Capítulo 25 Muy dulce para mí.

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Su cuerpo yacía junto a él, acostada de lado con la cabeza apoyada en su brazo, sus manos entrelazadas con la de él y la mano libre de él se encontraba sobre su cintura, claramente evidenciando cómo se habían quedado dormidos ayer.

Recordó a detalle como ella se acurruco de espaldas a él, como Loid se acomodo detrás de ella, presionando su pecho suavemente contra su fina espalda, ella se estremeció ante el contacto, pero no se apartó. Él envolvió un brazo por su cintura, presionando su mano en su estómago, ella deslizó la palma de su mano por su brazo hasta entrelazar sus dedos con los de él, el otro brazo
se posó sobre la almohada y la cabeza de ella, hasta que Yor tomó su brazo lo bajo a la altura de su cabeza y también entrelazo sus dedos.

Habían dormido antes en la misma cama, o camilla de hecho, pero al día siguiente cuando él despertó, ella ya no se encontraba a su lado, había ido a recoger a Anya para que lo visitara, se despertó solo y los días posteriores esté en los que Yor se quedó a su lado solo fueron siestas.

Yor estaba aún abrazada a él, pero profundamente dormida, su respiración era pesada, su pecho subía y bajaba de forma lenta. No había despertado con ella a su lado, era una nueva forma de intimidad a la que nunca había estado acostumbrado. Había despertado con mujeres sobre su pecho, pero él se escapaba de ellas y las dejaba. En cambio, estaba hablando de Yor, la única mujer que hizo capaz que él durmiera por horas, dormir de verdad, la que era dulce con su hija, la que se esfuerza cada día por ser suficiente cuando ya lo es para él.

No iba a huir, ni siquiera era una opción. Pero tenía que aceptar que era diferente. Los recuerdos se sienten diferentes que ahora, no se arrepiente de nada, para nada, de hecho entendía porque era diferente, eran personas diferentes, ahora eran adultos, crían a una niña juntos, ambos pasaron diez años separados sobreviviendo a la vida cada uno por su lado, las marcas en su cuerpo eran prueba de ello. Lo sabía, pero no significa que era más fácil asimilarlo.

Loid movió la mano a su brazo y con el dorso de dos dedos recorrió su piel de su brazo izquierdo hasta llegar a la cicatriz justo en el hombro, una cortada profunda, probablemente hecha por un cuchillo o una daga.

¿Quién era la persona de la que se enamoró?
¿Con quién se casó?
¿Quién es ella y por qué tiene estás marcas en el cuerpo?

Estaba tan ocupado intentando armar su pasado con ella, que olvidó que pasaron diez años entre su pasado y su presente.

—Deberías dormir un poco más, es sábado, Anya no tiene tarea y podemos trasladar el desayuno para el almuerzo.

Él soltó una carcajada dejando de lado sus marcas. Ella le diría cuando estuvieran listos para saber lo que fue de ellos durante diez años. Dónde ha estado. Qué ha hecho. Cómo sobrevivió a todo.

—Ya son las nueve de la mañana, Yor-yor —susurró contra su cuello.

Ninguno estaba acostumbrado a dormir más allá de las siete, por lo que despertar a las nueve de la mañana, es dormir hasta tarde. Anya probablemente se despertaria en una hora o en minutos y los descubriría en la cama, en la misma cama juntos. Anya sabía que sus padres estaban iniciando una relación, pero no querían abrumarla con tantos cambios repentinos, ella aun era pequeña y entre adultos pueden salir muchas cosas mal.

Peor aún con alguien como él que es un espía y en cualquier momento las cosas se podrían complicar con Wheeler suelto... no quería acostumbrar a Anya a un ambiente diferente y luego arrebatárselo.

—Buenos días, Loid —susurró con la voz somnolienta.
—Buenos días, preciosa —Loid dejó un beso contra su hombro.

Ella se dio la vuelta, envolvió las manos alrededor de su cuello, Loid enganchó sus manos en su cintura y la acercó para besar esos labios rosados y suaves, Yor correspondió inmediatamente, besando sus labios¿S con la misma intensidad que él, no les importaba el aliento matutino del otro, era su primera vez levantándose en los brazos del otro.

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