Capítulo Cuatro: Familia

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Cambiaron completamente de tema mientras disfrutaban del café, debían reconocer que Hannibal tenía muy buenos gustos, estaba simplemente delicioso. El tiempo pasó rápidamente y ellos dejaron de hablar cuando sintieron la puerta principal abrirse y un aroma diferente se dejó sentir en el ambiente.

-¿Will? -Hannibal lo llamó. Entonces el omega se puso de pie.

-Estoy en la cocina -respondió. Se sentía un poco nervioso, no sabía si era el mejor momento para que Sherlock conociera a su "esposo", pero no había mucho que pudiera hacer para evitarlo, se suponía que ese día Hannibal regresaría más tarde, al parecer sus planes cambiaron.

Aún con el maletín en la mano, Hannibal apareció por la puerta, había estado olfateando un suave olor a mermelada de arándanos que sabía que no provenía de Will y otros dos olores más mezclados con el primero, que habían sido marcados también por el olor de otro alfa, como muda advertencia, nada raro entre los alfas dominantes y su descendencia. Hannibal no pudo ocultar su sorpresa cuando vio a Will acompañado, especialmente por los niños. Aquella era una vista curiosa, no todos los días conseguía uno sorprender a Hannibal Lecter, pero si alguien podía hacer eso era sin duda Will Graham.

-No sabía que tendríamos visita -dijo Hannibal, mientras dejaba con suavidad el maletín en el suelo. Will abrazó con más fuerza a James sin darse cuenta, a modo de protección mientras apartaba la mirada.

-Fue una invitación espontánea por mi parte. Pensé que no vendrías hasta la hora de la comida.

-Un cliente muy grosero canceló la cita a última hora. Da igual cuánto insista en que las citas deben cancelarse con 24 horas de antelación. Hay personas que simplemente no respetan nada -comentó Hannibal mientras se acercaba a Will. Se agachó para apartarle el cabello de la oreja y poder besarle detrás de ella, en ese punto dulce que tanto le gustaba. El omega se estremeció, sonrojándose, y Hannibal se apartó con una sonrisa de pura satisfacción. Sus ojos castaños se encontraron con el ceño fruncido del pequeño James, que tenía la oreja apoyada contra el esternón de Will.

-¿Estás cómodo ahí? Te lo prestaré sólo por ahora sí me dices cuál es tu nombre, joven. Mads Rasmussen -se presentó Hannibal, tendiéndole la mano, pero James sólo se abrazó más fuerte y escondió la cabeza en el hueco de los pectorales de Will.

-Su nombre es James -la voz de Sherlock se dejó escuchar, estaba un poco avergonzado del comportamiento de su hijo más al ver que el esposo de Will trataba de ser amable con él. Hannibal volteó a verlo y le sonrió con cortesía al omega. Entonces Sherlock extendió su mano-. Soy Sherlock Holmes -se presentó-. Lamento las molestias ocasionadas -no estaba seguro porque se disculpaba, pero sentía que debía hacerlo.

-No hay motivos para disculparse, es un placer tenerlos en casa -dijo con sinceridad-. Me alegra saber que Will está haciendo amigos, me preocupaba que pasara mucho tiempo solo en casa debido a mi trabajo -Hannibal no mentía, era una preocupación constante pensar en que estaría haciendo Will en su ausencia, tal vez no lo decía, pero una parte de él tenía miedo de regresar un día y descubrir que él se había marchado. Hannibal salió de sus pensamientos cuando sintió que alguien tiraba de la tela de su chaqueta, cuando levantó la mirada se encontró con unos profundos ojos verdes, Isabella estaba buscando su atención, algo en él causó interés en la pequeña-. ¿Quién es esta pequeña lady? -preguntó tomando su pequeña mano y besándola con caballerosidad. Isabella rió y Sherlock sonrió.

-Isabella, mi hija menor -presentó Sherlock con orgullo.

-¿Puedo cargarla? -preguntó el alfa, Sherlock no tuvo dudas al permitírselo, no veía nada de malo en que el esposo de quien comenzaba a ser su amigo cargara a uno de sus hijos.

Caminos cruzados (Hannigram/Johnlock/Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora