Capítulo 19

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Protegido tras la silla de su escritorio, un rubio amarillo asomaba sus ojitos con profundo miedo, sintiendo como su puerta de un tono grisáceo vibraba en sintonía con la fuerza con la que estaba siendo aporreada para lograr ser abierta.

— Kim Namjoon, llevamos cuarenta y cinco minutos así.  — exclamó el menor  — Sal ya.  — meneo el pomo por decima vez.

Un simple y rotuno "No." , lo hizo patalear como un niño, apretando los  puños con estrés. Frunció el ceño al visualizar al pálido leyendo una revista del corazón cómodamente en una silla del comedor.

— ¿Qué?  — alzó una ceja este, extrañado.

— ¿Estas comodo?  — inquirió con sarcasmo.

— En mi terreno teníamos sillas de montar mas cómodas, — Jungkook viró los ojos —pero es aceptable para ahora. — cruzó una pierna sobre la otra.

Sin ánimo de malgastar la poca paciencia que le quedaba, giró su torso prosiguiendo con los golpes en la madera nueva de aquella puerta que comenzaba a cabrearle.

— Nam, la tiraré abajo.  — avisó.

— Se te dificulta abrir un tarro de peinillos, quisiera ver como te las ingenias para derribarla  — argumentó tan lógico como siempre  — A menos que...Oh, dios, el trató con tu secta demoníaca te ha dotado de una fuerza sobrehumana.  — chilló miedoso.

Jungkook se pegaba de cabezazos contra la superficie dura, mientras la escandalosa risa del azabache sentado retumbaba por toda la habitación.

— ¿Qué abre hecho en otra vida para merecer esto, señor?  — se lamentó.

— Pues averiguando eso estamos.  — indico Yoongi  — Uh bueno, tampoco me mires así, ya me calló. — respondió a la mirada amenazadora que le dedico — Si ves como me tratan, Jiminnie?  — acusó con su novio.

Respirando hondo, golpeo suavemente la puerta y posicionando la voz mas empalagosa y dulce posible, volvió a intentar hacer entrar en razón al alto de piel ligeramente bronceada.

— Namjoonie, hyung, por optaba vez, no estoy en ninguna secta  — explicó suplicante  — Esto no es lo que piensas, por favor, sal de ese cuarto y hablemos tranquilamente.

— ¿No estas en una secta? — volvió a preguntar acercándose a la puerta lentamente por el otro lado.

— No.

— Y, ¿ese rubio de labios gruesos y sensuales que vi en el espejo todo magullado no era el demonio metido en el espejo?  — preguntó recordando ese bonito rostro con moretones.

— Uh.. No exactamente.  — miró a Yoongi en busca de ayuda.

— Permíteme.  — el pálido se hizo un espacio frente a la puerta  — No, era un fantasma. Y su posesivo novio te sacará los pulmones donde vuelvas a hablar así de el.  — avisó receloso.

— ¡Yoongi!  — reclamó  — ¡No ayudas!  — el varonil chillido del hombre en el interior de la habitación se escuchó.

— No pretendía hacerlo.  — encogió sus hombros  — El grandullón es tu compañero de piso, no el mío. — bostezó sin pena alguna.


"Tanto se me notan las marcas."

"Extraño verme como antes."


Se lamentó el chico de belleza etérea, que permanecía invisible a los ojos a un costado de la puerta ya aburrido con el espectáculo. Después de su muerte, la tortura permanecía grabada en el recuerdo de lo que una vez fue su cuerpo, luciendo frágil y disgustado con su propia imagen.

Connected to you [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora