Naruto: Reencarne Con Un... ¿Slime?

II

El tiempo pasa rápido, pues, sin saberlo, un mes había pasado desde su llegada a este nuevo mundo, incluso si este hecho todavía se le hace difícil de creer, su falta de comunicación, había aminorado gradualmente la molestia en la que se había convertido, Rimuru, después de que adquirido la capacidad de hablar, pues sin una persona con la que conversar, había optado por mantenerse en silencio la mayor parte de su viaje; Algo que agradece infinitamente. No obstante, el Slime todavía había tratado de buscar maneras diferentes para comunicarse con el, optando por buscar una solución temporal con su habilidad [Gran Sabio] en un inicio, no tenía idea de la existencia de esta habilidad, fue en sus momentos de cavilación que logró escuchar la existencia de dicho poder. Diría que envidiaba que el no tuviera una habilidad sensible con capacidad de análisis Ilimitado, pero, siendo honesto, se adapta rápido a los cambios y evoluciona mental y físicamente para su supervivencia, por lo que una habilidad de ese estilo es innecesaria. No obstante, no niega que le haría las cosas más fáciles.

—Creo que esa es la salida, ¿Verdad?

Mirando en una dirección en concreto, logró divisar una puerta. era grande, al menos, lo suficiente como para que el pueda entrar y salir de la cueva, sin temor a que sus recién adquiridos cuernos chocarán con el marco. Por la apariencia general de la puerta, no era difícil el deducir que tenía mucho tiempo sin ser abierta, aunque la luz del sol aún lograba filtrarse por el marco, el hecho de que estuviera tapado por tierra y piedras aminoraba la cantidad de luz en entrar.

Iba a moverse al ver cómo Rimuru se iba acercando a la puerta, pero solo basto el dar un paso para que las rocas de la cueva comenzarán a temblar, y un sonido desagradable y chirriante hiciera eco en el lugar; La puerta se estaba abriendo. De reojo, pudo ver cómo Rimuru se escondía, supuso que era una idea adecuada, considerando que la cantidad de enemigos a los que se han enfrentado hasta ahora, probablemente solo sean la punta de el iceberg para las amenazas que los acechan ahí afuera.

Sin querer ser visto, Sobre todo por su apariencia actual, dió un gran salto, lo suficientemente fuerte como para llegar al techo y clavar sus gruesos y largos dedos en la piedra caliza, evitando que su cuerpo sea víctima de la gravedad, escapando del campo de visión de cualquier enemigo que pueda entrar al lugar. Aún así, no pudo evitar fruncir el entrecejo, incluso si era físicamente imposible, detrás de las puertas, tres figuras humanoides dieron aparición, no parecían ser mounstros, y sus aspectos más "Normales" y humanizados le hicieron plantearse la idea de si debería bajar. Una idea que se esfumó tan rápido como llego, para se justos, los humanos eran mounstros mucho más peligrosos que las bestias que habitaban en esta cueva, no estaba dispuesto a tener un combate innecesario cuando podía evitarse el baño de sangre, sin contar que no sabía el nivel de importancia que tenían estos humanos. por obviedad, si los mataba, podría meterse en más problemas de los que deseaba.

—¡Finalmente se abrió! Está puerta, estaba tan oxidada que el cerrojo estaba prácticamente pegado.

La voz frustrada de un hombre, rubio y flacucho, hizo eco por todo el lugar. no se veía con aptitudes físicas destacables, su postura se veía demasiado relajada para ser la de algún soldado o veterano. no tenía nada destacable que rescatar del hombre.

—¿Y que esperabas? Nadie había entrado aquí, Por lo menos en trescientos años.

La Voz de un hombre castaño fue lo siguiente en escucharse. este sujeto era más alto que el primero, tenía una complexión física más robusta, pero su porte seguía siendo igual de malo que el del primero, por lo que veía, no era difícil decir que estos muchachos eran novatos, tal vez, simplemente idiotas temerarios.

—No van a atacarnos por sorpresa, ¿Cierto? Si es necesario, siempre podemos usar la habilidad de [Escape].

La voz insegura, pero suave de una mujer, captó su atención, su cabello era rubio, pero tenía una tonalidad más clara que la de el primer hombre. en sus brazos cargaba una especie de, báculo, parecía ese tipo de cosas que utilizaban los magos en los libros de ficción que llegó a leer cuando era más joven.