Capítulo 33

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―Ahora mismo, me vas a decir, a quien carajos has inseminado, Jungkook, porque ya tenemos claro que no fue al doncel que acaba de salir de esta oficina, entonces, si quieres permanecer con tus malditos huevos intactos.... ¡¡¿Dime quién coño tiene a mi hijo?!!

Pierdo los nervios, cuando siento que todo se me está yendo de las manos, mi hijo, mi familia... todo mi futuro.

―¿A caso no me has oído bien,Nam? Al maldito ¡Jeon Seokjin! ―grita desaforado―, que por lo visto o es el clon de este doncel o un impostor, porque esa persona que ha estado yendo a mi consulta, tiene el mismo nombre que el que acaba de salir por esa puerta.

¡Mierda! ¿Será posible lo que estoy pensando?

―¿Hay dos personas llamadas de la misma manera? ¿Dos Jeon Seokjin? ―pregunto intrigado― ¿Quiere decir que hay una gran posibilidad de que estemos hablando de dos personas absolutamente diferentes?Mi corazón comienza a latir copiosamente.

―¡Mierda! ― expresa Siu, que ahora está ubicado a un lado de nosotros, con su rostro desencajado―. ¿Tienen idea de lo que eso significaría?

No comprendo a que se refiere.

―¿Qué quieres decir, Siu?Camina de un lado al otro de la habitación, meditando acerca de lo que está a punto de decir. Hasta que al fin se detiene y nos enfrenta a los dos.

―¿Tienes el expediente de ese chico en tu consultorio, Jungkook?

―Por supuesto que lo tengo, es mi paciente y como tal, sería un absurdo si te dijera que no.

Tengo un terrible dolor de cabeza y está a punto de explotar, con este maldito desastre.

―Vayamos de inmediato hasta allá y aclaremos este enorme problema de una vez por todas.

Salimos los tres del edificio, con rumbo al consultorio de Jungkoon. Miles de ideas absurdas y disparatadas estallan una tras otra dentro de mi cabeza, haciendo de mi cerebro un completo nido de enredos.

Veinte minutos después, llegamos a su consultorio.

―Irene, necesito que busques el expediente de Jeon Seokjin y me lo lleves de inmediato.

No hay saludos, ni gestos amables, ya que la tensión y la gravedad del momento así lo ameritan.

Entramos a su oficina y nos invita a ocupar sus sillas, pero yo declino la invitación, ya que prefiero esperar de pie, mientras ellos toman asiento. Segundos después llega la secretaria con el expediente, pero su cara está tan pálida que presumo lo que encontraremos, será un problema de proporciones épicas.

―A... a... aquí tienes, conejito.
Deja el expediente e intenta huir del consultorio pero Jungkook, la detiene.

―Irene―le grita―, necesito que te quedes.

Me acerco a él, mientras lo veo revisar la carpeta con sumo detalle.

―Pero... ¿Qué mierda es esta, Irene?

La chica pega un respingo y grita con nerviosismo. Esteban se queda mirándola fijamente a la espera de una explicación.

―¿A qué... qué... te refieres, conejito?Responde con palabras entrecortadas.

―¿Porque hay dos expedientes archivados en una misma carpeta? Uno del doctor Lee y el otro mío.

La chica abre sus ojos con sorpresa y comienza a llorar.

―Pen... pen... ―se limpia la nariz― pensé que estaban repetidos, así que los archive juntos, pensando que había cometido un error y lo solucioné eliminando uno de los expedientes y archivando todo junto en el otro.

El doncel equivocado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora