"Lo Prometido es deuda"
Aquí les traígo la secuela de: 𝙸 𝚌𝚊𝚗 𝙵𝚒𝚗𝚊𝚕𝚕𝚢 𝚋𝚎𝚕𝚒𝚟𝚎 𝚆𝚑𝚊𝚝 𝙸 𝙳𝚛𝚎𝚊𝚖.
Ahora nos transportamos 26 años en el futuro, los tres hijo de Bo y Din han crecido y los tres tienen distintos planes para su futur...
El atardecer estaba cayendo en Mandalore, lo que daba una vista agradable y bella para todos. Una speeder bikes negra recorria los caminos rocosos del paramo que rodeaba a la ciudad capital, y sobre este se encontraba piloteandolo un Mandaloriano de armadura multicolor {debido a que toda la armadura era tornasol}, un casco brillante y una capa negra ondeante.
Mientras el recorria el paramo, en el palacio principal se estaba llevando a cabo una reunion importante:
Axe: (Serio) La República esta bajo presión, mi lord. Aquellos que se hacen llamar la Primera Orden están fuera de control, han estado asesinando a aquellos que saben posiblamente sus maquiavélicos planes.
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Din Djarin: (Estoico y Sarcástico) ¿La República bajo presión? Mh, ¡Kanon! Toma nota de esto por favor, anota el "Agobio" que eso me causa.
Axe: (Serio) Han estado perdiendo varios recursos por derrocar esta Primera Orden, lo que significa que el tratado que establecimos hace casi 26 años, corre peligro de romperse y quieran sobrexplotar el Beskar para fines bélicos.
Din Djarin: (Firme) ¡Es sufieciente! Nuestro Beskar estará protegido, al igual que mi gente. Desde que se establecio el tratado y el hecho de que la república solicite nuestro apoyo, no significa que nosotros entremos en éste conflicto. Nos encargaremos de éste problema, como sabemos hacerlo.
Axe asintió, aún que no estaba muy seguro de la desición que vaya a tomar el Manda'lore. Mientras ellos estaban en su reunión, aquel Mandaloriano se detuvo, ya que escucho ruidos extraños y eso le alerto de inmediato, no estaba solo; sin perder tiempo, retomo su camino y acelero un poco más, pues unos Alamitas lo estaban asechando. Incluso uno se le puso en frente, provocando que por poco se fuera para atrás y se cayera, afortunadamente logro retomar el control y dio media vuelta para retonar a la ciudad, esas cosas estaban pisandole los talones y lo estaban rodeando.
Llego a unos riscos que eran señal de que estaba serca de la ciudad, y cuando noto que esas cosas estaban pisando sus talones, saco de su costado una espada de Beskar plateada; miro hacia arriba y hacia atrás, esas cosas estaban cazandolo, incluso cuando uno estaba por tomarlo del talon, lo degoyo sin problema alguno; esto provoco que varios azotaran al suelo, dandole una ventaja segura. Uno se interpuso en su camino, pero con lo que no contaba esa cosa, era que la espada tenía un mecanismo de resorte que gracias a un blandir, este sacaba shurikens con mini cuchillas retractiles, las cuales asesinaron al alamita.
La noche había llegado, en cuanto salió del risco y el paramo, vio a lo lejos la entrada a la ciudad algo que alivio su alma, pero todavía quedaban tres de esas cosas.
