III

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El fuego crepitaba, pero el calor no se sentía en su cuerpo; la calidez era ignorada. Honestamente, a veces le gustaría tener sensibilidad, pero su pequeño cuerpo gelatinoso tenía bastantes limitaciones en comparación con lo que estaba acostumbrada a hacer. Miró a su alrededor: el sol estaba a punto de esconderse y el ocaso se reflejaba hermosamente en el lago donde habían decidido descansar. Agradecía este respiro; incluso sin músculos ni extremidades, los largos viajes seguían siendo un tormento para ella.

—Oye, Rigur, ¿sabes quién fue el encargado de darle nombre a tu hermano mayor?

El trasgo sonrió, feliz de tener una distracción. Después de tanto tiempo pescando y encendiendo esa maldita fogata, cualquier distracción era bienvenida. Rimuru comprendía esa sensación; ella misma se había vuelto adicta a los mangas por la misma razón: buscar una distracción del tedio y monotonía de su trabajo y, por extensión, de su vida. Vaya, eso sonó muy mal.

—¡Sí! Me contaron que el encargado de darle nombre fue un demonio llamado Gelmud; dicen que veía potencial en él.

El nombre era extraño. Rimuru trató de recordarlo, pero ni siquiera lo había pronunciado bien. Intentó un poco más, pero al final terminó por rendirse. No le costaría nada volver a preguntar. Bueno, podría disimular un poco; solo un poco.

—¿Gelmud?

—Sí, Gelmud: es el oficial del ejército del Rey Demonio.

Eso sí que captó su atención. Conocía a los reyes demonio gracias a todos los clichés de los isekai que había visto. En todos los isekai, los reyes demonio eran malvados y casi siempre el enemigo principal del protagonista. No diría que ella era la protagonista, pero las cosas estaban a su disposición. Bueno, también estaba Hollow, pero él realmente parecía más una incógnita; una anomalía que no podía descifrar en absoluto. Ah, y tenía suerte de que fuera guapo.

Moviendo violentamente su cuerpo, trató de desvanecer esos pensamientos. Miró nuevamente a su alrededor. Hollow se había sentado a la orilla del lago y Ranga lo había acompañado rápidamente. Ninguno de los dos decía nada; ambos parecían perdidos en sus propios pensamientos y no se dieron cuenta de que ella se estaba acercando.

—Oye, Ranga.

Parece que su voz fue bastante inesperada, ya que Ranga se tensó visiblemente y el gigante cornudo movió instintivamente su mano hacia su cintura, como si buscara un arma. Supuso que lo hacía por costumbre, aunque en realidad no llevaba ninguna arma especial. Sabía que no había arma lo suficientemente resistente para soportar una estocada hecha por él.

—Dígame, amo.

El lobo parecía sereno, de hecho, muy tranquilo. Parecía feliz, algo que desde el principio había sorprendido a Rimuru por varios motivos, pero había uno en particular que no quería pasar por alto. No moriría por preguntar, y esto era lo suficientemente importante como para no dejarlo para después ni ignorarlo deliberadamente.

—Hollow mató a tu padre, los duendes hirieron a varios de los tuyos. ¿No deberías, ya sabes, buscar venganza?

El lobo no respondió de inmediato, pero la ausencia de hostilidad de su parte no provocó una reacción negativa de los presentes. Más bien, estaban expectantes ante la posible respuesta del gigante lobo. Finalmente, la respuesta no tardó en llegar.

Naruto: Reencarne Con Un... ¿Slime?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora