Prólogo.

1K 67 16
                                    

Cuando sus manos se tocaron, algo sucedió dentro de la mente de Twilight. Cómo si lo hubieran golpeado de repente con algo duro, su visión se volvió borrosa, sus oídos empezaron a zumbar y separó la mano de la de ella bruscamente, hasta que el dolor se detuvo. Extrañado, subió la mirada a ella, esos ojos rojos con manchas color vino en su iris causaron que su corazón empezará a latir aún más rápido.

Pero ella parecía intacta, no estaba confundía o adolorida, no como él. Se quedó completamente confundido consternado por lo que sucedió.

—¿Estás bien, Loid? —preguntó ella con curiosidad y preocupación en la voz.

Twilight había llevado una mano a su cabeza, presionando su costado derecho en un intento de comprender que fue eso. Ese dolor extraño al tocarla.

—¿Loid? —preguntó ella cuidadosamente intentando poner una mano en su hombro.

Pero él se hizo a un lado, tocarla dolía. Literalmente.

—Estoy bien... Sólo fue un mareo —mintió alejándose de ella.

Yor contrajo su brazo, ambas manos las llevo a su espalda entendiendo que él no quería ningún tipo de contactó físico con ella. Desvío la mirada rápidamente a otro lado y asintió con la cabeza.

—Lo siento Yor... Creo que no podemos salir está noche  —dijo él.
—Esta bien... Sólo, recupérate pronto, a Anya no le va a gustar verte enfermo.

No sabía que le dolía más a Twilight. Fallarle de esta manera, cuando habían acordado tener una cita para hablar o tocarla.

Yor se dio la vuelta en la sala de estar con rumbo a su habitación y camino rápidamente hasta llegar adentro de la misma.

—Yor... Espera —Twilight corrió hasta ella, tomó su brazo con la mano.

Nuevamente fue atacado con ese dolor sordo en la cabeza, la visión borrosa y la molestia en los oídos. Él negó con la cabeza y se concentró en Yor.

—Te ves bastante mal, Loid... —escuchó.

Pero no supo distinguir si era la voz en su cabeza que sonaba como Yor o era ella quien le estaba hablando.

—No quiero que las cosas se queden así entre nosotros —dijo él luchando contra los síntomas de lo que sea que le estuviera pasando.

Yor giró su cuerpo nuevamente para poder ver la agonía en sus ojos.

—Yo... —intentó hablar Yor. Pero su garganta se sentía áspera.

Twilight quería hablar, sabía que tenía que decirle para tranquilizar cualquier duda que ella estuviera teniendo, pero tocarla literalmente lo estaba consumiendo. Cada vez el dolor era más intenso y constante, al punto de que era difícil verla, hablarle.

—Creo que debemos hablar cuando te sientas mejor.... estaré en mi habitación si necesitas algo —agregó ella.
—No quiero pelear contigo —respondió él rápidamente.

El silencio reino en la sala, mientras Twilight soltaba a Yor y el dolor disminuía al instante.

—No estamos peleando... No deberíamos, ni siquiera estamos juntos —dijo ella mirando el piso.
—Estamos juntos criando a Anya y es importante para mí que te sientas cómoda —contestó mirando sus ojos nuevamente.

La mirada de Yor lo decía todo, sin brillo, apagada y con párpados a la mitad. Sus labios con las comisuras hacia abajo. Esto dolia más que cualquier otra cosa para él. Ese rostro entristecido.

—No me iré, si es eso lo que te preocupa, al menos que tú quieras alejarme —dijo ella.
—No quiero que te vayas... Eres la madre de Anya -aseguró.

Ella rio suavemente.

—¿Lo crees? ni siquiera soy capaz de cocinar algo para ella, sólo ayudo un poco con sus estudios y deportes...
—Eso no es cierto. Ella adora estar a tu lado... —él sonrió recordando algo, pero no sé trancó en el recuerdo—. Por favor, hablemos, no quiero estar otro día más así contigo.

Desde que Nightfall fue a su casa y causó más de una inseguridad en Yor, haciéndola ver cómo incompetente como madre y esposa, ha hecho que la amistad que Loid y Yor tengan en este matrimonio por conveniencia sea frágil, a lo mucho han intercambiado palabras sobre Anya y nada más, por eso Loid quería salir con ella en una cita para asegurarle que solo ella es y será la madre de Anya.

—Estas cansado... lo puedo ver... Por favor, ve a dormir un poco. No iré a ninguna parte.

Aunque no la estaba tocando, eso sonó como si estuviera en su cabeza y no diciéndolo en verdad. A pesar de que él no quería y no podía dormir, asintió con la cabeza. Ella estaba causando esto en él, quería calmarse antes de que no haya retorno en lo que su mente y su corazón creen saber.

No puedes amar a nadie si aprecias tu vida.

—Fiona y yo... No está pasando nada entre nosotros dos, te lo aseguro... Yor.

La miro fijamente y no tembló en ningún momento. Yor abrió los labios y los ojos, al fin sus ojos volvieron a brillar.

—Hablaremos más tarde, pero no quiero que sigas pensando en mí y ella... No hay nada entre nosotros. Lo juro.

Twilight se acercó a Yor y dejó un beso en su coronilla, inmediatamente el tacto le provocó el dolor, pero con el que ahora estaba luchando con tal de tranquilizar a Yor. Hasta que ella se alejo de él, se sujeto la cabeza y se apartó de él con un jadeo saliendo de sus labios.

Ella también sintió eso cuando la tocó.

Sus mejillas sonrojadas fue lo primero que él vio cuando estuvieron a una distancia razonable. Yor entro a su habitación y le sonrió débilmente.

—Hablamos más tarde.
—Seguro... Descansa —murmuró Loid.

Lentamente, él se alejo de la puerta de Yor y camino a la suya. Viendo el mismo rostro de ella, pero más joven, más alegre y feliz, sacudió su cabeza y lo único que escuchó fue su voz, lejana y como si estuviera debajo del agua, se golpeó la frente intentando sacarla de su mente y en ese entonces fue cuando sintió que la corriente eléctrica que recorrió su cuerpo cuando la besó en la frente lo atacó. Pero ni siquiera la estaba tocando ahora.

Loid —escuchó. Se dio la vuelta pero ella ya no estaba en el pasillo y lo siguiente que sucedió es que la puerta de Yor se cerró.

Fragmentos de ti. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora