Cuando los niños vieron a Greg bajar las escaleras Evangeline y Christopher rápidamente fueron a abrazar a su padre. Lloraron en sus brazos y le pidieron que no se marchara, pero con el corazón destrozado Lestrade tuvo que explicarles a sus hijos que necesitaba estar solo, no dejó de decirles cuanto los amaba y que pronto los vería antes de marcharse. Ewan y Alec intercambiaron miradas, jamás habían escuchado a sus tíos discutir, sentía tristeza al ver a sus primos llorar. Así que Ewan rápidamente buscó el teléfono y llamó a sus padres, les explicó la situación y ellos prometieron que estarían pronto con ellos.
—No lloren —murmuró Ewan caminando así ellos—. Mamá y papá estarán aquí pronto, ellos sabrán que hacer. —Les sonrió.
—¡Sí! ellos también suelen discutir, pero siempre resuelven sus problemas —dijo Alec—. Tío Greg y tío Mycroft pronto estarán juntos de nuevo —aseguró en su inocencia. Los cuatro se abrazaron con fuerza, en un gesto de darse ánimos y pensar que pronto todo sería igual.
Cuando John y Sherlock llegaron a casa agitados y James se removía en brazos de su madre queriendo bajarse para ir con sus hermanos mientras la pequeña Isabella dormía en brazos de su padre. En el momento en que sus sobrinos se abrazaron con fuerza ellos supieron que nada estaba bien.
—Niños, John jugará con ustedes —dijo Sherlock—. Mientras yo hablaré con Mycroft. —Watson puso cara de espanto al saber que tendría que controlar a tantos niños, pero estaban tan deprimidos por lo sucedido que pensó no sería un problema.
Sherlock rápidamente subió las escaleras hasta el segundo piso y entró al cuarto de su hermano. Mycroft seguía sentado en la cama, había dejado de llorar, pero parecía en completo estado de shock mirando un punto fijo en la pared. El menor de los Holmes caminó hacia él y se sentó a su lado, extendió su mano y tomó la de su hermano mayor.
—Mycroft... —murmuró—. ¿Qué sucedió? —preguntó.
—Estoy embarazado —respondió Mycroft sin voltear a verlo—. Tengo más de tres meses de embarazo, nunca se lo dije a Gregory y pensé en abortar —le reveló—. Gregory me pidió el divorcio. —Cuando pronunció esas palabras las lágrimas nuevamente corrieron por sus mejillas ya no le importaba parecer débil frente a su hermano, estaba cansado de siempre tener que controlar lo que sentía.
—Eso es...bastante terrible —dijo Sherlock no muy elocuente. No creía que fuera un buen momento para ahondar en detalles sobre lo que opinaba. Mycroft no era estúpido, claro que lo sabía y no necesitaba oírlo en ese momento, lo que necesitaba era tranquilizarse, porque los primeros meses de embarazo de un omega eran un periodo muy delicado e incluso siendo su tercer embarazo corría riesgo de un aborto espontáneo.
—Ahora, a sus ojos, soy peor que su exmujer, y eso que esa zorra lo engañó con uno de sus subordinados y lo abandonó sin mediar palabra —reflexionó Mycroft, mirando sus propias manos, sobre su vientre—. Me prometí a mí mismo hacerle feliz, creí que tenía claras mis prioridades, pero me equivocaba y ahora no sé qué hacer. Lo he perdido.
Sherlock apoyó la cabeza sobre el hombro de su hermano, como solía hacer cuando eran sólo unos niños y suspiró. No era bueno consolando, ni siquiera era capaz de manejar correctamente sus propios sentimientos, así que no estaba nada seguro de poder ayudar a Mycroft.
—Quizás no consigas impedir el divorcio, pero al menos piensa que a ustedes siempre los unirán sus hijos. Sólo por eso estoy seguro de que Gregory te debe mucho.
—¡Qué flaco consuelo! —masculló Mycroft, intentando reírse con cinismo como acostumbraban, pero tenía la garganta seca y sólo tosió—. Si va a ser así entonces prefiero que nunca me perdone.
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Caminos cruzados (Hannigram/Johnlock/Omegaverse)
FanfictionMeses después de sobrevivir a la caída, Will y Hannibal deciden instalarse en Londres buscando tener finalmente una vida "normal" como una pareja de alfa y omega. A pesar de vivir juntos su relación no es la mejor y cada día parece deteriorarse much...