𝙂𝙤𝙤𝙙 𝙆𝙞𝙡𝙡𝙚𝙧𝙨.

Perros rabiosos

"Perro loco." O el detective Kim... Taehyung se había ganado a pulso el grotesco apodo. Tenía una increíble carrera como detective, diestro e inteligente para resolver misteriosos casos y atrapar hábiles asesinos.

Sin embargo, cuando tuvo que enfrentarse a cara con la trágica muerte de su pequeña hija, todo en su vida se vino abajo, y Kim empezó un camino plagado de insensatez, rudeza e indiferencia con su vida mismo y de los demás.

Constantes agresiones y llamados de atención en su trabajo terminaron por darle fama de impaciente, insensible y cruel. Efectivamente para Taehyung, su vida ya no tenía mayor sentido, había perdido a su adorada pequeña en manos de un asesino a quien no había podido identificar ni capturar.

Existía en los recuerdos, en la frustración y el dolor... le daba igual si vivía o no.

Suspendido por su comportamiento agresivo y casi mortal con los delincuentes que capturaba, o las malas relaciones con sus compañeros, ahora se pasaba los días entre el alcohol y la soledad de su casa.

Como en este preciso momento, mientras se sirve un plato de arroz de dudosa frescura, escucha el televisor encendido y mira al inspector Jeon Jungkook dando algunas declaraciones en una rueda de prensa para informar sobre el reciente asesinato del hijo del jefe de policía.

— Aceptamos que nuestras fuerzas policiales han sido superadas por la habilidad de esta clase de criminales. — acepta Jeon en medio del abucheo y bullicio de los presentes.

— ¿Qué medidas de protección nos ofrecen? ¡Los ciudadanos están desesperados! — pregunta uno de los periodistas y Jeon parece intranquilo con el cuestionamiento. Como si no tuviera una respuesta correcta.

Taehyung observa la pantalla del televisor y esboza una media sonrisa irónica, mientras le da un trago a una lata de cerveza.

— Haremos todo lo que este en nuestras manos para proteger la seguridad de nuestros ciudadanos. — informa el inspector Jeon.

— Pero ha aceptado que las fuerzas policiales no son suficientes para combatir este tipo de crímenes y atrapar a estos asesinos. — reclama uno de los presentes.

Jeon mira directamente a la cámara con expresión sombría y Taehyung lo observa a detalle a través de la pantalla, conoce un poco al novato inspector, sabe rápidamente que algo están tramando y sus suposiciones aciertan cuando su teléfono suena y descubre que es Choi Jihoo, el jefe de policía quien lo llama.

Taehyung observa la pantalla por unos segundos antes de contestar y piensa que quizá algo interesante se acerca...

— ¿Cómo has estado? — pregunta el inspector y Taehyung alza el rostro un poco para observarlo y reír con sarcasmo. Luego de la llamada han acordado verse en un pequeño bar, para platicar un poco más.

— Como me ves... en un intento de vida. — responde bebiendo directamente de la botella de soju. — ¿Qué es lo que quieres? — pregunta Kim toscamente.

— Que hagas un trabajo.

— Sabes que estoy suspendido. — añade con rapidez y algo ofuscado.

— Yo me encargo de ello...

Taehyung alza una ceja y coloca una expresión burlona. Su apariencia no es la mejor, vestido con lo primero que encontró, su cabello desordenado, ojeras que demuestran lo poco que duerme y un evidente gusto por el alcohol. Sus ojos son sombríos y misteriosos, como si bajo ellos guardara profundos dolores y secretos.

— Mataron a mi hijo Taehyung. — suelta Jihoo de repente. — El infeliz, lo mató... quiero que lo encuentres y me lo traigas.

Taehyung no es de las personas que dan sus condolencias, no va a decir que lo siente. Sabe que eso no sirve... conoce perfectamente el dolor de perder a un ser amado a manos de un asesino.