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Una nueva semana empezó para ambos, Anala llego como siempre a tiempo a la constructora, tenían muchos proyectos nuevos en puerta algunos de la mano de Gael Covarrubias lo que conllevaba a verlo más.
- Buenos días señorita Anala –dijo el, sacándola de su mente
- Buenos días, bienvenido señor Covarrubias adelante la sala de juntas ya está lista para la reunión, le ofrezco algo de beber café, agua, te
- Un café estaría bien señorita Álvarez
-En un momento se lo traigo, si gusta tome asiento y ya lo paso al salón de juntas
-Claro, no se preocupe
- Gael, que tal como te encuentras que tal tu viaje –pregunto el jefe de Anala
- Esperaba que fuera tedioso, pero la pase de lo mejor –claro que quería que lo escuchara Anala a lo que ella negó y sonreía mientras caminaba hacia la pequeña cafetera para preparar el café que el hombre con la mirada más seductora le pidió
- No me digas, acaso fue una mujer que encontraste por ahí
- Sí, pero no de la forma que te imaginas Raúl, para mi suerte tu asistente estaba ahí
- Cierto cierto, se me olvido por completo que Anala era parte de los Canadienses excelente negocio
- Anala puedes llevar a la sala de juntas el café del señor Covarrubias
- Claro señor Arciniega en un momento lo llevo –su jefe dirigió al joven a la sala y ambos se adentraron en una plática amena, Raúl era un señor experimentado, siempre le daba un buen consejo y Gael lo agradecíaAnala apareció y dejo la taza de café para ultimar los últimos detalles para la reunión
- Anala toma asiento y cuéntame cómo estuvo lo de Canadá. Gael me informo que se encontraron –la miraba Gael con esos ojos moteados color gris
- Si, así es una gran sorpresa la verdad –dijo sin darle mayor importancia. – El negocio marcho bien
- Bien? Yo diría que más que bien señorita Álvarez –dijo el logrando que Anala se acomodara su falda poniéndola nerviosa. – Raúl tienes una mente maestra, cuídala porque podría robártela –el señor maduro rio al escuchar las palabras del más joven
- No creo que es suceda Anala tiene muchas libertades aquí y más que ser mi asistente es una socia más para mí, incluso podría decirte que la veo y protejo como una hija así que no creo que ella acepte irse ni contigo ni con nadie –Anala sonrió porque era verdad ella no podría irse de ahí de ese lugar que le dio una oportunidad y sobre todo mantener un nivel bajo.La junta paso sin ningún detalle negativo, Anala manejando a la perfección la información, Raúl respaldándola, Gael dando puntos de vista que complementaban la información de Anala logrando que los socios estuvieran satisfechos con los proyectos que presentaban.

La jornada termino y Anala se dirigió a sus clases de canto, preparaban un evento de beneficencia a una casa hogar de niños eso la entusiasmaba, ese día Lucien insistió en invitarla a salir se negó rotundamente pero no se rendiría así que termino accediendo, ni siquiera le interesaba pero no quería tenerlo sobre de ella todo el tiempo. Quedaron de verse el día de mañana en una pequeña cafetería que estaba cerca del conglomerado de Gael, lo cual no le pareció pero el eligió ese lugar juraba que era la mejor del lugar.Gael llego a su oficina y vio a Anala en la oficina contigua trabajando, Andrea por su parte lo saludo como cada mañana y le tendió su taza de café
-Gael ella es muy buena, no has pensado... -no la dejo terminar su frase ya que la interrumpió de golpe
-Ella no dejaría a Raúl, con él tiene algo que aquí no tendría
- Gael, te he visto; he visto como la miras - Idioteces Andrea
- No hay que ser muy listos, cuando sabes que va a venir llegas temprano he sido tu asistente por casi diez años te conozco lo suficiente para saber las intenciones por la que está aquí
- No sé de qué hablas –desvió la mirada porque sabía que ella tenía razón lo conocía muy bien
- Mírame Gael y dime que no está aquí porque la quieres tener cerca y quieres saber que ella es igual que...
- No pienso seguir con esto Andrea
- Lo único que te diré es que ella no es como... -ambos guardaron silencio al ver a Anala salir de la oficina
- Hola que tal buenos días Andy, señor Covarrubias venía a entregar esta carpeta con todo lo requerido para que comiencen con el proyecto Luna
- Buenos días Anala –dijo efusiva la asistente de Gael
-Buenos días señorita Álvarez usted siempre tan eficiente, Andrea puedes recibir la carpeta y revisarla de favor y cancela mis citas de hoy de favor –dijo dejándolas ahí y Anala mas confundida por su actitud
- No te preocupes ya venía de mal humor –mintió Andrea regalándole una sonrisa a la joven porque sabía que sus palabras fueron las que lo pusieron así; se daba cuenta que ella también se sentía atraída por su jefe y era cuestión de tiempo para que ambos cayeranA medio día Anala almorzó en el comedor del conglomerado junto con Andrea, Gael las veía parlotear y las palabras de su asistente caían una y otra vez, que tenía Anala porque quería tanto descubrir algo mal en ella, la idea de verla el día de mañana y entrar en ese juego le pareció incorrecto en ese momento y si en verdad no había nada malo en ella y la lastimaba? Si ese juego salía mal ella perdería y verla sufrir por un arrebato no era justo. Se levantó del otro lado del comedor que era para socios que era dividido por un cristal del comedor de empleados y camino hasta su oficina, ambas lo vieron caminar y algo en él era diferente y eso le dolió a Anala
- No te preocupes Anala él es así, tiene días de oscuridad, donde el vacío que lleva a cuestas se apodera de el –le tomo la mano tratando de consolarla, como si fuera evidente el sentimiento que le causaba verlo así y ella solo asintió.

Ambas llegaron al piso donde trabajaban y se dispusieron a continuar con sus labores; cuando Andrea termino de revisar la carpeta que Anala le entrego se dirigió a la oficina de su jefe para dársela
- Puedo pasar Gael –dijo la joven asistente era bonita, rubia, no muy alta pero sobre todo leal a Gael, ella fue su apoyo en esos momentos incluso su esposo lo apoyo, cuando ambos perdieron a su bebé el correspondió el apoyo que le brindaron en ese momento cubriendo todos los gastos aunque sabía que eso a ellos no les ayudaba mucho ya que esa pérdida nada la cubriría jamás, sabía que estaban intentando tener un bebé y le entusiasmaba saber que Andrea tenia de nuevo la vitalidad que la caracterizaba
- Pasa Andrea dime –lo vio con la corbata deshecha con una copa de wiski, él no era así no ahí en la oficina, era un desastre como cuando se divorció o peor - Traigo la carpeta de Anala
- Bien déjala en el escritorio –dijo mirando el enorme ventanal de su oficina, perdido
- Gael...
- Hay algo más Andrea o porque te quedas ahí
- Gael, mírame
- Que quieres Andrea
- Ven siéntate –como si de un niño pequeño se tratase la obedeció
- Que paso
- Tú, que mas solo eres tu
- Andrea de verdad no estoy de humor
- Bien, dime como te ayudo anda dímelo –se cruzó de brazos, sabía que esa chica no se rendiría hasta que lo dijera
- Ayudarme? Como podrías hacerlo
- Gael no es justo que te arrastres de esa manera –su jefe alzo la mirada al techo de cristal, conteniéndose, algo dentro de él quería salir, hace mucho no tenía ganas de llorar tanto como ese día y una lagrima escapo; la miro desconsolado porque verla ahí, tan sonriente como siempre después de escuchar las palabras de su asistente por la mañana supo que no podía arrastrarla a su miserable ser, pero tampoco quería alejarla, no quería dejar de sentirla
- Andrea nadie puede ayudarme
- Gael, por favor ya no te castigues de esa manera, han pasado años perdónate y avanza –el bebió lo último de su copa
- Andrea... solo déjame solo por favor

- Bien como quieras, el único que se está arruinando eres tú, esa chica no tiene nada de malo así que tómala o déjala ir –dijo antes de salir de la oficina de su jefe; sabía que esas palabras le dolerían, pero necesitaba hacerlo entrar en razón.Gael pensaba, daba vueltas cual león enjaulado, cansado de esa cárcel; en su impulso llamo a su hermana últimamente era su incondicional, ella ya lo había perdonado aunque también tenía sus ratos malos, por lo general siempre se mantenía pendiente de el aunque seguía rogándole para darle la cara a su madre, Elia le respondió efusiva pronto se casaría con el hombre de sus sueños, ese que le ayudo a superar todo aquello
- Gael como estas?
-Nada bien Elia, te necesito –dijo al momento que rompió en llanto
- Dios que paso Gael, dime que esa mujer no....
- No, no es nada de eso –la interrumpió abruptamente. –Yo solo necesito desahogarme y dejar de cometer estupideces
- Gael sabes que estoy para ti, cuéntame que sucede Gael se sumergió en contarle detalle a detalle, de cómo conoció a Anala, como ella lo invito a un juego de seducción y todo lo que conllevo aquello. Su hermana no daba crédito y sabía que la situación le estaba doliendo, sabía que Gael nunca la investigaría por su cuenta no solía ser así, pero después de muchos años él estaba sintiendo algo y debía ayudarlo a salir de una vez de ese lugar lúgubre del cual se aferraba, le prometió ayudarle le paso el contacto de un terapeuta que podía ayudarlo y esperaba que el de verdad lo contactara. Por su parte si Gael no se atrevía a investigar a la joven ella si lo haría y si había algo de mal en ella, ella misma volaría a la Ciudad para alejarla de él, por el contrario si no había nada en ella y estaba <<limpia>> se aferraría ayudar a su hermano para verlo feliz y pleno lo merecía.

Vacío (Actualización los Viernes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora