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ADVERTENCIA

⚠️⚠️⚠️

Temas de tráfico infantil.

Abuso infantil.

Consumo de drogas.

Leer bajo su responsabilidad.



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La noche era demasiado tranquila.

La luna brillaba intensamente en el cielo adentrándose un poco por la ventana donde un par de amantes continuaban haciendo el amor apasionadamente e insaciablemente. Como era de esperarse, una ronda no iba a ser suficiente. Sus manos no se inmutaron en seguir acariciando por donde deseaban. JungKook, principalmente, se tomó un tiempo considerable tanteando la piel del rubio, en cada extensión y en cada partícula que lograba alcanzar.

Después de que ambos lloraron un poco y de que se dijeran una y otra vez lo mucho que se extrañaron, continuaron con los besos apasionados y sucios que lograban encender esa pequeña llama en su interior que en ningún momento se apagó. Ellos sentían que aún eran el uno para el otro. Sentían que ese amor que los caracterizó desde el inicio se fortaleció con el pasar de los años. Además de que la confianza seguía intacta.

Sus manos sabían en dónde tocar. Sus labios sabían cómo besarse. Con los ojos podían comunicarse y sus cuerpos se entendían a la perfección. Todas sus reacciones eran simétricas y de acuerdo a las necesidades de cada uno. Y lo mejor era que no existía ningún sentimiento de temor o de inseguridad como en aquellos tiempos. Entendían que quizá este era su momento.

Los gemidos de ambos comenzaban a esparcirse en la habitación. JiMin decidió que esta vez quería tomar el control, por tal razón, se encontraba montado sobre JungKook moviendo sus caderas de una manera muy sensual, una que nunca antes ejecutó. Eso tenía perdido al pelinegro con sus ojos desorbitados, pero a la vez aferrándose a su chico para no perder ningún detalle de sus gestos y de la forma en que mordía su labio inferior.

"Perfecto"

—Te ves hermoso cuando me montas— dijo JungKook con voz ronca— Amo como te mueves.

—¿De verdad te gusta? —gimió con una sonrisa— ¿No te gusta más cuando salto?

Y comenzó a dar saltitos sin darle la oportunidad de procesar una respuesta. Se sostenía de sus pectorales y a ratos los amasaba. JiMin movía su trasero de arriba hacia abajo de una forma tan descarada que para JungKook era difícil contener su orgasmo. Y el chico lo sabía, por eso inhibía la rapidez de sus movimientos y los cambiaba por balanceos sensuales y lentos.

Jadeaban y gemían sin sentirse satisfechos aún, pero disfrutando del momento, guardando cada detalle en su memoria como una fotografía preciada. Ambos experimentaban la felicidad en medio de este momento placentero dejando de lado todo lo demás y las pocas inquietudes que aún tenían en su interior. El tiempo continuaba su curso, pero ni eso importaba, para ellos no existía un mañana, sólo el ahora.

JiMin jugó con la cordura de JungKook un poco más hasta que éste lo tomó de las caderas para incitarlo a subir y bajar, porque ya no lo soportaba más. Necesitaba llenar su interior de nueva cuenta, necesitaba sentir que lo eleva hasta el cielo, necesita ver su rostro hermoso cuando se corra junto con él.

Ghostin (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora