Capítulo 24 ¿Me aceptarías por quien soy en verdad?

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Creía que entendía la regla más importante de los espías. Creía que entendía que no podía generar vínculos íntimos con nadie. Por una razón; cuando uno se encariña de algo, eso los hace manipulables, no objetivos e incluso predecibles. Un espía no podía tener ninguna vulnerabilidad por la peligrosidad de su trabajo.

Twilight creía que lo entendía.

Hasta ellas. Hasta que ellas llegaron a su vida. El día que Yor abrió su corazón a él, el día que admitió que quería estar con él aún y no quería detener los recuerdos. Ese día, enterró esas reglas en algún lugar de su cabeza y continuó con Yor.

Sin embargo, aún tenía que ocuparse de sus obligaciones como espía y con todo lo que aún lidia con Wheeler. Si bien había tenido dos semanas de descanso en el hospital, aún intentaba investigar más sobre la vida de Wheeler, de por qué de pronto quería traicionar a WISE, que lo llevó a intentar hacer que él también traicionara a WISE.

Wheeler implicaba un mayor peligro para Loid ahora que él sabe del vínculo que tiene con Yor. Sabe su pasado, algo que ni él mismo lo sabe.

Tiene que encontrarlo lo más pronto posible.

Luego de dos semanas en el hospital, fue dado de alta, pero con recomendaciones y con reposo de al menos una semana más, además Yor tenía que revisar la herida al menos dos o tres veces al día.

Fue cuando comprendió del todo el porqué esa regla es tan importante. Se acostumbró a Yor. Se acostumbró a Anya. Y sabe que si alguna vez alguien siquiera intentará hacerles daño, él sería predecible, vulnerable. Ahora ellas eran su debilidad. Pero era bastante tarde como para retroceder, como para alejar a Yor ahora que todo está bien entre ellos. Bastante tarde incluso para abandonar la misión y abandonarlas. Ya no puede hacer eso, ya no quiere hacer eso. Pero tampoco quiere mentirle.

Su trabajo era mentir. Y por primera vez, empezó a odiar mentirle a ella.

—Ya se durmió Anya —Yor susurró a sus espaldas.

Loid cerró de inmediato el archivador en el que revisaba lo que WISE le entregó para que analizará mejor a Wheeler y lo pudiera atrapar.

Dejó el archivador en la mesa de café y se apoyó en el espaldar del sofá, extendiendo el brazo atrás de él atrapando la cintura de Yor, la trajo al sofá y ella deslizó la palma de su mano por la mejilla de Loid y la otra descendió por su cuello hasta bajar por su pecho.

Algo que descubrió que relajaba a Loid cuando estaba estresado.

—Lamento haber llegado tarde, el trabajo me retrasó —susurró Yor a sus espaldas.
—No te preocupes —contestó Loid.

Con la mano derecha tomó la de ella que se encontraba en su mejilla y llevó su cálida palma a sus labios y dejó besos suaves y cálidos contra su piel, ella se rio suavemente por sus acciones. Pero empezaba a acostumbrarse al contacto, a él, a esta versión de él.

Él que no estaba encerrado en su trabajo o el que estaba preocupado por la escuela y los estudios de Anya. El Loid que la abraza, la besa y simplemente conversar de los recuerdos, de Anya o de lo que era su vida antes de encontrarlos o lo que creía que era.

—Deberías descansar, Anya dijo qué has estado leyendo esos expedientes desde que ella llegó de la escuela —dijo Yor.

Inclinó su cuerpo sobre el respaldo del sofá, para poder dejar ver a Loid de perfil mientras él dejaba besos contra la palma de su mano.

La luz de la luna entraba por la ventana y la calle ahora silenciosa, indicando que la semana por fin había llegado al fin de semana, Yor no tenía que ir a trabajar al día siguiente y podía pasar tiempo junto a ella. Retomar los recuerdos o hablar de ellos y sonreír por lo que ahora saben.

Fragmentos de ti. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora