Al llegar a casa lo primero que hice fue ir rápidamente a mi habitación para colocarme algo cómodo y poder ver a gusto la maratón de películas junto a Thender.Lo primero que mi mirada ubico fue la pijama de Bob Esponja.
Analice la prenda por un largo tiempo hasta que tome un decisión. Minutos después me miré en el espejo, mi pijama de Bob Esponja era mi favorita, se sentía realmente cómodo usarla, así que no pude resistirme a ponérmela.
¿Y qué si Thender piensa que soy rara? El mismo me dijo que alguien me tenía que querer por mi forma de ser y no por mi apariencia. Y pues así soy yo, una chica de 17 años que le gusta usar una pijama de su dibujo animado favorito.
Segura de mi decisión tome rumbo hacia la sala, ya ahí mi vista se encontró al instante con Thender, quien a diferencia de mi llevaba unos pantalones negros de dormir sueltos, junto con una cafarena del mismo color. Al verme se quedó quieto por unos segundos, analizando un momento mi vestimenta antes de sonreír con algo de burla, pero sobre eso se podía notar un brillo deslumbrante de ternura.
-¿Qué?-Pregunté cuando se quedó solo sonriendo de esa manera tan linda hacia mi.
-Pareces una pequeña niña con eso. -mis mejillas se calentaron automáticamente luego de escuchar su comentario.-Muy tierna sin duda alguna.
Entonces no pude continuar manteniendo el contacto visual, opte por llevar mi vista hacia los muebles ubicados frente a mi.
-Ya-Dije intentando parar las pequeñas carcajadas que empezó a soltar tras mi reacción. -Mejor ve pidiendo algo para alimentarme.
-Acabamos de comer.-recordó.
-Sí pero la maratón de películas no es buena sin comida.
-Bien, pediré pizza entonces.
Tan solo asentí viendo como Thender se alejaba en busca de su teléfono para hacer el pedido.
Analice unos segundos la sala. El televisor estaba sobre un lindo separador de madera apegado a la pared, los muebles lo rodeaban casi por completo en frente de este, y una pequeña mesa de vidrio estaba en el centro.
Si íbamos a tener una maratón de películas debía de ser como se debía. Así que me coloque en el centro, al lado de la pequeña mesa de vidrio, y jale esta hasta colocarla a un lado. Ya cuando el centro se encontró libre dirigí mis pasos hacia una pequeña habitación que era utilizada como almacén.
Estando dentro encendí la luz, el polvo y las cajas cerradas me dieron la bienvenida junto con un sentimiento de nostalgia al notar varias cosas que en un pasado fueron parte de momentos increíbles. Pero entre todas ellas la que más resaltó fue el colchón de espuma cubierto por un gran plástico para mantenerlo protegido del polvo.
Sin dudar camine hacia el sacando el plástico lleno de polvo.
En mi niñez solía sacar demasiado a menudo ese colchón directamente a la sala. Junto con algunas mantas y sillas del comedor creaba mi propia casita, para luego empezar a jugar con mis muñecas y peluches. Recuerdo que incluso hacía divisiones, para separar la sala del cuarto y la cocina. Era una niña con una imaginación e ingenio demasiado grande sin duda alguna.
Con menos esfuerzo de cuando era niña logré sacar el colchón de aquel almacén y llevarlo de frente hacia la sala, en ese espacio que había liberado tras sacar la mesa de centro.
Dejé caer el colchón y volví a salir de la sala, esta vez con dirección a la lavandería en donde había un mueble repleto de edredones y sábanas. De ahí saque una sabana y un edredón grande. Regrese a la sala y procedí a cubrir el colchón con la sabana, asegurándome de colocarlo bien, luego solo deje el edredón sobre este y volví a salir de la sala esta vez para ir a mi habitación y traer algunas almohadas.
ESTÁS LEYENDO
¿Enserio creíste que era un nerd?
Teen Fiction(En pausa) Dariana no podía creer que su madre la estuviera dejando con un niñero a sus 18 años. Sabía que esa persona se convertiría en una molestia en su vida. Y acertó, pero a la vez no contó con que sus miradas de molestia irían cambiando poco a...