Capítulo 73

1.1K 196 6
                                    

Un gran nudo se atraviesa en medio de mi garganta, evitando que pueda pronunciar una sola palabra.

―¡Cálmate, Nam, necesito que te controles!. Él depende de ti, así que te necesito racional y fuerte... te estaré esperando y te aseguro que haré lo que sea necesario para salvar a Seokjin.

Cuelgo la llamada y tal como me lo pidió Jungkook, trato de tranquilizarme.

Quince minutos después, logro verlo, esperándome en la zona de emergencias de la clínica, junto a un equipo de doctores y enfermeras. Me detengo en la entrada y bajo apresuradamente para abrir la puerta donde se encuentra mi doncel y ayudarlos a bajarlo del auto. Lo colocan en la camilla y apresuradamente lo ingresan al área de emergencias, para atenderlo . Le cuento a Jungkook todo lo sucedido, mientras sujeto la mano de mi novio.

―Espera aquí, Nam ―anuncia, Koo.― Allí no puedes entrar, pero me encargaré de él. Te prometo que no lo dejaré ni un solo segundo a solo y en cuanto sepa lo que tiene, saldré y te lo informaré todo.

Acepto aun en contra de mi voluntad, porque sé que en esta ocasión está más seguro con él, que conmigo.

Inesperadamente, toda la rabia y el dolor que llevo por dentro, salen a flote y rompo a llorar como un niño pequeño. Siento mucha vergüenza y me culpo por todo lo que le ha sucedido a Jin desde el mismo momento en que me crucé en su camino. Tal vez si yo no... exploto de la furia y lanzo dos golpes contra la pared, para descargar todo el rencor que hay encerrado dentro de mi pecho.

―¡Nam¡ Pero... ¿qué mierda estás haciendo?

Kok se acerca a mí y me obliga a extender mi mano para ver si con el golpe me he causado algún daño.

―¿Acaso te estás volviendo loco? ¡Pedazo de idiota! ―revisa minuciosamente mi mano y confirma que no hay consecuencias que lamentar―. He venido a informarte sobre el estado de Seokjin, así que deja tu complejo de boxeador por un momento y ponme mucha atención en lo que te voy a decir ―me limpio las lágrimas y lo escucho atentamente―. Encontramos un corte a la altura de su garganta y fue suturada con algunos puntos. En líneas generales, está bien. Solo ha sufrido un shock muy fuerte, pero con un poco de descanso se recuperará ―escuchar que está sano y salvo, me devuelve el alma al cuerpo― ¿y... y... y el bebé? ―estoy entumecido, esperando que a mi bebé tampoco le haya pasado nada, ni él ni yo podríamos soportar una pérdida como esa―. El bebé está bien, pero lo comprobaremos en algunos minutos. He ordenado que lo trasladen a una de las habitaciones para mantenerlo en observación durante esta noche. También pedí que llevaran un ultrasonido a la habitación para chequear el estado de salud del bebé. Vine a buscarte para que me acompañes y puedas verlo.

Camino apresurado con el corazón a punto de salirse por mi boca y rezando en silencio por todo el camino para que nuestro hijo se encuentre bien. Necesito que ambos estén bien, necesito a mi familia completa y juro por Dios, que si permite que mi nuestro hijo viva... mañana mismo le propongo matrimonio formalmente y en menos de una semana la estaré convirtiendo finalmente en mi esposo.











Estoy aterrorizado. Lo que acabo de pasar con Jimin, me remontó a mi pasado, hacia el mismo instante cuando mi padre estuvo a punto de acabar con mi vida por última vez...

Papá ha regresado de nuevo... borracho. Pasa de la media noche y el estrépito con el que abrió la puerta de la entrada, me hizo despertar. Sus borracheras son más constantes y sus palizas cada vez empeoran más. Ya no lo soporto, deseo escapar, pero no quiero dejar a mamá atrás... solo que ella se rehúsa a venir conmigo.

Puedo oírlo caminar por toda la casa. Me siento en la cama indeciso sobre qué hacer, sé que en cualquier momento vendrá a mi cuarto y las cosas se pondrán difíciles. Mi cuerpo tiembla y mi piel se torna fría tan solo de pensar que en cualquier momento entre aquí y vuelva a descargar su ira contra mí.

El doncel equivocado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora