Capítulo 1. Memorias de un asesino.

184 18 13
                                    

La sangre en mis manos me hacía sentir poderoso, creí que había trascendido. Sus ojos quedaron observándome, podía sentir incluso que me juzgaba, aún muerto podía sentir que su alma seguía a mi lado. Me senté a su lado retomando cada segundo, cada instante de cómo lo maté. Tomé el puñal aún clavado tomé el puñal aún clavado en su pecho. -Lo siento. - Susurré.

Caminé hacia la puerta, la abrí y salí a tomar un poco de aire, hacía frío. Volví y arrastré el cuerpo hasta llegar al muelle frente a la casa, arrojé el cuerpo al lago; cuando cayó alcanzó a chapotear un poco de agua y me mojé los zapatos. Regresé a la casa después de verle hundirse. Pase toda la noche limpiando su sangre, poniendo de nuevo todo en su lugar hasta que quedara tal y como estaba.

El sonido del gallo me despertó, amanecía, tomé mis cosas y salí de su casa, caminé por el bosque hasta llegar de nuevo a mi casa.

- ¿Tienes más preguntas para el testigo? - Pregunta la juez.

-Sí, creo que el testigo no entendió la pregunta. Necesitamos saber qué lo llevó a asesinarlo. No lo qué pasó después. - Dice la fiscal.

Creo que todo empezó el jueves en la noche, lo llamé para saber a qué hora iría a pescar. Dijo que en horas de la mañana; incluso me invitó a acompañarle, pero me negué. A la mañana siguiente lo pensé mejor, así que lo llamé para decirle que me esperara. Llegué al muelle alrededor de la 8 a.m. Él se encontraba organizando la canoa, me saludo alegre; dijo que llevaba días sin verme. Hablamos durante horas, me contó sobre los rumores del pueblo, aquellos que decían que Tonny tenía una relación con Leti Abbalone. Lo negó rotundamente, dijo que eran suposiciones que la gente hacía.

-¿Puede ser más específico con los rumores?- Pregunta la fiscal.

-¿Es relevante con el caso?- Interviene la juez.

-Si su señoría. - Responde la fiscal.

-Responda...- Ordena la juez.

Leti Abbalone es la hija del leñador Ernest, la gente dice que todo empezó en la feria del pueblo, en la de este año. Los vieron fuera de los viñedos de los Dracaena.

-¿Puede decir quién le comento el rumor. – Pregunta la fiscal.

Uno de los Dracaena. Lo comentó entre sus amigos. Continuando con esa mañana al llegar al medio día terminamos de pescar, fue una mañana muy productiva; tomé una porción de la pesca y me la llevé a casa. Pasó la tarde y al caer la noche recibí una carta de Leti, la carta la tomó el detective Minster cuando me arrestó. La carta confirmo la relación, se disculpó conmigo, pensé durante horas cada palabra allí escrita, me llené de rabia, tuve una relación durante meses con Leti, esa carta era la despedida, su despedida a nuestra relación, fue cuando decidí ir a confrontarlo.

Conduje hasta llegar a su casa, eran las once y cuarenta. Esperé a que quedara solo, él tenía visitas; apenas quedó solo, toqué a la puerta bruscamente. Él abrió de inmediato molesto. Preguntó qué hacía ahí. Entré a su casa de inmediato, me detiene tomándome del brazo. - ¡Mirto! ¿Qué sucede contigo? – Preguntó confundido. Me solté y le golpeé el rostro, me pidió que me calmara tomándome de los brazos y sentándome en una de sus sillas. Saqué la carta del bolsillo de mi pantalón tirándola a sus pies. – Te acuestas con ella, ¿sabías que la quería? ¿Sabes... yo también me acuesto con ella? – Dejó la carta sobre la mesa, caminó hasta su cocina y sirvió un poco de té; me dio una taza.

No recuerdo bien que hablamos. Creo que habló sobre como la conoció, yo lo miraba mientras ambos tomábamos té, llegó un momento en el que...

-¿Se durmió? Joven Mirto, recuerde que está en juramento. - Asiento.

Cuando desperté vi mis manos llenas de sangre, fue cuando me sentí poderoso. Supe que lo había matado, supongo que solo bloqueé esos recuerdos; y me senté a su lado a retomar cada segundo, cada instante de como lo maté.

-Si, Mirto, pero no recordó nada. Estos son los exámenes toxicológicos encontrados en la sangre del señor Tonny Clawthorne. – La miro confundido mientras le entrega a la juez unos documentos. – Mirto Bourne no asesinó al señor Clawthorne, solo es culpable de alterar una escena del crimen. – La fiscal se dirige al jurado mientras mis manos empiezan a temblar, trato de recordar más de esa noche, pero se me es imposible. – Fue por eso que encontramos sus huellas en el arma, en la casa del señor Clawthorne- ¿Recuerda quién fue la persona que se encontraba en casa del señor Clawthorne cuando usted llegó? – Hago una negación tratando de respirar. En mi mente yo era el asesino, miro hacia el público asistente al juicio, veo a Leti llorando, la veo levantarse e irse del lugar.

-Es todo, su señoría. Es hora de pasar al siguiente testigo. – Dice la fiscal mientras bajo del estrado.

-Siguiente testigo. Leti Abbalone. – Ordena la juez mientras un oficial me arresta.

Subo la historia a YOUTUBE por si la quieren en formato audio libro.

El misterio del lago.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora