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Los días comenzaron a correr, pero en retroceso. Después de haber visitado a su psicóloga personalmente, JiMin continuó con sus terapias de ese modo y yendo una vez por semana. Sabía que estaba haciendo las cosas mal, pero visitar la tumba de JungKook era algo que no podía evitar, aunque no lo hacía a diario, pero lo recomendado por ChaeWon era prácticamente no hacerlo o, en su defecto, visitarlo cuando fuese una fecha importante.

Los ataques de ansiedad no volvieron, pero la mente de JiMin se mantenía muy inquieta pensando en las posibilidades y deseando obtener respuestas, porque muy en el fondo sabía que no era normal. Aunque al final terminó por convencerse de que sólo fue una alucinación.

Tuvo que obligarse a continuar como hasta ahora y a enfrentar la situación... su realidad. Así que nuevamente ordenó sus prioridades empezando por el baile y por la reciente gira que realizarían en Italia. Fue una buena forma para escapar de la realidad y enfocarse en un sólo asunto.

Estuvo ocupado en la última semana en Corea del Sur, practicando con su grupo de baile e intentando perfeccionar el dueto con otro compañero. Él era bueno, pero no era como TaeHyung. No sentía la suficiente confianza para dejarlo tocar su cuerpo en el acto o bailar tan sensualmente a su lado, pero ante todo era un profesional y siempre daba lo mejor de sí para que saliera perfecto.

El día para viajar a Italia llegó. En un abrir y cerrar de ojos ya estaban volando hacia allá. JiMin durmió todo el vuelo y cuando despertó se sentía un poco desorientado. Pero respirar aires nuevos y estar en otro país le traía un poco de calma a su corazón intranquilo.

Pese a que estaban sólo en el aeropuerto, Hobi tomaba foto tras foto. Ahora sentía que vivían un sueño y quería capturar todo lo que fuese posible, más aun si lo compartía con su mejor amigo. Además quería esmerarse un poco para animarlo, porque bien sabía que desde el viaje a Londres las cosas no andaban bien. El problema con JiMin es que siempre fingía una sonrisa y no terminaba por abrir sus sentimientos a las personas, últimamente, ni siquiera con su psicóloga. Y Hobi no quería presionarlo, pero tampoco quería dejarlo solo.

—Buscaré un café en tanto llegan por nosotros— avisó Hobi— ¿Gustas algo?

—Té helado— respondió el rubio sin despegar la vista de la cámara.

El transporte que debía llegar por ellos se había retrasado un poco a causa de un accidente en la carretera. El grupo se fue a una sala de espera mientras que JiMin aguardaba en el mismo lugar viendo las fotos que habían tomado en los últimos minutos. ¿Cómo era posible que tomaron tantas si sólo estaban en el aeropuerto? Eso le causó mucha gracia.

—¡JiMin-ah! ¡No te separes!

Su director le llamó y el rubio sólo siguió el sonido de la voz aún con la vista sobre las fotos. Jaló su maleta consigo y caminó con pasos cautelosos hasta donde estaba su grupo. Sin ser capaz de percibir lo que sucedía a su alrededor, una persona que iba corriendo chocó contra él. Logró estabilizarse en unos segundos y controló la cámara en sus manos. Gracias a todos los cielos.

"Hobi me hubiese matado"

—Lo siento mucho— habló una voz gruesa y varonil.

"Esa voz"

Los sentidos de JiMin se pusieron en alerta y su corazón comenzó a latir frenéticamente. No importa a dónde vaya o en qué situación esté, siempre podrá conocer esa voz melodiosa que tanta paz le trajo hace cinco años atrás. Y a la cual había extrañado en incontables horas nocturnas llorando frente a la luna. Nunca lo va a olvidar.

Ghostin (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora