XXIX

1.1K 118 18
                                    

El crujir del metal era un sonido reconfortante, y claramente familiar para alguien que a vivido y nacido de la batalla. En general, estaba acostumbrado a siempre mantener su mandoble afilado, listo para cualquier tipo de eventualidad. Kaijin había tenido la amabilidad de obsequiarle una piedra de afilar, y aunque tenía cuidado de no desgastar el metal, siempre tenía algún momento de reflexión con el sonido chirriante del acero y la piedra haciendo su labor.

La voz de Rimuru sonó a la distancia, su voz incluso con su suavidad sonó en una fiera tonalidad, cargada de un aplomo que jamás creyó escuchar de ella. Al menos, no cuando la conoció. Los gritos de jubiló de sus hombres lo hicieron suspirar, sus oídos zumbaron ante la aprobación de toda esa gente ante su comandante, la comandante que el mismo se había esforzado en forjar.

—Te vez feliz, Demonio. Realmente es difícil pensar que tú tendrías un corazón debajo de toda esa capa de acero.

No detuvo su labor, y tampoco se molestó en ver a la nueva presencia en la habitación, aún así, su mirada se volvió mortalmente sería, la severidad volvió a sus facciones junto con una mirada imperiosa, algo común en el, aunque está vez se sentía diferente de cierta manera. En realidad no importa, no había nadie verdaderamente presente para notar la diferencia. Además de el, claro está.

—¿No dirás nada? ¿Después de todos estos años?

Un gruñido fue su respuesta. El chirrido del metal fue acompañado de un sentimiento vibrante al rededor de su espada. Si el arma estuviera viva podría jurar que se sentía ansiosa, ansiosa de cortar, ansiosa de desgarrar. Curiosamente tenía bastante tiempo sin ensuciar su cuerpo en sangre, su espada parecía tener una inherente necesidad de un baño similar.

—No puedes esconderte, Naruto. Puedes poner toda la distancia que quieras entre tu y la verdad, si gustas; eso no cambiará nada.

Su voz salía irónica. interesada en escarnecer con sus palabras, ya sea porque quería verlo explotar o simplemente porque eso la hacía sentir mejor, para bien o para mal,  no obtuvo una reacción de su parte. Sería estúpido de su parte reaccionar ante sus infructuosos intentos, no solo mostraría su falta de control, además su negligencia al controlar sus emociones.

—Finge ser todo lo que no eres. Un maestro. Un esposo... Un padre.

Sus ojos brillaron, su mirada se desvío ligeramente para finalmente mirarla. La ira gélida y silenciosa fue suficiente para hacerla sonreír, presumiblemente satisfecha con poder ver algo de él. Cómo sea, las palabras pueden mentir, los ojos confundir, Pero solo quien conoce la verdad conocerá lo que ocurre aquí. El sonido de su espada y la piedra regresó poco después, el intercambio de miradas termino y no tenía planes de reanudarlo.

—Es divertido verte intentar y fracasar, Demonio. hay una verdad inevitable de la que nunca escaparas. No puedes cambiar. Siempre vas a ser, un mounstro.

Suspiro, el calor a su alrededor incremento de manera exponencial. No había fuego, Pero su arma brilló ante el calor de su toque. Los átomos de oxígeno e hidrógeno se quemaron a su alrededor, la madera comenzó a quedarse y el cristal a derretirse. Los zarcillos de oscuridad en su cuerpo dejaron a relucir parte de su poder, el miasma se hizo más denso y la tensión en la habitación fue demasiado.

—Lo se...

El cambio fue abrupto, Pero el calor incandescente que lo rodeo se apagó, una sensación friolenta lo rodeo y los estragos que causó desaparecieron como por arte de magia. Nada había pasado, aún podía sentir su mirada incluso si sabía que no había nadie aquí. Su arma Destello una última vez antes de que dejara reposar la piedra en un mueble cercano. Volvió a suspirar.

—Pero ya no soy tu mounstro.

Cuando volteó no había nadie, una vez más, su mente demostraba que era su enemigo más cruel. Miro su mandoble una última vez, el arma empezó a enfriarse poco a poco. Finalmente fue conciente del silencio, la voz de Rimuru ya no hacía eco en el fondo, los murmullos y gritos a la distancia se apagaron por completo. No había nadie más aquí. Sabía que Rimuru aún estaba en Tempest, sería aquí donde los recogerían para el Walpurgis. Miro hacia atrás una última vez, viendo que en definitiva estaba solo. Realmente no podía esperar nada más.

—¿Hollow?

Miro hacia el frente, una pequeña cabecita azulada se asomo por el filo de la puerta. Sus ojos destellaron en dorado en cuento lo vieron. Suspiro, la puerta se abrió por completo y la esbelta y hermosa figura de su pareja se dió a conocer. Realmente era afortunado, podía describir cada una de las virtudes de su pareja en cuestión física y aún así no lograría terminar. No obstante, sabía que esa lista sería pequeña si lo compraba con todas las virtudes que la hacía ella, las cosas que la hacían única y por las que acepto formar una relación, las cosas por las que indudablemente termino por amar a esta mujer.

—Ahí estas, grandote. vámonos, tenemos que vestirnos. Todo acabará al anochecer.

Iba a decir algo, Pero finalmente se mantuvo en silencio. Rimuru parecía notar que algo andaba mal, su mirada la delataba. No obstante, parecía ser lo suficientemente considerada como para no preguntar. En su lugar lo tomo de la mano, tirando de ella suavemente. No sé resistió a la guía y la siguió en silencio. Su mente seguía algo distante y sus pensamientos estaban todo menos enfocados, tendría que rectificar eso, pero no sabía cómo hacerlo, no en el corto plazo.

Fin.

|Tsunade Senju|

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

|Tsunade Senju|

Un amante. Un antiguo amor. Una líder. Un soldado. Al final, tu vida también se apagó por mis manos. Recuerdo perfectamente tu sonrisa, tu ruda personalidad. Fuimos amigos y aliados por un tiempo, es triste pensar que intentaste traicionarme. No importa, morirse igual que todo aquel que lo intentó; Moriste igual que todo aquel que se atrevió.

-Ω-

|Myrd, Garm, Dord y Kaijin|

Estos cuatro hermanos fueron los primeros aliados importantes que Rimuru y yo conseguimos. Su presencia en la aldea fue crucial para los meses venideros. Sus habilidades me sorprenden mucho y estoy agradecido con su ayuda. Son tolerables.

Naruto: Reencarne Con Un... ¿Slime?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora