El beso se fue intensificando hasta que él la fue arrastrando hasta su escritorio, tiro unos documentos que ocupan este y la cargo; ella enredo sus piernas a la cadera de él mientras el probaba su cuello, era la gloria, era el infierno, la deposito lentamente en el escritorio, besaba cada parte de ella, se separó un poco de ella para admirarla, sus ojos tenían un brillo que no podía describir, sus labios estaban hinchados, sus mejillas sonrojadas. Se quitó el saco y aflojo su corbata, ella miro ese acto y lo tomo por esta para atraerlo a ella
- Te dije que en este juego saldrías quemada hermosura –dijo el mientras sostenía su mirada
- Pues veamos quien quema a quien –lo beso, claro que el hombre le atraía era imposible que fuera lo contrario y sabía que podía perder, que efectivamente saldría quemada, pero nadie después de su separación le había atraído de tal manera y paradójicamente Gael se sentía igual, con su ex esposa jamás sintió algo así, tan carnal, tanto deseo, de saber más, de probar más. Que podría salir mal...
Cuando cayó en cuenta de lo que estaba haciendo se separó para darle la espalda, ella bajo de su escritorio acomodo el vestido que llevaba camino hacia la puerta
- Gracias por la rosa Gael –dijo con un hilo de voz y salió de la oficina y el claro que vio cómo se fue volvió su mirada a la ventana que dejaba ver toda la ciudad y se enfrasco en su mente, en cómo podía ser tan débil y dejarse llevar por su instinto de querer poseerla de no detenerse la hubiera hecho suya en ese escritorio, en su oficina y ella; ella no era para eso y no es que en alguna otra ocasión con alguna otra mujer hubiera pasado, su trabajo era sangrado.
Empezaba a doler tanta soledad, siempre soñó con tener un compañero de vida, formar una familia; era dura con ella misma, se tapó el rostro ya en la oficina que Gael le ofreció en el conglomerado, suspiro y se recargo en su asiento mirando el techo de esa oficina debía dejar de pensar en el cómo lo estaba haciendo, él tenía razón la única que perdería era ella Gael le llevaba mucha vida por delante, era un hombre experimentado que llevaba ya años sin ninguna relación. Al finalizar la jornada laboral le dejo a Andrea la presentación de una junta que Gael pronto tendría en el conglomerado con unos clientes de Canadá y se retiró; por la noche tendría un evento para la inauguración de un hotel donde ella invirtió en el restaurante del mismo; el evento era de gala y todos debían llevar antifaces; esa idea no le gustó mucho hasta que el socio mayoritario le menciono la temática eso le ayudaría a pasar un poco desapercibida.
Llego a casa, atendió al pequeño Aiden, lo baño y durmió para ella poder irse tranquila a su evento, se enfundo en un vestido negro de una sola manga donde sobre salía una tira de tela que llegaba al suelo, el vestido era corto aunque nada escotado, se puso unas zapatillas altas y en su bolso llevaba el antifaz negro de encaje que llevaría, condujo por la ciudad hasta llegar al hotel, era enorme con un diseño innovador ya que su jefe ayudo con la construcción del mismo.
Un joven del valet parking la ayudo a bajar de su vehículo, se adentró y le dieron la bienvenida camino hasta uno de los enormes salones; debía bajar algunas escaleras y se le hacía tan cliché porque bien podía ser la escena de una película de Hollywood y lo único que pensaba era en no tropezar o vaya que haría el ridículo frete a muchas personas, Gael estaba observando la entrada cuando la vio llegar enfundada en ese diminuto vestido negro, su cabello por primera vez lo vio totalmente recogido y aun así se veía hermosa. Al llegar saludo a las personas que conocía, hasta que dio con uno de sus socios y charlaron del lugar, de algunos otros negocios en donde Anala podía invertir dinero, a pesar de no ser tan social se le daba muy bien el hablar y manejar la situación a su favor. Gael la observaba sonreía con uno de los dueños del lugar y no pudo evitar no acercarse a ellos, dejo su copa en la barra y se dirigió a ellos
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Vacío (Actualización los Viernes)
RomanceGael Covarrubias se cerró al amor después de la traición de su ex esposa, se sentía vacío, lleno de rencor. Jamás se imagino conocer a Anala quien lo llenaría de vida.