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Taemin


—¿Cuál es la palabra que rima con arrepentimiento? —Pregunto de camino a casa al día siguiente.

Minho no responde.

—Olvidar. No es exacta, pero se acerca bastante —Lo garabateo.

Minho no quita los ojos de la carretera.

—No puedo decir si estás siendo pasivo-agresivo o burlón.

Yo tampoco, si soy sincero.

No soy un idiota. Salir con mi guardaespaldas fue una estupidez. Anoche fue un error, y no deberíamos haberlo hecho. Supe eso en el momento en que se cerró a que tenía que hacer una ruptura limpia.

He hecho lo de la relación prohibida antes. No es tan romántico como la gente piensa. Salir a escondidas de las habitaciones de los hoteles para que mis encargados y el equipo de gestión no descubrieran que me estaba tirando a un miembro de los teloneros de la gira fue mi vida durante mucho más tiempo del que debería haber sido. No quiero volver a empezar con eso.

Así que, sí, fingir que no pasó es lo mejor. Incluso si no es lo que quiero. Es mejor terminar ahora antes de que me contagie de esos temidos sentimientos.

No tengo ningún deseo de que me vuelvan a romper el corazón pronto. La primera vez tardó bastante en superarse. Tal vez pueda convencer a mi cerebro de que lo de anoche fue una fantasía perversa en lugar de un recuerdo, y pueda utilizarlo para cuando esté a solas con mi mano. Porque algo tan explosivo no se puede olvidar. Sería una blasfemia para los dioses del sexo gay.

—¿Taemin?

Giro la cabeza hacia él.

—¿Eh?

—¿De verdad estás de acuerdo con lo que ha pasado, o quieres que llame a Max y le diga que ya no puedo trabajar para ti?

Frunzo el ceño.

—¿Quieres renunciar? ¿Por un percance?

—Abordarte en mi primer día fue un percance. Esto... esto fue cruzar líneas básicas que ningún empleador y empleado deberían cruzar.

—¿No habíamos acordado que Sooman es tu empleador, no yo?

—Sabes lo que quiero decir.

—Lo sé. Por eso no deberías renunciar. Como dijiste, necesitas este trabajo. No voy a estropearlo por ti.

—Gracias.

Hago como que escribo algo.

—Oye, ¿qué rima con despedido?

Su mirada se desvía en mi dirección y sonrío.

—Al menos ya podemos bromear sobre ello—, murmura.

—Me gusta bromear contigo. Aunque suene triste, no eres sólo mi guardaespaldas. Me siento como... si fuéramos amigos.

—Bueno, me la chupaste. Supongo que eso nos hace amigos.

—Oh, así que eso es lo que he estado haciendo mal todos estos años. No me extraña que no tenga amigos. Las mamadas equivalen a la amistad. Lo tengo. Deberías ser un entrenador de vida en lugar de un malote profesional.

Minho me mira de reojo.

—¿Por qué no tienes amigos? Creía que los de Hollywood tenían un séquito enorme.

—Oh, tengo un séquito, pero les pago para que estén conmigo, así que se me hace raro llamarlos amigos. No es que los vea fuera de su trabajo.

—Entonces, ¿Por qué es diferente conmigo?

Danger -2min-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora