El doncel equivocado.

Capítulo 5.

—¿Te encuentras bien? —escucho su voz como un eco lejano—. ¡Por Dios! ―exclama perturbado―, saliste de repente y si no es porque llevo los ojos fijos en el camino, estoy seguro que te hubiese atropellado—explica con nerviosismo.

No respondo porque ahora mismo estoy ausente de este lugar.

—¿Estás solo? ¿Necesitas que te lleve a algún lugar?

Asiento en confirmación.

—¿Puede llevarme a jowon , por favor?

Respondo con la voz apagada y llena de dolor.

—Sí, no tengo problema en hacerlo ―me dice comprensivo―. Igual es la vía a Seúl, la ciudad en donde vivo.

Me invita a subir a su auto y no me detengo a pensar si es conveniente o no entrar al vehículo de un desconocido. Estoy tan perdido y alterado, que lo único que quiero es llegar a casa y encerrarme a llorar en mi habitación.

—¿Puedes darme la dirección exacta a la cual nos dirigimos?

Le doy todos los detalles y me mantengo en silencio una vez que lo hago. Ninguno se atreve a mencionar ni una sola palabra durante el trayecto.

Varios minutos después, nos detenemos frente a mi edificio y busco la cartera que he dejado caer accidentalmente a un lado sobre el asiento. Cuando me volteo a tomarla, veo una pequeña caja envuelta con un hermoso lazo rojo junto a una pequeña nota que dice... la llave de nuestro hogar.

Siento nostalgia al imaginarme que este hombre es mi marido, que acaba de obsequiarme la casa de mis sueños, donde viviremos felices como una familia... junto a nuestros hijos.

Suspiro con dolor, porque solo es un hermoso sueño que fracasó en el mismo instante en que descubrí que el hombre de mi vida y con el que había planeado mi futuro, estaba casado y esperando a su primer hijo con una mujer.

—Gracias por traerme...Le digo al hombre al que ni siquiera he mirado a la cara, antes de bajarme de su auto.

—Kim Namjoon.

Es lo único que alcanzo a oír, antes de alejarme de él.