Capitulo 11 (Alice)

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Como Chris había prometido, paso por mi justo a las seis de la mañana, por lo menos ahora sabía que era puntual. Cuando llegó no estaba preparada, no es porque se me hubiera hecho tarde, de hecho me levanté una hora antes por culpa de la misma pesadilla que me sigue atormentando desde hace tiempo, deje de tomarle importancia desde hace rato, pero eso no cambia el motivo de que sea igual de aterradora como siempre.
Pensé que decirle que no estaba lista sería una excusa para no ir, pero me equivoqué al pensar que lo iba a pasar por alto.
—¿Cuánto te falta? —gritó Chris detrás de la puerta de mi recámara.
Empecé a buscar ropa que fuera deportiva pero por alguna razón no tenía ninguna prenda, por supuesto que no iba a tener nada para ponerme, quien iba tener la necesidad de usar leggings en el palacio.
—Digamos que no tengo ropa con la que pueda ir a entrenar —abrí la puerta y lo vi esculcando entre las mentas que estaban encima de la mesita de la sala.
Dio media vuelta para verme en bata y con pantuflas.
—¿Ningún pantalón? —preguntó mientras se metía la menta a la boca—. O alguna falda cómoda.
Negué.
—Ven, vamos arriba —supuse que se refería al cuarto donde iríamos a entrenar.
—¿Así? —me señale de pies a cabeza, por su puesto que no iba a ir así.

Retiró lo que dije, Chris consiguió sacarme así, o bueno me sacó a la fuerza, después de varios intentos de convencerme de buena manera.
Después de todo el recorrido, llegamos a la torre donde estaba el cuarto de pelea, para mi suerte no nos habíamos topado con nadie para que me viera de esa manera, pensé que ahí iba terminar todo ese teatrito pero solo era el comienzo de todo ese día.
—Ten —saco de unas de las puertas que estaban al costado del cuarto, un traje negro de cuero, que se pegaba al cuerpo, aunque muy flexible y cómodo—. Ponte esto.
—¿De quién es? —agarré el traje con inseguridad.
—No te preocupes de eso, está limpio y nuevo —me apresuro a ponérmelo en un baño que se encontraba cerca—. Vamos, antes de que se nos haga tarde.
Entre al baño y me puse el traje a cómo pude, no puede evitar notar que estaba hecho para una dama, además de que parecía nuevo como había dicho él, traía una insignia del castillo y otras más que no pude reconocer, me quedo a la medida, y debo recalcar que a mi parecer no se me veía mal. Cuando entré Chris estaba escogiendo las armas que íbamos a usar, pero me decepcionó agarrado dos palos.
—Bien —afirmó mientras daba media vuelta para verme de negro—, nada mal —recalcó.
—Está cómodo, a pesar de cómo se ve —me acerque agarrar el palo que tenía en la mano extendida hacia mí.
—Esa es la idea, para que tengas menos desventajas a la hora de pelar.
—¿Chris?
—Mhm —asintió: ¿que?
Hizo una señal para que me pusiera en la otra esquina del tapete.
—¿Por qué tienes este traje? —no pude evitar preguntar.
—Te dije que no te preocuparas.
—Tengo curiosidad —afirme—. Si llegas a comprender que la clase no comenzará hasta que me digas ¿Verdad?
—Eres muy insistente —bromeó, aunque era cierto.
—Lo sé.
Soltó una sonrisa y se acercó para señalar el logo en el que me había fijado unos minutos atrás.
—¿Ves esto? —señaló a los escudos que estaban debajo del logo del palacio.
Asentí.
—¿No los reconoces? —se me hacían conocidos, sabía que ya los había visto en algún lado pero no recordaba con exactitud. Negué—. Todos estos escudos los llevo en mi uniforme.
—¿Y porque tienes este traje aquí? —aunque no me gustaba confirmar, sabía que no habían soldados mujeres, o al menos yo jamás había visto.
—Era de prueba.
—¿Prueba para que? —o más bien ¿de que?
—Hace tiempo James le hizo una propuesta al Rey.
—¿A su padre?
Asintió.
—Donde le propuso crear un ejército de puras mujeres —pensó sus palabras—. Aunque la idea le gustará a los muchos de la corte, a otros cuantos no, así que la idea terminó olvidada. Al menos por el rey.
—¿Que dices? —exclamé—. Es una idea increíble , jamás he visto algo así.
—Porque no existe un grupo así —confesó—. James, se dedicó por un tiempo a ser investigaciones sobre las ventajas que tiene las mujeres a la hora de pelear, créeme que era una fantástica idea —tomó un respiro—. Pero no lo dejaron continuar con esa propuesta, supongo que la retomará cuando se convierta en rey —se quedó pensando por un segundo—. No te imaginas las ideas que tiene, pero no tiene mucha voz en la corte.
No podía imaginarme la frustración del príncipe al saber que no le ponían importancia a la hora de hablar, él iba a ser el próximo rey, como no tomarlo en cuenta.
Agarré el palo con más fuerza y lo sostuve a mi lado mientras me apoyaba en él.
—Alice.
—¿Qué pasa?
—No se lo comentes a nadie, me matarían por eso.
Me reí.
—No te preocupes —dije entre una sonrisa.
Ouh lo decía en serio
—No le diré a nadie —asegure.

El Ensamble (Cada Diez Años)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora