Ghostin (Kookmin)

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Las horas que pasaba JungKook fuera de casa, JiMin se quedaba en el estudio de baile hasta que pasara por él. Sin embargo, hoy quería hacer algo distinto a la rutina, para nada tediosa, que estaban acogiendo.

Al rubio nunca le gustó la monotonía, salvo que fuese con JungKook, claro está. Pero desde que iniciaron su relación cuando eran más jóvenes, siempre les gustó experimentar y hacer distintos tipos de cosas. JiMin, sobre todo, disfrutaba mucho de provocar a su novio de cualquier forma que se le viniera a la cabeza. Lo conocía muy bien y sabía su debilidad, por esa razón decidió adelantarse y no decirle nada.

TaeHyung le había recomendado una tienda nueva de lencería que estaba en el centro comercial al que siempre iban, así que fueron juntos para buscar algo con que divertirse y gastar un poco de dinero. En cuanto entraron, fueron recibidos por una vendedora quien les dio un pequeño tour por el lugar. Al final, terminaron en la parte de arriba donde estaba la lencería más provocativa que se usaba para cosas obvias.

JiMin conocía bien cuál era el color favorito de JungKook, aunque también podía volverlo loco con el que fuese. Se tomó su tiempo para buscar lo que mejor le parecía y comenzó a escoger bragas de varios tipos y colores, pero llevando consigo más de tonos oscuros.

TaeHyung también se había perdido entre los pasillos por su cuenta, aunque realmente no tendría por qué comprar lencería si ni siquiera tenía a alguien a quien mostrársela. Había estado así de melancólico en estos días, porque después de aquella pequeña charla que tuvo con YoonGi, éste volvió a ignorarlo de nuevo y a comportarse fríamente. Además, casi no lo veía porque JiMin tenía a un nuevo guardaespaldas. Uno muy guapo, por cierto, pero no era a quien él quería.

Sólo se dedicó a pasear, viendo y acariciando las prendas mientras JiMin cargaba un montón de cosas en sus manos. Suspiraba y tanteaba sin poder dejar de pensar en YoonGi y en su sonrisa tan... seductora. ¿Por qué se comportaba así? ¿Por qué de pronto fue amable y después indiferente? Se sentía como si nunca hubiesen tenido esa plática. Y no podía evitar sentirse melancólico por eso. Era patético.

—¿Se encuentra bien, joven TaeHyung?

La voz grave y a la vez delicada de EunWoo apareció a las espaldas del rubio quien dio un brinquito por lo repentino de eso. Se giró al instante y demoró unos cuantos segundos en responder hasta que por fin pudo sonreír.

—Si, si— asintió— Es sólo que... me entretuve viendo esto— dijo y luego se apresuró a continuar— Pero no se preocupe por mí, debe cuidar de JiMinie.

—Bueno— se asomó por el pasillo— dado que usted viene con él, también es mi deber protegerlo. Además, el joven JiMim parece muy contento y seguro mientras compra— lo miró atentamente— pero usted, desde hace unos días noté que algo le aflige.

TaeHyung no se esperaba eso y se quedó completamente en blanco por unos segundos hasta que sintió cómo sus mejillas se ruborizaban mientras bajaba la vista. No podía negar que EunWoo era muy guapo, pero algo no estaba del todo bien, aun así no puede evitar sus emociones que surgen desde su interior, ni mucho menos puede frenar a su corazón por haber escuchado aquellas palabras.

Justo era esto lo que anhelaba de Suga; atención... toda su atención. O que mínimo notara su estado de ánimo y se acercara para hacerlo sentir mejor o lo que sea, pero en lugar de eso, sólo recibió desprecio y miradas frías de soslayo. No habían podido conectar sus ojos por más de un segundo y eso era lo único que necesitaba para sentirse mejor.