Capítulo 1

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Sintiendo que acababa de despertar de un profundo sueño, Yoongi sintió una aguda molestia en su cabeza, un profundo dolor. Como en sus huesos, estos crujiendo por tanto tiempo sin moverse.

En su vida pasada, amaba dormir, cuando no estaba con su chico y tenia ratos libres, perderse en sus sueños era lo que más le gustaba... Cualquiera pensaría que después de una experiencia tan traumática como la muerte, lo último que pensaría era en volver a descansar, sin embargo, al pelinegro le parecía en esos momentos la mejor elección. Aún cuando la superficie sobre la que se encontraba, era dura, como madera, y cuando la brisa le calaba hasta debajo de la piel, el sería capaz de dormir unas horas más.

"Vaya...Veo que ni la misma muerte me saca lo perezoso."

-Bostezo, tratando de abrir sus ojos, costándole por la cantidad de luz.

El plano en el que se había encontrado con su pareja después de morir, era mucho más oscuro al del mundo mortal. Por lo que sus ojos aun tardaban en acostumbrarse a tanta lucidez.


Su sorpresa fue grande al abrirlos, cuando sus pupilas negras chocaron con aquel enorme altar. Iluminando con abundantes velas blancas un gran retrato de Dios, extendiendo sus brazos como en una bienvenida.

- Tiene que ser una puta broma.

-Este es un lugar sagrado joven.- se escucho una voz masculina áspera, por la edad- Hasta para un alma intoxicada como la suya.

-Deduzco que no eres un sacerdote de verdad.- resopló el pálido, girando su rostro aun sin levantarse del duro banco. Aún no se acostumbraba, a volver a caminar, sin levitar y, ciertamente, le daba mucha pereza tener que hacerlo. - ¿Dónde me encuentro?

-En una iglesia.

-Oh, no me diga.- rodó sus ojos, con sarcasmo- mi cabeza llegaba hasta esa conclusión, gracias.

-No me agrada su tono de voz, joven.- frunció el ceño-Estas en la casa de Dios, y yo soy un ser celestial, tenga respeto.

-Para empezar, su casa esta ahí arriba- señalo al techo, refiriéndose a los cielos- Pero ya, disculpe, oh amable servidor de los cielos. Podría por favor, su santificada presencia, decirme dónde bendiciones me encuentro, y con quién tengo el glorioso placer de conversar. - el pelinegro batió sus pestañas casi de manera inocente cuando el anciano lo observo frunciendo su ceño, aun así ignoro al contrario dedicándose a hacer su cometido como ángel.

-Mi nombre humano seria Ryunjin, soy un ángel guía para los ángeles de la guarda. He sido enviado para explicarte las bases para que llegues a cumplir tu cometido en la Tierra. ¿Recuerdas por qué te encuentras otra vez en el mundo de los vivos?

-Vagamente...- toco su cabeza como si doliera- Recuerdo haber discutido con una voz saliente de un cuerpo, cuya cabeza era una enorme bola de luz. Mientras Jimin temblaba a mi lado y ...

El recuerdo de aquel dulce rostro, con gruesos labios y tiernos cachetes, a travesó su mente casi como una puñalada en el corazón.

  "¿Dónde estaba su chico?"

-¿Jiminnie?- busco a su alrededor con desesperación sin resultado- ¿Dónde esta? Me prometieron que me acompañaría en esto, no puedo estar sin el, lo necesito.

Entonces, su corazón fue apretado por una calidez casi nostálgica, parecía que su cuerpo fue rodeado por un abrazo. Como un susurró, escuchó aquella dulce voz llamarlo.

"Yoonie"

-Mirando a su lado, presenció una especie de aura blanca.

-No entiendo- observo al ángel ante el- Su gentileza, podría explicarme de una vez de que trata todo esto.- dijo sin perder ni un ápice de sarcasmo en su tonalidad, pero perdido en el calor que aun lo abrazaba y no quería soltar.

Connected to you [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora