Eres una chica normal, le va bien en la vida, tienes amigos, todo en si está bien contigo. Aunque no todo era perfecto, tenías una vida placentera.
Un chico el cual era misterioso y con una madre sobreprotectora por alguna razón, no iba a la escuela...
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Esa voz no la conocías en lo absoluto, ¿Quien era aquel que se había preocupado por tu bienestar?
- ¿Disculpa?
-No era mi intención molestarla en lo absoluto.
-Oh, yo... Estoy bien.
Aquellos ojos escarlata te observaban y aquella cabellera azul clara que se movía con el aire sabías a quien le pertenecían. Solías verlo pero no conocerlo personalmente, aunque él a ti si te ubicaba.
-Es un linda noche como para ser desperdiciada estando allá dentro, ¿no lo cree?
Miraste el cielo apreciando las estrellas, cierto, hoy era muy oscura la noche pero hermosa. Sobre todo las ráfagas de vientos que llegaban a chocar contra ti, sientiendo la frescura de la noche.
-Sí, tienes razón. Es de alguna manera agradable el ambiente.- volviste a pasar tu mirada en sus orbes rojizos.
-Zandik, un placer.- te extendió la mano.
- ¿Zandik? Oh, _____.-accediste a tomar su mano y darle un apretón de presentación.
Tú por lo que sabías él llegaba a juntarse mucho con Kunikuzushi, nunca habías oído de la boca de tu mejor amigo el nombre de este hombre.
-¿Seguirás observando y relajándote en este espacio abierto o volverás a la fiesta?
-¿Yo? Quizás aquí me quedé un rato más, no me gusta mucho el ruido de allá dentro.- y era verdad, no querías al menos por un rato volver a ese ambiente.
-Que interesante _____, compartimos ese punto de vista. Son demasiados molestos.
Solo te limitaste a darle una sonrisa amable de tu parte. Tú mente divagaba hacia diversos pensamientos, ¿te perderás ver a Xiao y a Kazuha tocar en el escenario? ¿qué pasó con Ajax? ¿Kunikuzushi y Mona, dónde están? Daba igual, preferirás quedarte afuera.
El silencio era un poco incómodo para ti, aunque por parte del hombre no lo era, sus facciones y forma de actuar parecían que algo tramaba.
Mientras lo mirabas más no habías sido consciente que tus ojos estaban fijos en él.
-¿Acaso tengo algo, _____?
-¡No, no, para nada! - soltaste avergonzada.
Él solo soltó un risa, un poco espeluznante. Tú igual sacaste una risa un poco incomoda al no saber cómo actuar.
Poco a poco empezaron a abrirse más el uno con el otro. Era raro, pero no tonto por lo que notabas. No sabías el porque era un poco sospechoso todo esto.
Mientras hablaban, la comodidad de parte tuya aumentaba, ya no era tan seco estar a su lado hablando. Mientras la noche pasaba tu no sabías que pasaba dentro en la fiesta.
