"ENTRE DOS AMORES"

CAPÍTULO Dieciocho

Un rayo de sol traspaso la suave cortina de la ventana pegando en mi rostro, y un olor a tocino hizo crujir mi estómago me estire y abrí mis ojos, ahora recordaba que nos habíamos quedado en casa de Jhonny, me senté y vi una bata rosa tendida sobre la cama junto a unas pantuflas de gatita, no tenía que repasar en mi memoria para saber que eran de Vicky, me la coloque y fui al baño, lave mi rostro y di gracias a dios que siempre cargo ropa interior de repuesto y mi cepillo de dientes, me cepille, di un baño seque y desenrede mis cabellos y baje, no sé si era el amor o el sexo desenfrenado pero tenía un hambre horrible y el olor de la comida no ayudaba a aminorarla.

Me detuve en la entrada de la cocina y allí estaba Jhonny con unos pijamas de cuadros y sin camisa, cosa que me paralizaba el corazón, estaba de espaldas y podía ver su trasero redondeado y perfecto... era ilegal verlo de esa manera pero no podía desaprovechar esta oportunidad.

–Buen día dormilona– me dijo cuándo se dio la vuelta con el sartén en la mano.

–Buen día– dije tratado de recobrar la compostura de haber sido descubierta espiando su trasero de nuevo

– ¿Tienes hambre?– Pregunto

–Sí, muero de hambre y huele muy bien–

–ven siéntate, ya está servido–

Coloco unos tocinos en el plato y coloco el sartén en el lavaplatos, el desayuno se veía muy bien pan tostado, tocino, huevos, queso, café con leche y jugo de naranja, todo lo que me encantaba y no comía a menudo por falta de tiempo, desayune sin decir ni una sola palabra, luego que termine me di cuenta que no había dejado nada en mi plato.

–Disculpa Jhonny no quise comer tan deprisa, es que todo estaba exquisito y hoy tengo mucha hambre–

–No te preocupes, hacer el amor da hambre– dijo

Sonroje –si eres inapropiado– le dije

–Inapropiado o exquisito– dijo

– ¡Dios que horrible eres!, no te soporto petulante– dije

–Y yo te adoro cuando me insultas, mi pequeña Anaconda– se levantó y me beso la nariz.

–Sube yo arreglo mi desastre– dijo me levante y di la vuelta– vístete a menos que quieras comer el postre–

Me voltee sonrojada– eres un ordinario de lo último, no te soporto– me di la vuelta y sentí un latigazo en el trasero con un paño, me voltee y le di una de mis miradas de enojo con algo de risa.

–lo siento amor es que siempre había querido hacer eso–

Lo mire y le guiñe el ojo – que delicado– dije y subí a cambiarme.

Dejamos todo arreglado como si no hubiésemos pasado la noche allí, igual la mamá de Jhonny no regresaría hasta el mediodía, fuimos al supermercado para hacer algunas compras. Camino a casa nos detuvimos en una panadería para comprar algunos dulces y romper mi dieta, el sr. Julio estaba de guardia ese día y por supuesto no pase desapercibida frente a sus ojos.

–buenos día señorita Anabel ¿cómo está?–

–buenos días sr. Julio, bien gracias todo bien–

–qué bueno señorita y su amigo ¿de dónde es?–

–buenos días soy Jhonny y no soy su amigo, soy su prometido pronto nos vamos a casar, ¿verdad amor?–

–sí, algo así, pronto nos vamos a casar –

–felicitaciones a ambos, me alegra mucho, una señorita tan bella como usted ya era hora que se casara y no estuviera viviendo sola–