o en la cara de otros hombres,  y hasta follando en los rincones más oscuros del lugar. También había mujeres, haciendo exactamente lo mismo. Quería preguntar qué diablos era esto, y si era legal, pero en cuanto el bartender llegó, le entregó un whisky y le guiñó el ojo, lo dejó sin palabras.

Estaba en un prostíbulo, eso era seguro.

Quiso reir. Sí, el whisky estaba haciendo efecto, a pesar de que literalmente fue un trago.

Esto era ilegal. Y él un jodido abogado que tenia que respetar la ley, ¿A quién le importaba la ley, si aquél chico rubio de la cafetería estaba moviendo su culo como si no hubiese un mañana?

Se mordió el labio, jamás se sintió tan celoso en su vida: quería ser ese hombre que ponia las manos en la cintura de Jisung.

¿Cómo alguien podia ser tan jodidamente tierno y dos segundos después, alguien sexy? Porque sí, era un prostituto y lo sabia porque llevaba la misma ropa que otras personas, las cuales también bailaban para otros.

La luz del lugar se tornó roja, logrando que pueda ver menos. Tomó todo el whisky y se levantó del asiento.

La luz ahora era azul y la musica perforaba sus oidos mientras se acercaba hacia aquel chico que lo volvió loco, pero un mozo chocó levemente con él, ¿Por qué ahora todos le guiñan el ojo? Porque esa fue la segunda vez en la noche que lo hacían. Confundido, volvió su vista hacia el lugar en donde Jisung bailaba, sin embargo, este ya no estaba allí. Buscó con desesperación por todos los lados, hasta que, con la luz blanca iluminando, reconoció su cabellera rubia.

El chico ingresó en un pasillo y supuso que iba a los baños, así que lo siguió. Alzó su mano y buscó el anillo de bodas, se lo quitó y lo guardó en el bolsillo de su pantalón, sin saber muy bien qué iba a hacer o decir una vez estando frente a él.

Notó como entraba en el baño, así que tan equivocado no estaba. Decidió esperarlo afuera, ¿Raro, no? Que el chico que le pidió un café hoy a la mañana, esté ahora en un prostíbulo, siendo abogado y ahora esté acosándolo solo porque le gustaron sus mejillas rojas.

Y su culo.

Apoyó su espalda en la pared, esperando a que salga, debido a lo asustado que estaba, vio salir a un grupo de personas entre risas, así que se irguió enseguida, esperando a que Jisung estuviese entre ellas, pero no. Las personas lo miraron extraño y Minho se disculpó por eso, y en cuanto iba a apoyarse de nuevo sobre la pared, un chico rubio salió del baño.

—¡Chico mal humor! —Minho tragó saliva, no esperaba que lo recordara y menos con ese apodo.

—H-Hola...

—¿Qué haces aquí? —Jisung tomó desprevenidamente la mano contraria y lo condujo hacia el baño, de este modo, ambos podrian hablar mejor—. Qué pregunta boba, lo siento... ¿Es la primera vez aquí, verdad?

—No... Si... No, ¡Caí aquí por accidente! Lo juro, solo quería un trago y luego te vi y te seguí... ¡No te estoy acosando, no quiero que pienses eso! —Minho se calló, pensó que así sería mejor, para no meter más la pata.

—Tranquilo, no pienso eso de ti, sé que eres abogado... ¿no estás aquí para detenerme? Aunque, eso lo hacen los policias...

—No... En serio, caí aquí por accidente.

—Te creo. ¿Y por qué me estabas acosando? —bromeó, logrando una risa nerviosa se saliera de la boca del pelinegro.

—No... No lo sé... —Lee rascó la parte trasera de su cuello, indicando que estaba nervioso, jodidamente nervioso—. Es que, hoy te avergonzaba la más mínima cosa y ahora... Te veo y...

—Chico mal humor, no soy tímido, solo es que me pusiste caliente y me pareciste realmente lindo.

—Oh... Ya veo, ¿Te estoy atrasando con tu trabajo, no? —por primera vez, ambos conectaron miradas.

—Ese hombre no me gustaba para nada... —fue el menor quien se atrevió a dar el primer paso para cortar la distancia entre ellos—. ¿Quieres ir a otro lado, cariño?

—No me llames cariño...

—¿Chico mal humor, te gusta? —Minho asintió, y desvío hacia abajo sus ojos, queriendo besar sus labios—. ¿Y papi?

Lee largó un suspiro, dispuesto a acortar los hilos de los cuales, su matrimonio dependía, tan solo para besar a un chico que conoció en la mañana. La idea le excitaba tanto, pero alguien entró en el baño.

—¿Mi casa o...?

—La tuya.

Tiró del brazo de Jisung y lo condujo a la salida y hasta su auto.

Las ganas de profanarlo no paraban de crecer.

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Escuchen Unholy de Sam Smith y Kim Petras para una mejor experiencia 😍

Espero que les esté gustandoooo