Ghostin (Kookmin)

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El dolor era algo con lo que JungKook ha lidiado a lo largo de su vida. No fue criado con amor ni mucho menos con respeto. Ni él ni su hermano tuvieron el privilegio de saber cómo era una verdadera familia.

Con el pasar de los años, comenzaba a restarle importancia y sólo llevaba su concentración a generar más dinero para poder comprar sus tan preciados juguetes. Con la llegada de JiMin las cosas cambiaron un poco, pero ni toda la luz que ese bello rubio poseía logró iluminar el camino oscuro por el que JungKook deambula.

Ahora lo ha perdido, quizá, para siempre.

Es difícil aceptar que ya no está.

Dos semanas han pasado desde que terminaron y lo único que ha podido hacer es drogarse aún más. No hay otra cosa que pueda darle consuelo a su roto corazón. Estando en medio del efecto, puede ver a su JiMin sonriendo con esos ojos color miel brillando en demasía, como el primer día en que lo vio. Sólo de ese modo puede encontrase con él, porque éste lo ha eliminado completamente de su vida. Lo bloqueó de todos lados y no le permiten acercarse a ningún lado en donde él esté. Es difícil existir sin su linda presencia, sin su cuerpo, sin bellos labios, sin esas noches de amor insaciable.

Cualquier lado era bonito con JiMin, ahora Seúl parece no tener importancia. JungKook siente que no tiene motivos y a veces la desesperación es tan grande que rompe lo que sea que encuentre en su paso. Sus ataques de ansiedad son cada vez más constantes y no logra concentrarse en el trabajo. A cada minuto le invade un duro nudo en la garganta que no lo deja respirar y sólo puede solucionarlo con un lineazo de cocaína.

Todo a su alrededor sólo empeoraba y cada vez se reducían las opciones.

Aunque no estaba del todo dispuesto a perder, pensaba que quizá sólo era cuestión de tiempo. Si sólo se quedaba en su departamento haciendo nada, jamás podrá recuperar a JiMin, porque de algún modo tiene que hacerlo, es suyo. Es la única persona por la que se levanta en las mañanas, su único motivo y el amor de su vida.

No.

De ninguna manera renunciará a él.

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El estudio de baile, Just Dance, había tenido una gira exitosa. Esta vez visitaron más ciudades para poder mostrar el talento que poseían. Obviamente el dúo de TaeHyung y JiMin fue lo que más impacto causó entre el público, incluso algunos pensaron que ellos eran pareja porque sincronizaban a la perfección. Esto último no era mentira, de hecho, JiMin se sentía sumamente cómodo con el castaño y había desarrollado un lazo de confianza con él. Ahora le contaba sus cosas y se convirtió en un soporte emocional en este momento en que atravesaba el proceso de su ruptura, porque aunque no quisiera, extrañaba a JungKook y mucho. Todos los días pensaba en él y se preguntaba si todo marchaba adecuadamente. No lo va a negar, también estaba preocupado y a veces sentía que no podría controlarse y terminaría llamándolo para escuchar su voz y saber que estaba bien o, en su defecto, lo buscaría en su departamento. Pero TaeHyung siempre aparecía a tiempo para hacerlo entrar en razón y al final entendía que era mejor estar de este modo, donde no había gritos, ni peleas, ni dolor, ni lágrimas.

La pequeña gira con el estudio sirvió de mucho para que el rubio mantuviera su mente distraída. Cuando practicaba en la sala de baile, lograba llevar toda su concentración a ese momento y comenzó a esforzarse aún más. Incluso subió sus notas de la universidad, algo que tenía muy complacido a SeokJin. Aunque a veces las cosas parecían tornarse oscuras, al final, la luz volvía a él y lo inyectaba de energía.