Capítulo 4

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Los ojos oscuros como la noche se abrieron con  pesar, sin saber bien por cuanto tiempo habían estado cerrados. Un hueco en la verde carpa militar dejaba traspasar los rayos de luz, indicando al azabache que se encontraba cerca del mediodía.  Media mañana, pero, ¿de que día?

Tratando de rebuscar entre sus recuerdos el motivo por el que se encontraba postrado sobre aquella camilla rotosa, recordó aquel breve momento en el que perdió el juicio completamente, volviendo al campo de batalla con la intención de salvar a aquel mocoso de hebras color cobre. Dirigiéndose directo a lo que seria un intento de suicidio, viendo el resultado, estuvo bastante cerca de ser así.

Incorporándose levemente sintió un  punzante dolor por todo su hombro izquierdo que descendía hasta su omoplato, jadeando de dolor, recostó todo su peso en el brazo sano, intentando acomodarse.

-Al menos, no estoy muerto.- resopló, vivo era la única manera de cumplir su castigo y volver con Jimin.

"¿Debería sentirme ofendido?"

-Yoongi dio un saltó sorpresivo en el sitio al escuchar la armoniosa voz de su novio-fantasma. Se olvidaba de que Jimin estaba siempre a su lado.- ¡Mocoso! Si no me matan de un balazo, se me parara el corazón por tus apariciones repentinas.

"Pensaba que podías sentir mi presencia a tu al rededor."

-No siempre, más cuando acabo de despertar de una siesta tan larga.

"Yoonie, has dormido tres días."

-¿Tres?- resopló volviendo a acostarse - Pues sigo cansado- bostezó, mientras sus oídos se deleitaban con la delicada risa del rubio.

"Eres incorregible"

-Así me amas.

"¿Es muy tarde para echarme atrás?"

-Ya dijiste, Sí, a ser mi esposo, mi mocoso.- canturreó con los ojos cerrados mientras recordaba la cara de felicidad de Jimin aquel día. Un sentimiento amargo invadió su cuerpo- ¿Qué pasa, bebé?- pregunto abriendo sus ojos con preocupación.

"Oh, perdón, se me olvidaba."  -soltó intentando calmarse, para volver a trasmitir calma al cuerpo de su prometido, tratando de relajar aquel rostro preocupado-  "Solo me acordé que se perdió el anillo con el hermoso diamante rojo que me regalaste. Me hacía sentir tuyo por completo."

-Minnie, te lo dije aquella vez, lo habré repetido mil veces. Y lo repetiré todos los siglos, si así te entra en esa bonita pero terca cabeza.- trato de sentarse suavemente, si éxito, porque su hombro dolió igual. Ignorando esto, siguió- Park Jimin, desde el momento en que esos bonitos labios se posaron sobre los míos por primera vez en aquella alcoba, donde tantas veces nuestros cuerpos se fundieron en uno, permitiendo a mi mente memorizarse cada milímetro de tu exquisito cuerpo. Desde ese jodido momento, eres mío, para siempre. Así tenga que pasar mil guerras, siete vidas como los gatos, o discutirme con nuestro mismo creador para estar juntos. Eres mío y yo tuyo, mi amor.

"Yoonie, te amo" -sonó, desbordando aquella sensación de amor y paz, que solo Yoongi le causaba.

-Yo muchísimo más.

-Oye muchacho extraño, yo supuse que estabas algo trastornado,-una grave voz irrumpió en la carpa, alterando de nuevo al pelinegro, el cual puso su mano sobre su corazón acelerado- Pero no pensé que tuvieras tendencias suicidas.

-¿Estáis tratando de matarme de un infarto o qué?

- Primero, ¿por qué hablas en plural?- el pelinegro se encogió de hombros viendo como el hombre miraba por toda la carpa, mordiendo su lengua para no reírse al escuchar a su prometido renegando un "Estoy aquí delante suyo, señor canoso". Conteniéndose, volvió a su característico rostro serio.- Segundo, maldito loco desquiciado. Tu casi te matas solo, saltando así de repente al campo de batalla.

Connected to you [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora