V

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Gritos, carne siendo cortada, ceniza cayendo como lluvia, humo envolviendo su cuerpo y el calor abrasador de las intensas llamas hacían que se viera obligado a cerrar los ojos mientras el caos a su alrededor no cesaba. A pocos centímetros de él, un hombre corría y gritaba mientras el fuego lo consumía, pidiendo auxilio a quien pudiera ser lo suficientemente noble para ayudarlo. Él no era esa persona. Las personas alrededor estaban demasiado ocupadas con sus propios problemas como para prestar atención al hombre en llamas, quien poco a poco cesaba sus gritos intensos y comenzaba a sentir el frío beso de la muerte.

Abrió los ojos sintiendo un débil agarre en su bota. Una mujer lo miraba desde el piso. Sangrante y magullada. Sin inmutarse, apartó la mano de la mujer que intentaba llamar su atención. Ella ya estaba perdida; más de una espada había cortado su piel, y la sangre perdida era imposible de recuperar. Finalmente, ella también murió.

Observó cómo varios hombres, todos a su disposición, incendiaban el lugar con brillantes antorchas en sus manos y armas descansando sobre sus muslos o enfundadas. Sus ojos brillaban con la asfixiante lujuria de la batalla; el placer puro resonaba a través de ellos mientras la sangre manchaba sus manos, pechos y rostros. Lo llamaban "demonio", pero la raza humana era peor que cualquier dios o demonio que hubiera pisado la tierra.

-Ω-

La aldea había experimentado un crecimiento favorable en los últimos días. Aunque la comida seguía escaseando (aún más con el aumento de la población), se habían enviado varios grupos de exploración y cacería al bosque. Aunque el problema alimentario aún no se había resuelto del todo, al menos estaba mínimamente controlado.

—¡Señor Hollow!

Deteniendo su paso, miró hacia atrás y vio una figura extrañamente familiar: Rigurd corría a toda velocidad hacia él, pero esta vez la preocupación era evidente en su rostro, en lugar de la felicidad habitual.

—Rigur me ha informado que su grupo de exploración ha encontrado intrusos acercándose a la aldea.

Eso podía ser un problema, pero no uno que requiriera su atención inmediata. Al igual que Rimuru, él tenía trabajo que hacer, además de la administración continua de los duendes en diversos rubros laborales. Los había estado instruyendo en el manejo de la espada y el arco, pues si iban a salir al bosque, al menos debían saber defenderse.

—Rimuru se encargará.

El enorme duende asintió y salió disparado en busca del Slime. No estaba buscando a nadie en particular, sino simplemente informar al primero que viera, aunque no esperaba tener que buscar a ambos.

-X-

Los colores cálidos del ocaso bañaban su cuerpo mientras sus ojos no se apartaban del atardecer, viendo cómo el sol se escondía y la luna tomaba su lugar.

—Espero que no estemos interrumpiendo nada importante.

No hubo necesidad de girarse; conocía esa voz, pues la había escuchado sin cesar en los últimos meses. Así que no despegó su vista del ocaso.

—No interrumpes nada. Eres bienvenido a unirte a mí.

El Slime hizo caso a sus palabras y, con pequeños saltos, se acercó hasta estar a su lado. Aunque sabía que había alguien más, no estaba realmente interesado en saber quién era, prefiriendo mantener su silencio intacto.

—Oh, es verdad, no los he presentado. Hollow, ella es Shizu. Shizu, él es Hollow Knight.

Pero el silencio no duró mucho con este Slime, así que optó por preguntar sobre la intrusa. Podría tener información útil sobre el bosque de Jura, al fin y al cabo.

Naruto: Reencarne Con Un... ¿Slime?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora