Capítulo 7

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Tres días.
Tres días habían pasado desde aquella extraña noche. Desde que llegó a su departamento asustado por que alguien lo seguía, comenzó a sentirse observado multiples veces en el día.
Saliendo hacia su trabajo, caminando en la calle, fuera donde fuera, siempre sentía escalofríos recorrer todo su cuerpo. Su sexto sentido indicándole que alguien o algo, se encontraba a sus espaldas.

Incluso en su departamento, le parecía vislumbrar una fina figura masculina entre las sombras. Una silueta de baja estatura sin rostro, siguiéndolo en la oscuridad. No sabia si por fin enloqueció completamente, pero por si las dudas; es mejor no tentar a la suerte. Por ello, el de piel lechosa se aseguraba de encender todas las luces del lugar mientras pasaba, ignorando deliberadamente las muchas quejas de Namjoon por el alto precio de la luz.

— ¡Prefiero pagar más, a que me lleve el diablo! — se apartó gritando cuando un almohadón fue lanzado a su rostro — ¡Has fallado!

— ¡Jeon! ¡Estás colmando mi paciencia! — contó de 10 a 1000 tratando de calmarse — Estoy viendo una película, apaga la maldita luz.

— Eh.. Deja lo pienso — encendió la luz de una lámpara en una esquina oscura — No, gracias.

— Jungkook, si no quieres que te utilice como nuevo saco de boxeo, más te vale apagar todas las luces que no estes usando. — demandó calmado, pero la amenaza era real.

— Las estoy usando todas ahora... ¡Está bien! — se alejó del sofá cuando su robusto amigo hizo ademán de levantarse — ¡Ya apagó! Cálmate.

Moviéndose con agilidad, el azabache apago la luz princípial. Como si algo lo persiguiera, salgo sobre el sofá, cayendo directo en los ejercitados brazos del contrario.

— Jeon... — murmuró bastante harto

—¿Si? — pregunto inocente.

— Quítate de encima, ahora.

— Ah, eso... Esto, no.

—¡Quítate de encima, Jungkook! — comenzó un zarandeo por desprenderlo de su torso, pero el pelinegro estaba agarrado a el como una garrapata.

— ¡No! — exclamó escondiendo su cabeza — Pienso usarte de escudo si viene en la oscuridad.

— Que no existe ningún..— resopló, proceso correctamente — Espera! Serías tan cobarde de dejar qué me lleve el demonio. — alzó sus cejas incrédulo.

— Por supuesto. — no dudo ni por un segundo.

— Pero serás bestia, pues sabes que — comenzó a gritar como un vendedor en un mercadillo — Llévese lo a el señor demonio, tiene casi dieciocho, colágeno puro. Lo puede cargar como una mochila a la espalda.

—¡Señor demonio! — exclamó nervioso señalando al rubio — Kim Namjoon, 25 años, federado en la asociación de Boxeo de la región Sudogwan, Seoul. Con 1,81 de pura masa muscular extra trabajada, el número uno — anunció este otro como si estuvieran en un combate — Dos veces ganador de la Selección Nacional en Corea del Sur. No lo dude señor demonio, podría partir mesas con su trasero.

— ¡Lo que partiré será tus huesos como no dejes de decir tonterías! — frunció el ceño — Y fueron tres veces.

— Ves. Tú aguantarás más que yo en el otro lado.

— Nada nos va a llevar a ninguno, basta ya. — Jungkook levanto una ceja observando a su compañero de piso.

— Entonces... ¿por qué encendiste la luz?

— Para que te calles de una vez. — mentía, no era creyente pero.. la cortina de la ventana se había movido? Claro que no pensaba mencionárselo al menor, si no quería tenerlo durmiendo consigo esa noche.

Connected to you [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora