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El Sonido fluctuante del agua al caer con pesadez acompañado del habitual sonido de las Aves cantar y chillar eran sonidos relajantes y que últimamente no tenía el agrado de escuchar.

Su cuerpo podía sentir la fuerza del agua golpear su cuerpo y el como su piel se comenzaba a resecar por estar tanto tiempo bajo el agua sin embargo decidió ignorar eso y mantenerse aún quieto saboreando la calma que el bosque le traía.

La piedra brumosa y áspera en la que se encontraba le daba la suficiente comodidad como para no querer levantarse y seguir en ese lugar un par de horas más.

Dejando caer su cabeza sobre sus hombros permitió que el agua cayera por su rostro con mayor fluidez y el líquido de vida comenzará a escurrir con suavidad a través de sus músculos.

Abriendo los ojos miro con detenimiento el pequeño lago y el como el agua hacia que el sol se reflejará hasta llegar a sus ojos y aunque la sensación fue fugaz no evito que sus ojos volvieran a cerrarse y abrirse un par de veces.

A sus espaldas sintió como un par de delgados brazos lo envolvían y pasaban sobre sus hombros mientras que un par de esponjosos y suaves labios besaban su cuello con suavidad haciendo que un suspiro salga que sus fauces por el sentimiento.

-No pareces muy alegre.

Naruto no cambio de expresión pero de manera repentina inclino su cuerpo lo suficiente como para tomar a la mujer a sus espaldas y ponerla debajo de él con sus manos sobre su cabeza.

Evitando que moviera sus manos recorrió el fino y delicado cuerpo de la mujer debajo de él con tanta delicadeza y devoción que parecía irreal viniendo de alguien como el.

Ahora que la tenía a su Merced podía ver cada detallé de ella no perdiéndose nada de la bella diosa bajo su yugo.

Sus ojos eran como fugaces y amenazadores meteoritos sus ojos de color escarlata intenso danzando en un fuego inquebrantable. Tan obscuro como un cuervo surcando los helados bosques lucía su cabello. Bañada como los rayos de la luna pura teñía su pálida y marchita piel. Mortal y seductora designada su sonrisa sobrehumana que no borraba en medio del campo de batalla.

Sus labios recorrieron desde la clavícula hasta el abdomen de la hermosa mujer quien suspiro por los hábiles y suaves movimientos de su amante.

Estaba volviéndose loca pues cada toque cada roce cada beso eran dados con tanta habilidad suavidad y al mismo tiempo salvajismo que mostraban lo prodigioso que era su amante y lo experimentado que era a la hora de complacer una mujer.

Fue ahí con el sol y el bosque como testigos donde volvió a entregarse a ese hombre quien la hacía destellar en placer y delirar en complacencia pues el la hacía tocar el cielo con el calor del infierno.

-Ω-

Sus movimientos fueron rápidos fueron ágiles no carecían de habilidad pues cada estocada tenía el salvajismo y bestialidad de un bárbaro pero la elegancia y la gracia que cualquier maestro anhela el conseguir.

La destreza era fácilmente notable y la repetición en sus movimientos era impresentable pues parecía que cada movimiento realizado era un nuevo baile acompañado de una nueva orquesta.

Mantuvo la calma incluso cuando el estruendoso sonido de choque llegó a sus oídos y aunque claramente se lastimó no lo mostró evitando tensar su cuerpo por el incesante dolor en su canal auditivo y el zumbido en su cabeza.

-¡Saludos a ti!

Dándose la vuelta no espero ser recibido por la pequeña figura de un infante cuyo cuerpo apenas se veía cubierto por el pequeño traje que portaba aunque para ser justos no dejaba mucho a la imaginación.

Naruto: Reencarne Con Un... ¿Slime?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora