CAPÍTULOSeis

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Llore por casi todo un año todas las noches en el silencio de mi habitación, al amanecer tenía que colocarme papas en los ojos para que mi mamá no se diera cuenta de que aun lloraba por Jhon, estuvo tres meses completos consolando mi depresión, deje de llorar delante de ella cuando por accidente la vi llorando diciéndole a mi padre que estaba preocupada por mí y que no quería que me volviera como esas chicas que se suicidan por amor, se puso tan mal en los brazos de mi padre que me partió el alma verla de esa manera, mi madre era muy alegre nunca la había visto llorar, yo no tenía derecho de hacerla sufrir de esta manera. Me arme de valor y decidí que si iba a sentirme miserable y moquear hasta morir no podía involucrar a nadie y en especial a mi familia, me hice la fuerte comencé a correr aunque eso era una puñalada directa al corazón porque recordaba a Jhon cuando pasaba por mí para ir a correr y nuestras largas platicas en el parque.

En la escuela transitaba como un zombi, estudiaba por inercia me volví apática y asocial, en un principio no hablaba estaba distante, luego llego la etapa de rebeldía y de todo el mundo tiene la culpa. Amanda y Ricardo fueron muy pacientes conmigo por bastante tiempo, me visitaban y trataban de sacarme de la depresión donde estaba sumergida, sin embargo, no fue suficiente, deje de salir con ellos, solamente compartíamos el desayuno en el colegio no quería ir a divertirme ni hacer nada que me recordara lo desdichada que era, estar con ellos dolía verlos juntos y felices me daba coraje así que preferí distanciarme para no salir con una amargura a mis mejores amigos a la final ellos no tenían la culpa.

Estuve esperando desde la partida de Jhon sus cartas por el correo día tras día, la decepción me atrapo cuando ya había pasado dos mes y no tenía ni una sola de sus cartas, me ardía el corazón por la desesperanza, sin embargo yo aún seguía enviándoles las mías le contaba lo mucho que lo amaba y extrañaba. Recuerdo que la primera carta que le envié fue el mismo día que partió a Londres...

Amado Jhon,

Hoy estuve en el aeropuerto para despedirme y disculparme contigo, fui malcriada y egoísta por no haberte escuchado sin embargo, fue demasiado tarde...me siento tan mal por no despedirme, desde que te conocí siempre me apoyaste y diste a mi vida un nuevo sentido, sé que fui dura con mis palabras y me siento arrepentida por ello ahora me siento fatal y enojada a la vez, desearía tenerte cerca y golpearte a la cara por estúpido ¿por qué rayos no me lo dijiste antes? Estoy tan enojada en este momento... Lo siento disculpa por insultarte es que... que... yo también te amo como nunca he amado a nadie. Te prometo que cumpliré con lo que me pides nunca me quitaré la cadena que me diste así como tú prometiste nunca quitarte la tuya, es nuestra promesa de amor. Siempre tuya Anabel

No recibí respuestas de Jhon, todas las noches pensaba ¿qué le había sucedido? Si me había olvidado me hice mil veces esta pregunta, cuando sonaba mi celular saltaba mi corazón en respuesta de que quizás era Jhon, sin embargo la tristeza me embargaba cuando descubría que no era así no sé cómo sucedió... pero Jhon al parecer ya me olvido... volví a vestirme de la manera habitual, la ropa que compre con Mimí la deje en el fondo del closet no tenía ánimos para verme bien y así como me sentía por dentro lo exteriorizaba con mi actitud y mi forma de vestir.

Era mi último año de bachillerato me sentía una porquería simplemente estudiaba por mis padres, estaba más delgada cada día sólo quería terminar mi tortura de una vez, y cuando pensé que mi vida ya no tenía sentido tomo un giro inesperado.

Una chica llamada Victoria llego nueva a mi salón, parecía agradable, hermosa y siempre estaba a la moda, lo menos que una persona como yo pensaría era que ella quisiera acercárseme para hablar, ni mucho menos querer ser mi amiga, yo no estaba en condiciones de tener amigos y con la partida de Jhon volví a mis hábitos de huraña.

"ENTRE DOS AMORES"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora