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Al otro día se alisto muy temprano para visitar el lugar donde estaría establecido el restaurante, salió de la habitación no sin antes hablar con su abue

- Hola Yeyis como se encuentran

- Bien hija, ayer la niñera se fue tarde y Aiden se portó de lo mejor aunque es evidente que te extraña y tu hija como te encuentras, te escuchas cansada –se ruborizo, mordisqueándose el labio recordando lo que había pasado la noche anterior en esa habitación

- Bien abue supongo el horario me tiene así, por la noche es mi vuelo así que espero estar pronto con ustedes, los extraño mucho

- Y nosotros a ti hija, que Dios te acompañe te esperaremos en casa. Te amamos Anala

- También los amo

Corrió por el lobby ya era tarde, subió a su vehículo y se dirigió al lugar donde acordaron una cita, anoche cuando llego a su habitación ya de madrugada no pudo dormir por pensar en ella, en su aroma, en sus movimientos y pensaba más allá de la cama, en su forma de caminar, de dirigirse era todo lo que le habría gustado encontrar en una mujer; pero ya no estaba para esos terrenos, se sabía vacío y a una mujer como Anala no se le arrastraba a ello, no debía y eso de sobre manera lo sobre pasaba.

Ambos entraron prácticamente corriendo, logrando que Anala tropezara

- Estas bien? –la tomo por la cintura

- Gae... Yo. Estoy bien gracias señor Covarrubias –él sonrió al verla nerviosa porque no era esa clase de mujer que pudiera ponerse así, pero él estaba consciente que él la ponía así

- Entremos le parece señorita Álvarez – le tendió su brazo, ella dudosa lo tomo y ambos ingresaron. –Por cierto que bien se ve señorita Álvarez, tiene un brillo muy especial, seguramente la paso muy bien anoche –susurro sobre su oído, ella lo miro fijamente sonrojada

- Mmm no me gusta inflar el ego de un hombre señor Covarrubias

- Pues yo diría que estando arriba de mí podría decir lo contrario –le guiño un ojo y se acercó al socio Canadiense que ya los esperaba, le extendió su mano en forma de saludo y comenzaron hablar del diseño del lugar. Gael hacia pequeñas anotaciones por lo general todo era mental y solo escribía lo que creía importante.

Anala observaba las ideas que le daba al Canadiense la embelesaba y le encantaba, su mente era aún más atractiva, si él hubiera llegado a su vida antes seguramente se habría abierto a la oportunidad, hoy en día estaba trabajando en ella, en poder brindarle una mejor vida a la luz de su vida a quien llego a rescatarla y a su abuela que siempre le ha brindado todo su apoyo incondicional; ambos, merecían todo lo que ella pudiera ofrecerles.

Salieron de ahí satisfechos, Gael se ofreció a llevar a Anala al hotel ya que prácticamente solo llegarían por sus maletas para regresar a México, el camino era tranquilo ambos en silencio ella observando el lugar

- Tuviste tiempo de conocer – la miro cuestionándola

- En realidad no –dijo ella perdida en la ventana. –Pero se ve que es hermoso, me hubiera gustado tener un poco más de tiempo

- A qué hora sale tu vuelo?

- A las diez de la noche

- Tienes tiempo aun, te llevare a un lugar sé que te va a encantar

- No. No te preocupes no tienes porque

- Ya sé, pero me parece un poco injusto que te vayas sin visitar este lugar, anda

- Pero tú vuelo?

- Que más da, lo cambio no pasa nada Anala

- Estas seguro

- Anda no me obligues a cambiar de parecer quieres

- Ok está bien

Se desvió y efectivamente el lugar era lo más bello que vieron sus ojos y él lo noto, como esos ojos brillaron al instante y supo que había tomado la mejor decisión, un calor extraño se instaló en su corazón y por primera vez se sintió vivo.

- Ahora vuelvo no tardo voy a llamar a la aerolínea para cambiar mi vuelo –la dejo ahí disfrutando del paisaje, la observaba a lo lejos como tomaba lo que la vida le daba, quisiera ser un poco más como ella, con esa pasión por vivir.

Le llevo un chocolate y ambos caminaron junto al otro en silencio, el la observaba de vez en vez y realmente lo estaba disfrutando y cayó en cuenta que no se equivocó al llevarla ahí y de nuevo ese calorcito se apodero de el

- Mucha gracias por esto

- No es nada, no vi justo que te fueras sin conocer por lo menos un lugar de aquí

- Pues es un lugar muy bello

- Jamás Anala te vayas de un país sin al menos visitar algún lugar

- Gran consejo señor Covarrubias –este sonrió al escuchar cómo se refería a el

Llegaron al hotel, ambos descendieron del vehículo, entraron al lobby caminaron juntos y joder se veían tan bien juntos, irradiaban elegancia, porte si se hubieran visto por fuera sabrían que juntos podrían comerse el mundo entero. Entraron en el ascensor, llegaron al piso de Anala ella descendió y se despidió cortes mente, la vio caminar como se alejaba; cuando el ascensor estaba por cerrar las puertas en la alcanzo y la acorralo en la pared que estaba junto a la puerta de su habitación

- Anala. Sé que no es el lugar pero el apartamento está listo y no quiero verme desesperado, me regalas el día de mañana para ambos

- Yo... -trago saliva viéndolo fijamente.- Yo mañana estoy ocupada no puedo lo siento

- Si entiendo no te preocupes, sé que no puedo interferir en tus horarios solo...

- El miércoles por la noche te parece

- Perfecto, que tengas buen viaje

- Tu igual Gael – le sonrió y entro a su habitación

No entendía sus imperiosas ganas de tenerla cerca, de sentir su compañía.

Su vuelo fue tranquilo y deseaba llegar y poder abrazar a su hijo, a su abuela y celebrar con ambos ese negocio, era una excelente oportunidad y últimamente tomaba todo aquello que sabía que le haría ganar.

- Bienvenida hija, como estuvo todo –la abrazo su abuela con su hijo en brazos

- Bien Yeyis, todo excelente ese negocio ya es nuestro –beso su cabellera blanca y tomo a su bebé en brazos para prácticamente comérselo a besos, ese niño que le regalaba grandes sonrisas, ese era su hogar, ese es el calor que necesitaba para cada día ser mejor mujer, mejor madre, mejor persona; no sabía si estaba haciendo bien con vivir a escondidas una aventura con Gael Covarrubias, quería disfrutar la vida sin duda, si saldría bien, tal vez no. Solo tenía que resguardar su corazón aunque no sabía si podría hacerlo Gael era el hombre con el que soñaba cualquier mujer incluyéndola a ella, estaría a salvo de él, tal vez no pero ella que ya perdió una vez.

Vacío (Actualización los Viernes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora