Nueva vida.

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MIKAEL.

Estos últimos días mis hermanos se han vuelto más intensos como si sospecharan algo, recibo llamadas casi a diario de alguno de ellos. Tampoco me gusta la idea de tener a los hombres de Brayton husmeando tan cerca. 

Lo bueno es que mañana me voy y por fin todo habrá acabado. Doy vueltas en la cama repasando el plan. 

Para tener más tiempo Adara le dijo a sus padres que iría a casa de Blanca a dormir, pero por la mañana temprano vendrá conmigo. Black se encargará de deshacerse de la vigilancia y de entretener a mis hermanos todo el día. 

En un principio nos iremos a una casa a las afueras, que no tiene vecinos en kilómetros. La casa ya está equipada con comida para todo el verano. 

Cuando termine el verano cambiaremos de destino porque para ese momento las aguas estarán más calmadas y quizá se hayan cansado de buscar. Eso espero.

Consigo dormir, pero a las pocas horas suena el timbre. Abro la puerta medio dormido y me encuentro con la preciosa cara de Adara. no lleva maleta, eso habría sido muy llamativo, en la casa a la que iremos ya hay ropa para ella. 

— ¿Estás nerviosa? — pregunto preocupado.

— Un poco.

La tomo de las manos y le doy un beso en la frente.

— Todo va a salir bien, bebé.

Asiente y nos ponemos a preparar algo de comida para el viaje. Iremos en coche pero no en el mío, para la ocasión llevaré un coche barato que fácilmente se camufla en cualquier barrio en vez de destacar.

Cuando Black me indica que podemos salir, bajamos hasta el garaje para que no nos vean salir por la puerta principal. El coche de segunda mano que he comprado para la ocasión está aparcado en otra plaza para despistar. 

Nos subimos en él y empezamos el viaje. Tengo que reconocer que también estoy algo nervioso, pero también emocionado. La aventura me encanta, si fuera por mí me la pasaría viajando.

El viaje es tranquilo, puedo comprobar que nadie nos sigue. No esperaba menos, al fin y al cabo he hecho un pacto con el demonio. ¿Qué me pedirá Black?¿Cuándo lo hará?

Espero que no sea algo que rompa mis esquemas, pero él es especialista en eso.

La mansión que he alquilado es enorme, pero lo mejor es que el propietario no hizo muchas preguntas. Después de más de siete horas de camino bajamos del coche agotados. Aún así la cara que pone Adara al ver la mansión no tiene precio, parece una niña emocionada.

— Es perfecta.

 Ese día estamos tan cansados que vamos directos a la cama a dormir, no tenemos prisa porque sabemos que solo es el principio de nuestra vida juntos.

Falsa apariencia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora