Capítulo 43

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Sus palabras resuenan a lo lejos como una especie de eco, que apenas alcanzo a escuchar. Estoy en una especie de nebulosa, aturdido en medio de aquel grupo de palabras que en mi cabeza revolotean sin parar, intentando buscarle algún sentido que me aclare de alguna manera, que lo que acabo de oír es solo un mal chiste o una cruel imaginación de mi pervertido cerebro.

—Por más que lo pienso, no sé cómo los planetas se conjugaron para que dos donceles con el mismo nombre, pudieran dar origen a una situación tan inexplicable como esta. Pero lo que más me sorprende de todo esto ―se detiene unos segundos.— Es que seas precisamente tú, mi pelirrojo... el doncel al que le bastó una sola noche para atraparme entre sus redes ―pega su frente contra la mía mientras cierra sus ojos y sigue hablando.— Él que por error fuera inseminado y ahora lleve a mi hijo dentro de sus entrañas― abre sus ojos y me mira con tal intensidad que si tuvieran rayos laser, ya me habría desintegrado―. Comprendo que esta es una noticia difícil de digerir y que la manera en que quedaste embarazado no es la más normal ni la más apropiada de todas, pero... ―relame sus labios en varias oportunidades, como si no estuviera muy seguro de lo que va a decir a continuación. — Estoy dispuesto a intentarlo, quiero esto, quiero un nosotros, una posibilidad de ser una familia junto a ti y a mi hijo.

Y entonces... la burbuja se rompe y hace explosión. Y retrocedo hasta el principio, cuando me decía con palabras hermosas y convincentes lo que significaba para él. Esas palabras que bajarían los pantalones de cualquier doncel que las escuchara y harían sin duda alguna, que cayera a sus pies, rendido y enamorado. Pero es entonces cuando comienzo a comprenderlo todo...

―¿Por eso lo hiciste, cierto? ―grito, mientras me separo de él―, esa es la verdadera razón de tantas palabras bonitas y endulzadas para qué cayera como mosca en la trampa ―me mira con confusión, sin entender a lo que me estoy refiriendo―. Ustedes dos lo prepararon todo ―le expreso entre lágrimas y con palabras entrecortadas―, me... me... usaron y una vez que consiguieron a su rata de laboratorios y aseguraron que su experimento fuera efectivo, llegas a sellarlo con tus palabras bonitas y bien elaboradas ―le digo inmerso en un gran mar de llanto y frustración. — Para asegurar que no me retractara una vez fuera consciente de todo lo que tramaron, para que no me negara a llevar este embarazo a término.

―¿Cómo puedes creer eso? Te lo acabo de explicar todo ―susurra Namjoon con un hilo de voz.— Fui sincero en todo lo que te dije, tú eres mi...

Pero no lo dejo continuar.

―¡Cállate! No sigas mintiendo ―grito enfurecido―, sabías bien lo que hacías y jugaste bien tus cartas para atraparme en tu maquiavélico juego y estuviste a punto de hacerlo, pero no estoy dispuesto a ser nuevamente la víctima de un maldito embustero, no voy a dejar que de nuevo me vuelvan a engañar... ¡Porque esta vez no voy a permitirlo!

Tomo mi cartera y voy hacia la puerta pero estoy tan nervioso y alterado que no puedo abrir el cerrojo. Sus brazos me rodean para intentar detenerme, pero falla en su intento.

―¡Suéltame! ―me giro hacia él y le suelto un puñetazo―. ¡No vuelvas a ponerme tus manos encima y nunca más, óyeme bien, nunca más se te ocurra atravesarte en mi camino.

Estoy temblando y las lágrimas ruedan una tras otra, abundantes e indetenibles.

―Pero no puedes impedírmelo, mi hijo...

Pero no puedo contener mis palabras, porque estoy dolido, traicionado y profundamente decepcionado de todo.

―¡No habrá ningún hijo... porque no pienso tenerlo!

Puedo ver como su rostro se transfigura por el dolor, debido a mis recientes palabras. Sin embargo, eso no me detiene. Así que me giro rápidamente y logro abrir la puerta para salir corriendo de allí. Para alejarme de toda la pesadilla en la que se ha transformado mi vida.

Mi amigo Tae, me grita para que me detenga, pero lo ignoro completamente. Decido no subir al elevador porque hay gente esperando para acceder a él y en este mismo instante no quiero estar cerca de nadie, solo quiero que el dolor en mi pecho se detenga y deje de hacerme tanto daño. Opto por bajar por las escaleras, que se hacen interminables con cada paso que doy. Al llegar a la planta baja, corro desesperado por salir del edificio y una vez que estoy afuera, dejo que la pertinaz lluvia que ahora llega para confundirse con mis lágrimas, me mojen completamente, para tratar de arrancar este dolor tan inmenso que me está rompiendo el alma.

Corro sin rumbo fijo y el tiempo pasa inadvertido, hasta que mis pies ya no aguantan el cansancio. Horas después regreso a casa y apenas entro, un preocupado y lloroso Taehyung se lanza sobre mí y me aprieta entre sus brazos.

―Estaba desesperado, Jin ―me dice entre llanto―, estaba a punto de llamar a la policía... iba a enloquecer al no saber nada de ti durante tantas horas.

Me aferro en sus brazos, buscando su cobijo, desesperado por sentirme protegido y querido.

―Me... me... me engañaron de nuevo, Tae. Esta vez duele... duele más que nunca y es tan penetrante que por primera vez quiero morir.

Dejo que mi llanto resuene en medio de las cuatro paredes y que mis lágrimas rueden libres por mi rostro.

―Vamos a quitarte esa ropa mojada, cariño. Luego tomaras un baño rápido e iras a dormir, te prometo que mañana lo resolveremos todo.

Me dejo llevar, perdido en medio de mi dolor, sintiendo que el mundo se me viene encima. Y lo peor de todo es que llevo dentro de mí, aun hijo que nunca pedí... un hijo al que nunca desee, pero que ahora forma parte de mí.

Salgo de la ducha y me voy directo a la cama, luego de rechazar la cena que Tae, muy amablemente preparó para mí.

―Mañana será un nuevo día y aunque sé que ahora las cosas parecen no tener solución, te aseguro que encontraremos alguna salida ―calla por unos minutos hasta que finalmente vuelve a hablar.— Compré un par de pruebas de embarazo, para saber si lo que ellos te dijeron es completamente cierto... pero lo haremos solo cuando tú lo decidas, si no te sientes preparado para ello, sabré comprenderlo.

Lo pienso una y otra vez, hasta que por fin tomo una decisión.

―Haremos esa prueba ahora mismo y si resulta cierto todo lo que me contaron y estoy embarazado... terminaré con ese embarazo, porque no estoy dispuesto a tener un hijo en estas condiciones y menos cuando fue consecuencia del más ruin de los engaños. Estoy seguro que esta es la mejor decisión.

El doncel equivocado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora