009

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Minho miró el reloj pegado a la pared, no sabía qué hacer. Jisung estaba preparando los cafés, hace como diez minutos que estaba ahí y las ganas de ir a besarlo crecían cada vez más.

Nunca creyó que podría ser adicto a los labios de alguien, ni siquiera a Minju, la mujer con la que compartió más de cinco años de casados, cada vez que la besaba, sentía un sabor a amargo en toda su boca. Pero eso cambió cuando lo besó, y lo peor era que no podia saber por qué. Así que decidido, se levantó del sofá y se dirigió hacia la cocina. Jisung yacía de espaldas, vertiendo los granos de café en las tazas. No tardó en posar sus manos en la cintura y cuando notó que ya no tenía nada en manos, lo giró rápidamente y lo miró a los ojos.

—Si querías pasar a la acción primero, hubieras dicho... —dijo tímidamente, sin poder estabecer contacto visual.

—No... en realidad, solo quiero besarte, al menos por ahora —sonrio.

Jisung levantó su rostro con los ojos brillosos, logrando que Minho se muriese por besarlo y a la vez que su corazon palpitara por la ternura que estaba observando, así que no tardó en unir ambas bocas.

Jisung pensó que seria un beso rudo, lleno de excitación, pero no, había dulzura, calma, calidez, y eso le gustaba. Le gustaba creer que Minho no quería solo acostarse con él e irse por las mañanas sin siquiera decir buenos dias.

—Entonces... ¿solo besitos? —preguntó cuando se pudo separar.

Y así estar seguro de hacerse ilusiones, sabiendo que pronto saldría lastimado.

—Sí, tus labios se sienten bien —confesó, volviendo a besarlo, con la misma armonía de antes.

Y Jisung se sintió a gusto con esa respuesta, abriendo su boca para que la lengua ajena entre y se encuentre con la suya. Sintió como Minho apretó su camiseta y la subió lentamente, mientras acariciaba la suave piel, logrando que el rubio se separe enseguida.

—Oye... si quieres beber el café primero, no hagas eso —Minho frunció su ceño.

—¿Qué cosa?

—Tengo varias zonas erógenas, y que me acaricien la espalda baja, es una.

—Oh... —volvió a acariciar la espalda ajena, sintiendo como Jisung jadeaba enseguida—. ¿Podemos dejar el cafe para mañana? —preguntó con una sonrisa, observó detenidamente el rostro lleno de placer del rubio, mientras pasaba sus manos delicadamente por su espalda.

—Sí, sí, sí... —cedió, en busca de sus labios—. Fóllame.

Pidió mientras unia ambas bocas, ahora en un beso sumamente caliente y necesitado. Los chasquidos se volvieron más fuertes y la saliva se escurría por todos lados cuando trataban de tomar aire, que, sin pensarlo, ambos ya estaban dentro de la habitación del menor, al estar tan sumidos en sentir el sabor del otro, ninguno se dió cuenta cuando comenzaron a caminar hacia aquella habitación.

Jisung tomó ventaja y empujó al mayor a la cama, largando una risita traviesa. Buscó el control remoto de las luces y las colocó en un color rojo. Sonrió de nuevo.

—¿Recuerdas... Cuando te dije sobre las medidas que iba a tomar?

Jisung lo observó con una sonrisa, mientras se subia a horcajas sobre Lee, quién lo miraba expectante a que termine de hablar. Como ya se había acomodado sobre el respaldo, a Jisung no le quedó otra que sacarle el cinturón y tomar sus manos.

Minho no dijo nada, solo se quedo pensando en qué diablos haría Jisung ahora, que llevó sus manos hacia el respaldo. Y lo supo, en cuanto sintió el cuero del cinturón rodear sus muñecas: estaba atado.

━ 𝑆𝑜𝑚𝑒𝑡𝒉𝑖𝑛𝑔 𝑈𝑛𝒉𝑜𝑙𝑦 ✧ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora