XLVI

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Un suspiro, algo tan suave y habitual que simplemente era imposible recordar todas las veces que lo a hecho. Podía sentir el calor del sol reflejarse sobre la ventana de su estudio, su piel ardía levemente en algunas zonas, Pero con total honestidad apenas y lo notaba, si no estuviera tan calmado y prestando a tensión justo a eso probablemente no lo notaría.

—Mi señor.

Miro a sus espaldas, diablo entró a la habitación con su sonrisa habitual, su tono de barítono y su porte imponente y elegante siempre fueron gratos de ver, incluso si sabía que este hombre tenía alguna especie de fanatismo con el y Rimuru, no negaría que su eficiencia, lealtad y tranquilidad lo hacían el favorito entre sus siervos de confianza.

El hombre llegó con una bandeja, probablemente una taza de te y algunas galletas, estaba acostumbrado a dejar lo último, pero sería cortez y lo comería, siempre ameritaba algo de amabilidad de vez en cuando. Al menos era la única manera en la que sabía podría mostrarla sin tener que decir ninguna palabra.

—Gracias, diablo.

Fue difícil, Pero finalmente lo dijo, no moriría por decir gracias alguna vez en su vida. El demonio primordial incrementó levemente su sonrisa, pero no dijo nada, el hombre cruzó sus brazos a sus espaldas y se escondió en alguna esquina de la habitación, siempre acostumbró a acompañar a Naruto a sus largas sesiones de trabajo, algunas veces lo ayudaba y otras se limitaba a observar en silencio. No sé molestó en tratar de sacarlo de aquí, tampoco esque su presencia fuera necesariamente desagradable.

—Veo un nuevo brillo en tus ojos, Naruto.

No dijo nada. sus ojos se desviaron levemente, dirigidos a mantener una leve mirada de soslayo. Volvió a suspirar, su espalda de tenso mientras su porte empezaba a decaer, no había mucha majestuosidad o poder en su presencia, era un hombre roto, estando en la soledad de sus pensamientos era cuando finalmente se podía ver eso. Talvez era lo que tanto le gustaba ver a diablo.

—Recuerdo cuando nos casamos, tenías un brillo muy similar en ese entonces. Supuse que estabas feliz por eso, realmente nunca me atreví a preguntar, sabía que probablemente no iba a recibir una respuesta.

Una amarga y nostalgia sonrisa se formó en su rostro, su cuello se doblo ligeramente, lo suficiente para ver a la persona a sus espaldas, realmente era increíble lo cruel que su mente podía ser algunas veces. Negó levemente, no podía culpar a su cerebro por algo así, era su responsabilidad romper sus cadenas, pero el poder y la fuerza en bruto no podrían liberarlo de ellas; no está vez.

—Lo recuerdo.

La mujer a sus espaldas sonrió con el, su hermoso cabello se revoloteo con un movimiento de cabeza y sus ojos rubi brillaron con astucia. Siempre le encantaron esos ojos, sus carnosos y rojizos labios se curvaron en una mueca divertida.

—Me alegra que así sea. También recuerdo cuando nació nuestro hijo, tu expresión no cambió mucho, pero tus ojos decían lo suficiente, sabía que estabas tan feliz como yo, probablemente más.

Destellos de humor bailaron por sus ojos, la sonrisa en sus labios ni siquiera era notable, era lo suficientemente pequeña como para ser prácticamente imperceptible, pero su esposa lo conocía lo suficiente como para saber que, de hecho, estaba sonriendo, no necesitaba ser demaciado expresivo, ella sabría perfectamente en lo que estaba pensando.

—Recuerdo cuando lo lleve a cabalgar por primera vez, estabas molesta, al menos lo suficiente como para querer golpearme. Dijiste que era demasiado peligroso, eso se hizo evidente cuando se cayó del caballo.

La mujer soltó una hermosa carcajada, era impensable que el sonido de su voz fuera tan armónico. Finalmente volteo, no quiso perder ningún detalle está vez, quería grabar cada fracción de su rostro en su mente. Su piel, más pálida que la luna brillante, tenía una cualidad etérea que insinuaba que era más un espíritu perdido que un ser de carne y hueso. Sin embargo, sus ojos eran probablemente la característica que más notó: profundos charcos escarlata que parecían brillar con la luz de un millón de estrellas; Era tal y como la recordaba.

Naruto: Reencarne Con Un... ¿Slime?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora