Ghostin (Kookmin)

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La mañana era tan cálida sin importar que el cielo amanecía nublado. Tal vez era un buen pretexto para aprovechar el frío y sería lindo despertar a su lindo chico rubio con muchos mimos en su rostro.

Eso hacía Suga después de admirarlo completamente dormido en medio de su desnudez. Lo hacía reír tiernamente mientras repartía pequeños besos en sus mejillas y lo acariciaba para poder excitarlo un poco hasta que lo logró.

En la ducha consiguieron ir por su ronda de sexo matutina porque Suga le prometió hacerle el amor, así que se puso bastante romántico y lo acarició por todo su cuerpo antes de penetrarlo. Y para cuando estaba estocándolo, procuró ir lento diciéndole lindas palabras y halagos en su oído, todo con el fin de hacerlo sentir especial. Incluso TaeHyung también lo consintió; se tomó el tiempo de besar sus cicatrices, principalmente la de su ojo. Después Suga le contó la historia detrás de esa marca:

"En una misión lograron capturarme y querían información sobre nosotros, pero se las negué. Intentaron sacarme el ojo para torturarme, dolió como la mierda, aun así logré deshacer el nudo que esos ineptos me habían hecho en las manos y pude detenerlos. Después llegaron a rescatarme y ese lío sólo quedó en mis recuerdos"

"Y una cicatriz de guerra"

Con esa historia, TaeHyung sintió aún más admiración por Suga. Nunca hubiese imaginado que personas como él corrían riesgos y vivían momentos tan difíciles como este. Así que sólo pudo continuar con sus muestras de cariño y muchas palabras de halago para hacerlo sentir especial. Porque realmente era especial.

La mañana transcurrió con un rico desayuno que fue preparado por el mayor quien continuó consintiendo a su chico. Platicaron sobre cómo llevaban sus vidas y de otros temas que parecían insignificantes. TaeHyung decidió omitir el tema tan delicado del que hablaron ayer, porque todavía sentía culpa en su interior, pero pensaba que si continuaba disculpándose podría ser invasivo de su parte, después de todo, YoonGi había dejado eso en el pasado y lo mejor era dejarlo así para poder avanzar libremente.

El sentimiento que estaban desarrollando conforme corría el tiempo era algo que los abrazaba reconfortantemente. Su compañía mutua les transmitía mucha calma y paz. Estaban seguros de que se encontraban en el lugar correcto. Y mientras ambos compartían el mismo pensamiento en silencio, llegaron al estudio de baile donde Suga debía dejar al chico.

—Pasaré por ti cuando sea tu hora de salida— informó el mayor al tiempo que estacionaba el auto.

—¿Nos veremos de nuevo?—inquirió con esperanza.

—Habrá días en los que tal vez no pueda venir— explicó y sonrió— Pero me esforzaré, te lo juro— hizo una pausa y acarició la mejilla del chico— Sólo... de verdad necesito tiempo.

—De acuerdo— sonrió con emoción.

Hizo ademán de salir del auto, pero una mano sobre su muslo lo hizo detenerse y girarse rápidamente encontrándose con unos ojos felinos sumamente tiernos.

—¿No se te olvida algo? —inquirió como si fuese un niño pequeño.

De primera instancia, TaeHyung se mostró confundido e intentó revisar en sus memorias algo que fuese importante y lo haya olvidado, pero no encontró absolutamente nada. No fuese hasta que el mayor golpeó ligeramente sus propios labios con el dedo índice e hizo un piquito y entendió a lo que se refería.