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Minho

Max me despierta de las mil maravillas llamando a la puerta de nuestra habitación. Lo oí a él y a Jun volver en algún momento de la noche, y agradecí que nos dejaran dormir.

Al parecer, la hora de dormir se ha acabado.

Por suerte, Taemin está demasiado fuera de sí como para revolverse, pero mientras me pongo algo de ropa y sigo a Max por la casa hasta su habitación, me preocupa que algo haya ido mal con la detención de Webber.

Me hace un gesto para que me siente en la silla mientras se apoya en su escritorio.

—¿Qué pasa? —Le pregunto—. ¿Qué ha pasado con Webber?

Me hace un gesto para que me tranquilice.

—Ha ido bien. Encontramos el coche plateado que conducía a unos kilómetros de la carretera. Está registrado a nombre de un chico de la UCLA. Junto con los cargos de acoso, le entregamos sus múltiples ordenadores portátiles y la mierda que encontramos en el coche —Su expresión seria da paso a la más tenue de las sonrisas.

—¿Qué pusiste en su portátil?

Otra pequeña sonrisa.

—Realmente no quieres saberlo. Lo que dijo Webber anoche es cierto. Estaría fuera en dos años si no le proporcionamos a la policía toda la información. Por lo menos, así se le añadirán unos cuantos años más a su condena.

—En serio, ¿Qué has hecho?

—¡Nada! —Tose y murmura algo sobre ciberterrorismo.

El. Mejor. Jefe. De todos. Los tiempos.

—De todos modos, el ¿Por qué te he despertado? Pensé que debía darte una advertencia.

—¿Advertencia? —Mierda, ¿Y ahora qué?

—Nosotros no va a renovar el contrato de la estrella del pop cuando se acabe.

Ok, eso no me lo esperaba.

—¿Demasiado trabajo? —Bromeo, pero en mi interior, estoy intentando como un demonio encontrar la manera de que Max se lo quede.

—Bueno, ciertamente vimos más acción de la que esperaba. Pero la verdad es que este nunca fue un caso que hubiéramos tomado en circunstancias normales. Tú lo sabes.

—Lo sé.

Max cruza las piernas a la altura del tobillo, y su intimidante estatura es aún mayor que la habitual.

—Así que, este es el trato. Tienes que tomar una decisión.

Aspiro con fuerza. Mi posición con ellos o Taemin. Las palabras renuncio están en la punta de mi lengua, y nunca pensé que sería una decisión tan fácil. Taemin querrá mantenerme como su guardaespaldas, y aunque no sé la logística de cómo funcionará si no estoy con aquí, encontraremos una manera.

—Quiero que te hagas cargo del contrato —Las palabras de Max tiran de mis pensamientos—. Con efecto inmediato si funciona para Taemin. Anoche hablé con Sooman sobre ello y está de acuerdo.

—¿Qué?

—Dijo que su futuro conmigo era incierto, y no puedo permitirme el lujo de tener un hombre caído permanentemente. Si aceptas el contrato, puedes elegir tu propio equipo de chicos para el detalle de seguridad de Taemin.

—¿Qué pasa con...?

Me señala a mí.

—Ni siquiera pienses en robar a alguno de mis hombres. Jun es mío, ¿Bien?

Danger -2min-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora