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El ambiente se había vuelto oscuro, salvo por las luces led que cambiaban de color. Olía a marihuana y a cigarrillos comunes, los cuales se mezclaron con el olor a alcohol que había allí, y con los sonidos de los vasos rechinando, las personas caminando de un lugar a otro, y sobre todo, la música.

Se sentó en una de las butacas, y el mismo mesero que lo atendió la primera vez, estaba frente suyo, con una sonrisa radiante.

—Te veo dos veces por aquí y siempre solo, ¿será alguna señal? —Minho no comprendió, pero vio al chico reír.

—Oh.. de hecho, ando buscando a Jisung, junto con un whisky y cenicero.

—Jisung, Jisung, Jisung. Escucho ese nombre muy a menudo, es un chico codiciado aquí, no hay hombre que no este loco por él. De hecho, eres la quinta persona en buscarlo esta noche, no se que tendrá de exquisito, pero si es lo que yo pienso, también andaría detrás de él.

—¿Y qué ha hecho Jisung con las otras cuatro? —el mesero le dejó lo pedido delante de sus ojos, solo que lo mas querido, estaba frente a un señor, bastante morboso para su gusto. El castaño le bailaba tan delicadamente, pero sobre todo sexy, como si sus movimientos ya estuviesen practicados, porque le salían tan naturales, que le provocaba celos que alguien mas lo estuviese mirando.

—Solo les bailó, él siempre es así, no como otros, que siempre se terminan acostando, aquí o en otro lado. En este lugar la información llega bastante rápido, y nunca escuché un rumor sobre Jisung. Tiene cara de ángel, nunca pensé que realmente lo fuera.

Es de todo, menos un ángel. Pensó para sí mismo, aunque no podía negar que tenia facciones tiernas y llena de inocencia, pero esas aparecían cuando realmente conocías a Jisung.

—¿Cómo puedo acceder a una habitación? —preguntó interesado, sin despegar los ojos del acto, ya que aquel señor le comenzó a tocar, pero el ajeno le había apartado las manos tan sutilmente, que el hombre no se había percatado, porque era obvio que se dejó llevar por la mirada llena de lujuria por parte Jisung; aquel que disfrutaba, estaba totalmente hipnotizado por la belleza del castaño, y no podía estar mas que de acuerdo.

—Te doy una llave, se puede utilizar hasta las horas que quieran, pero tiene una tarifa, ochenta mil wones. Pero Jisung ya esta ocupado, el señor pagó mucho por él.

—¿Qué es? ¿un objeto? —bebió del último sorbo del whisky, y por más que sepa mal, prendió el cigarrillo.

—No, pero se hace aquí; el pagar por alguien que deseas mucho. No es obligatorio, sin embargo a veces, hay competencia, y creo que hoy es una de esas noches.

Minho largó todo el humo que estuvo conteniendo, nuevamente, le colocó las manos encima y Jisung las sacó, para en volverlas con las suyas. Su sangre hervía, sentía mas que celos. Sentía esas ganas de tomarlo del brazo y alejarlo de aquel señor, y proclamarlo suyo.

—Dame una —busco su cartera y simplemente contó los billetes, para luego dejarlo sobre la mesa—. ¿Debería pagar por Jisung?

—Como dije... —tomó el dinero y lo contó, para luego guardarlo y anotar algo en un cuaderno—. No es obligatorio. Los hombres lo hacen por avaricia y lujuria. Es más, si lo buscas en este momento, y él comienza a hacer un escándalo, los guardias lo sacarán —le entregó la llave.

Minho la observó y luego paró sus ojos sobre la escena que no ha dejado de observar desde que llegó. Tomó la llave con furia y se acercó, Jisung lo vio llegar, y en su rostro ya no estaba esa calidez llena de ternura e incluso, inocencia, sino enojo, como si fuese otro.

A Jisung le gusto ese Minho.

Lo tomó del brazo sin llegar a lastimarlo y lo sacó de ahí, sin prestar atención a las quejas del hombre, quién los siguió hasta un tramo, pero como dijo el mesero, los guardias lo detuvieron.

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⏰ Última actualización: Sep 11 ⏰

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━ 𝑆𝑜𝑚𝑒𝑡𝒉𝑖𝑛𝑔 𝑈𝑛𝒉𝑜𝑙𝑦 ✧ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora