ADARA.
El fin de semana lo aprovecho para pasar más tiempo con Mik. Dejo que me lleve a pasar el día con él sin saber cuál es nuestro destino, pero cuando llegamos me alegro de haber ido sin hacer preguntas. Ha acertado de pleno, no sabía que un lugar así estuviera a tan solo unas horas de mi casa. Es una playa de arena que tiene dunas como si fuera un desierto. De hecho, en el lugar no hay nadie, parece solo para nosotros.
Es tan romántico que no me lo puedo creer y más cuando prepara el picnic que ha planeado.
— Me encanta, es lo más bonito que han hecho por mí — digo emocionada.
Mik se acerca y me besa, el efecto de sus besos es adictivo y pronto me pierdo en su boca olvidando el resto del mundo.
Cuando se separa tengo que sujetarme a sus hombros para seguir en pie.
— ¿No se preocuparan tus padres porque te vayas todo el día?
Contarle a Mik lo sobreprotectora que es mi madre, ha hecho que ahora me ande preguntando cada vez que salimos.
— Les dije que iría con Blanca, ellos confían porque conocen a su familia de toda la vida.
Hace una mueca, hace tiempo me di cuenta de que no le cae muy bien mi amiga. Pero no pienso dejar que eso afecte a mi amistad o a mi relación.
— Y tú, ¿confías en ella?
Es una pregunta difícil de responder, pero hago un esfuerzo.
— Depende con qué. La conozco bien y sé que es egoísta, que puede llegar a hacer cosas que me perjudiquen, pero nunca nada grave porque nos queremos como hermanas — rueda los ojos y le doy en el hombro a modo de regaño — No pongas esa cara, puede que Blanca sea muchas cosas, pero sé que tiene buen corazón.
— No vale, sueles pensar eso de todo el mundo.
Me río y le doy otro beso apasionado. Después sin abrir los ojos, me recuesto encima de él y me quedo así unos minutos. Es el mejor lugar del mundo o mejor dicho, Mik lo convierte en el mejor lugar. Me encantaría congelar este instante.
Sin embargo, lo bueno dura poco y nos sentamos de nuevo para probar la comida que ha traído.
Cuando terminamos se levanta, se quita la camiseta y corre hacia la playa, mientras que hace gestos para que me una. Pero yo prefiero admirarlo de lejos, como se hunde en el agua y empieza a nadar, las gotas de agua resbalan por su pelo mojado y le dan un brillo especial a sus ojos. Unas cosquillitas recorren mi estómago como si hubiera comido cientos de mariposas en vez del almuerzo. Es tan intenso que no puedo negarlo…
Estoy enamorada de Mik.
Sin darme cuenta estoy corriendo hacia el agua también, me quito la ropa hasta quedar solo con el bikini y la dejo en la orilla. Mik observa cada uno de mis movimientos y cuando entro no duda en seguirme.
Jugamos un rato hasta que el sol empieza a ocultarse. Esa puesta de sol es lo que faltaba para convertir el día en extraordinario. Las manos de Mik enmarcan mi cara y musita contra mis labios:
— Eres preciosa.
Unimos nuestros labios como si fueran imanes, atrapados en las redes del amor. Su lengua me recorre con dulzura y tienta a la mía. Las olas chocan más fuerte contra nuestros cuerpos como si las hubiéramos contagiado de nuestra pasión. De un salto rodeo mis piernas alrededor de su cintura, como si fuera mi tabla de salvación. Noto que está tan duro como la última vez y mi cuerpo grita desesperado por sentirlo.
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Falsa apariencia
Teen FictionMikael Rinaldi juró que dejaría el estilo de vida de su familia y la violencia atrás. Se independizó siendo aún menor de edad y se matriculó su último año de instituto en un barrio normal, nada que ver con el lujo al que estaba acostumbrado. Solo qu...